Epílogo

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Port Townsend era mágico, un pueblo rebosado de fascinante historia, Karlie había desconocido todo sobre el lugar cuando recién llegaron, para ella era simplemente sereno y apaciguante, era hermoso, desde que habían llegado no dejaba de asombrarle lo bello que era ¿o era el hecho de vivir con Taylor lo que le parecía más conmovedor? Sin duda su mejor parte era esa, Taylor. La paz había llegado a ellas y aún antes, cuando más les había costado estar juntas, la presencia de la rubia siempre fue calmante.

Podría estar en cualquier parte del mundo, no importaba porque todo lo que necesitaba era a ella.

Pero Taylor siempre había querido ir a Port Townsend por alguna razón, y Karlie solo quería verla feliz y cumplir sus caprichos, que era lo que a ella la hacía feliz también. Les había costado, fue duro lo vivido antes, pero no se había equivocado, después de cinco años tenían una vida maravillosa juntas.

El pueblo era increíble, tenía muy arraigadas sus raíces nativas, pero a la vez la arquitectura victoriana predominaba en la mayoría de los edificios, la gente era muy amable y aunque parecía conservador en todo ese tiempo no habían tenido ningún problema por sus preferencias sexuales, tenían amistades que las aceptaban y uno que otro que también era gay, la gente era muy linda, desde el principio se sintieron parte de la cultura del lugar, incluidas, entendidas y comprendidas.

No querían más problemas, querían solo vivir y lo estaban haciendo.

El primer año desde que llegaron fue de transición, algo difícil por la cuestión de estar incomunicadas de todos sus seres queridos, bueno, excepto sus padres, siempre mantuvieron el contacto con Kurt Kloss, él era el único que siempre supo donde estaban, aunque Taylor mantenía también buena relación con su madre pareció más seguro si la privaban de algunas cosas.

El juicio contra su padre fue largo, y aunque hubo suficiente material para encerrarlo en cuanto salió del hospital tras el accidente en la carretera, seguía recibiendo el apoyo de muchos de sus amigos, su madre temió un tiempo que de un día para otro el hombre saliera libre, por eso desde el día cero ella había salido de aquella mansión para irse a vivir sola a otro lado.

Karlie en más de una ocasión le sugirió que la llevara a vivir con ellas pero Taylor se rehúso, le provocaba algo de preocupación que su madre viviera sola pero por fin estaba viviendo su sueño con Karlie y no quería arruinarlo, por lo que se conformaba con saber que su madre estaría bien y se las arreglaría, era una adulta y una mujer independiente ahora.

Se habían visto un par de veces, y sin duda estaba mucho mejor sola, a ambas mujeres Swift les había sentado de maravilla la autonomía. Taylor estaba feliz de que su madre por fin pudiera hacerse una vida libre, ya no se sentía tan apegada a ella y estaba bien.

Junto con el señor Kloss, la habían invitado a su casa en varias ocasiones pasado el tiempo y ambos estaban encantados con lo que habían construido.

Habían necesitado tiempo para adaptarse para sanar, curar heridas y traumas, pero sin duda después de un año fue tiempo de empezar de cero con nuevas metas y con la vista puesta en el futuro y aunque para ambas estaba claro que en el futuro no había nada sin la otra, había que pensar también en otras cosas antes que en una boda.

Karlie empezó a postularse para las universidades en las facultades de economía y Taylor por su lado también decidió que era momento de empezar de nuevo sus estudios, nunca era tarde para hacerlo, y  decidió que lo que realmente la apasionaba era la literatura. Cuando le había dado la noticia a Karlie fue una sorpresa, la ojiverde no sabía que había postulado y cuando se lo dijo la castaña parecía estar más feliz que ella misma.

Tras un par de años aproximadamente ambas se graduaron, Karlie primero con una licenciatura en economía y comercio, ya que ella solo estaba por acabar cuando dejo la universidad a diferencia de la ojiazul que inicio desde cero la carrera de literatura, ambas en distintas universidades. A pesar de no haber estado juntas habían vivido los mejores años de carrera, no existía nada más que ellas y era la mejor sensación del mundo llegar a casa y ver al amor de su vida y pasar las tardes y los días y las noches juntas.

En el corazón se pertenece [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora