Los primeros días fueron cansados, no había nada que hacer, no tenía televisor en su cuarto, lo que le parecía muy raro porque su familia podía darse el lujo de tener televisores hasta en el baño si querían, pero no, tenía que estar en la sala si quería ver televisión, lo cual hacía que estuviera a la vista de su madre todo el tiempo. Cuando quería irse a su habitación, su padre le hablaba en tono algo duro que porque quería estar sola.
Para Taylor era obvio, ni siquiera los reconocía, no sabía de qué temas hablar, que temas no tocar para nada, era muy incómodo, y más si su padre cuestionaba todo lo que hacía y lo que quería hacer, estaba dándose una idea de como eran, ya que no podía recordarlos, y no estaba teniendo una muy buena primera impresión de su padre.
Había encontrado una libreta como por milagro en algún cajón y sintió una necesidad de usarla. La había acariciado con una extraña melancolía, como si hubiera encontrado algo valioso. Sensación que no era extraña en esos días porque no encontraba nada que hacer.
Hallaba más pacífico y divertido escribir en ella en su silenciosa habitación. Lo prefería pero su padre hablaba en serio, así que cuando le hablaba de aquella forma ella callaba y se sentaba cerca sin poder huir de ahí.
Había notado eso, su padre no era muy cariñoso, parecía del tipo duro, y serio del tipo que espera que se haga su voluntad, era muy pronto para Taylor sacar conclusiones, se había portado bien con ella, la había abrazado tal vez dos veces hasta el momento y trataba de tenerle todo lo que necesitara, no dudaba que a su modo él la procuraba, pero era desesperante también ver como su madre no lo contradecía en nada. Como esa misma semana días antes, Taylor había rogado por salir, su madre dijo que era buena idea y parecía muy emocionada por pasar tiempo con ella y el interés que mostraba Taylor en esos días, pero en cambio su padre dijo que tenía que descansar, que no se apresurara. Entonces Taylor volteó a ver a su madre creyendo que encontraría algo de apoyo en ella, pero esta parecía algo decepcionada y avergonzada, no objeto nada y dejó el tema cerrado.
— Tienes razón —. Había sido todo lo que comentado su madre dejando con los ojos abiertos a Taylor. Que mujer tan maleable había pensado.
Así que estando en la sala aprovechó para inspeccionar por ahi, pero tampoco había gran cosa, cuadros de paisajes, arte abstracto en marcos dorados, hasta que llegó a la chimenea la cual estaba adornada con unas fotos familiares. Taylor trató de reconocer los lugares, los momentos.
En todas salían los tres, ella y su madre con una sonrisa de oreja a oreja y su padre con una más discreta. Entendió que el hombre era serio de verdad. En una estaban abrigados con una montaña nevada de fondo, pero no fue hasta que su padre se levantó y salio de la sala que ella pudo acercarse a verlas con más detenimiento y se dio cuenta de esos detalles.
— Suiza —. A Taylor casi se le cae la foto del susto, la había tomado y la veía detenidamente, volteó y su madre estaba ahi, recargada sobre la pared, con su ropa impecable y elegante, no parecía que acababa de salir de la cocina, claro que tenía gente que le ayudaba, pero, aun así.
— Perdón... —. Dijo por si la vio titubear. — Yo solo estaba... —. Señaló las fotos. Su madre estaba sonriendo, parecía contenta y Taylor se imaginó que sí, después de tener a su hija en coma supuso lo feliz y aliviada que se sentía que estuviera en casa y haciendo un montón de preguntas y sintiendo curiosidad. — ¿Dijiste suiza?
— No te preocupes cariño, si, vacaciones de hace tres años, estabas muy emocionada —. Suspiró recordando con añoranza. — Siempre habías querido ir allí.
— ¿Ah sí? —. Piper estaba sorprendida, trató de recordar, pero nada, como siempre. Asi que suiza era uno de sus sueños de antaño, pero ¿sería por el frío? Su madre contestó eso casi de inmediato como leyéndole la mente.
— Odias el calor, siempre has dicho que desearías que fuera invierno todo el año, amas la nieve, además, que ese pueblo era muy tranquilo no parabas de decirlo, escogiste muy cuidadosamente el lugar.
Taylor estaba emocionada, las cosas que decia su madre sobre ella le agradaban, sentía que apenas se estaba formando una idea de ella misma. Asi que frio y lugares apacibles, lo escribiría apenas entrara en su habitación como una especie de recordatorio.
— Puedes notar que no estabas igual de feliz en aquella foto —. Su madre señaló una donde estaban en un puente, parecía que era una playa o algún lugar tropical, Taylor sonreía, pero no como en la foto anterior, donde lo hacía genuinamente y hasta con los ojos.
— Debo suponer que este lugar lo escogió papá —. Su madre río por lo perspicaz que era mientras asentía.
— Tal vez en estos días organicemos una salida en cuanto te sientas mejor, creo que nos haría bien a todos —. Taylor pudo notar que lo necesitaba tambien por la forma en que lo dijo, pero dudaba que se hiciera posible, su padre no estaba dispuesto a dejarla salir a la ciudad tan pronto. Aun asi confió que su madre se encargaría de ese tema.
Siguió charlando con su mamá un par de horas más. Sobre su vida, cosas banales que le gustaban o hacía, comida o la ropa, a los lugares que había ido y anécdotas sobre ellas dos. Al principio Taylor se sentía emocionada por oír todo eso, era como escuchar la historia de alguien más y emocionarte porque quisieras hacer lo mismo. En este caso ella ya lo había hecho, pero después se dio cuenta que su madre hablaba un tanto desconsolada y desesperada y daba a notar que quería que recordara algo, y ella no podía, lo que hizo que Taylor se volviera a sentir mal por ello y apresurara por terminar la conversación.
Cuando subió a su habitación, lo primero que hizo fue escribir todo lo que pudo recordar que le dijera su madre, gracias a dios la mano rota era la izquierda. Se dispuso entonces a anotar todo aquello que le pareció relevante y otras que no pero que no quería olvidar. Así cuando recordara todo podría comparar y darse cuenta si era cierto o no. Al fin de cuentas era la perspectiva de su madre la de algunas cosas.
Y si no lograba recordar menos tendría esas anécdotas.
· Al parecer me gustan los lugares fríos, y apacibles. Siempre quise ir a suiza y lo hice hace tres años.
· Me gusta la comida picante, odio el sushi y la comida china.
· Lo de la ropa ya lo presentía, no usó ropa muy llamativa ni reveladora, más del tipo casual y siempre jeans.
· Soy alérgica a las nueces.
· Al parecer tolero el alcohol muy bien, me he emborrachado en la adolescencia varias veces, aunque al parecer no últimamente.
· No me gusta que se burlen de mí, al parecer me enojo fácilmente con ese hecho.
· Mis series favoritas no tiene idea mi madre de cuales son, pero al parecer amo la ficción, me he enganchado con una en la televisión de ese género.
· Tuve una gata llamada Meredith en la infancia.
· Soy fanática de una banda llamada The 1975, debo oír su música, no la tengo muy clara.
· Al parecer me ejercito o ejercitaba haciendo yoga y pilates
· Al parecer me gusta escribir si no, no estaría haciendo esto.
Había más cosas, pero la cabeza empezó a doler.
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En el corazón se pertenece [Kaylor]
FanficAdaptación Kaylor de mi propia historia Vauseman Taylor tuvo un accidente, por el cual no recuerda nada, pero conocerá a Karlie, una nueva amiga que le ayudará a recuperar sus memorias, solo que cuando Taylor por fin lo haga no le gustará lo que le...