Capítulo 56

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— ¿Tú ya te habías duchado? — Preguntó Taylor entrando en la cama donde vio que Karlie estaba más que acomodaba.

— Ah sí, mientras estabas abajo en el garaje —. Taylor asintió, la castaña de todos modos siempre parecía fresca y tenía ese aroma tenue a vainilla. Lo había notado y le encantaba.

— Oh bueno —. Taylor estaba algo nerviosa, sin duda el baño le había servido para relajarla un poco y ahora el cansancio estaba ganando. Pero iba a dormir junto a Karlie, y eso la ponía ansiosa, quería acurrucarse ya junto a ella. Lo hizo pero forma tímida.

— Lamento haberte dejado sola, pero yo también necesitaba estarlo y digerirlo y quería dejarte en paz —. Se disculpó la ojiverde mientras se giraba sobre un costado quedando frente a Taylor quien hizo lo mismo. Las sábanas las cubrían hasta las caderas, la cama era muy amplia y había un espacio entre ellas que Taylor no quería que hubiese, pero se sentía demasiado cohibida para acercarse a Karlie. Se sentía estúpida porque ya habían estado muy juntas, besándose o no, pero estando en su cama había algo que la detenía.

— Descuida Kar.

— ¿Quieres dormir ya? Debes estar cansada —. Propuso la castaña mientras se levantaba probablemente para apagar las luces.

— No —. Taylor se había envalentonado, vio que Karlie estaba algo confundida por la velocidad en qué la había detenido, la había agarrado del brazo y la miraba suplicante para que regresará a la cama.

— Está bien... Entonces quieres seguir habl... —. Taylor se tiró encima y la besó de nuevo, esta vez tomando ella el control, Karlie parecía descolocada pero pronto le siguió el paso.— Tay...

— Shh  —. Se subió totalmente sobre ella, con cada pierna a un lado de su cadera y dejando de lado la vergüenza, se inclinó para besarla, sintió un tirón sobre su abdomen como cuando Karlie la besó en el baño minutos antes. Reclamó su boca y metió la lengua en la de la castaña quien empezaba a gemir por lo bajo. Sintió como le acariciaba los muslos y como crecía esa necesidad dentro de ella.

Taylor pasó sus manos por el rostro de la ojiverde, se separó unos segundos y sus miradas se cruzaron, fijamente dándose cuenta que estaban en sincronía, Taylor entonces desvío sus besos a su cuello, era una sensación placentera, una experiencia algo nueva para ella, algo así más o menos, porque iba recordando todas veces que había sido de ella, y segundos después, lejos de avergonsarse, sentía acumular ese deseo en una parte específica de su cuerpo.

Pasó sus manos por el cuerpo de Karlie, acariciando, aruñando y aprentando en ocasiones. Esta se retorcía bajo su tacto y Taylor se sentía orgullosa y en control.

Necesitaba descargar todas sus emociones sobre ella. Con ella. La necesitaba, sentía eso, lo quería.

Le acarició los pechos, la más alta no la detuvo en ningún momento. Mientras besaba su cuello y mentón bajaba las manos por su abdomen. En su cabeza llegaron los recuerdos necesarios, instantes después sabía que hacer y sabía cómo complacerla.

Besó su oreja, le dedicó tiempo a esa área y mordisqueó viendo como empezaba a arquearse en busca de más contacto, Taylor también había empezado a menearse sobre ella y los jadeos y gemidos eran incontrolables por parte de las dos.

Karlie se detuvo de repente solo cuando sintió la mano de Taylor posarse en su entrepierna y acariciar esa zona.

— Taylor estás segura —. La voz de Karlie apenas y salía de su garganta seca, sus ojos y su aliento agitado le dejaban claro a Taylor que ha había conseguido excitarla.

— Segura Karls, dijiste que podríamos hacer un nuevo recuerdo —. Dijo con su frente pegada a la de ella, sus alientos de mezclaban y el calor que irradiaban también llegaba a la otra.

En el corazón se pertenece [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora