Alguien tocó la puerta y Taylor sintió un hueco en el pecho, no sabía cómo pero solo por acto reflejo volteó y apartó su teléfono de forma defensiva. Se puso alerta cuando la puerta empezó a abrirse como si lo peor que pudiera pasar fuera recibír una visita, y en parte lo era, quería estar sola y no tener que ver a nadie ni oír sus charlas y sermones que solo la hacían sentir más inútil y enojada.
Al menos no era su padre en ese momento, sino su madre.
— ¿Cariño puedo pasar? —. Taylor se relajó un poco pero no dejo de estar tensa, asintió casi obligada y su madre se adentró. Tenía los ojos hinchados también, y se veía más cansada de lo normal.— ¿Estás bien?
Taylor la vio con ojos de lanzallamas. ¿Cómo preguntaba eso?, Se le hacía una tonteria y luchó por contenerse.
— ¿Crees acaso que estoy bien? —. Taylor no se preocupó por el tono de voz ni por el volumen que usó, se revolvió sus mechones rubios de forma desesperada, mas por no haberse podido contener.— Todo esto es una mierda total y... Y ¿Tu crees que puedo estar bien?
— Cariño... Cálmate —. Su madre parecía que iba a echarse a llorar otra vez. Taylor se obligó a calmarse porque no quería lidiar para colmo con el llanto de su madre, sabía que tenía problemas con contenerse.— Se que no está bien, pero quería...
— Lo odio ¿sabes? —. Dijo Taylor sin pararse a pensarlo. Con una expresión dura. Y sin importarle lo que pensara su madre. O tal vez un poco, confesarlo le ayudaría a reafirmar lo que sentía.
— Taylor no digas eso —. La voz de su madre no sonaba ni enojada, ni firme. Taylor estudio unos segundos su reacción, buscando en la expresión de su madre algo de incredulidad o escepticismo que la hicieran pensar que estaba equivocada. Pero se dió cuenta por su mirada, que ella también sentía algo parecido. Estaba resignada. Esa mujer estaba resignada, y Taylor no se sintió más culpable por lo que había dicho.— Estás enojada por lo de ayer pero ...
— No mamá —. La interrumpió.— Lo siento, recuerdo este sentimiento, no sé cómo, como un presagio, solo lo sé, y solo lo he sentido cuando estoy cerca de él. Ayer solo me ayudó a confirmar que efectivamente, yo nunca lo he querido más de lo que lo odio.
Su madre la veía a los ojos buscando algo más. Taylor supo qué entendía, entendió que decía la verdad, lo veía en los ojos de su madre, porque parecía que ella también lo sentía así. Y se sintió bien sacarlo, y estar en lo correcto con lo que empezaba a descubrir.
— Entonces también me odias a mi.— Su madre preguntó, pero casi sonó Co una afirmación.
Era extraño, Taylor no sentía lo mismo con ella. Pero no sabía exactamente que era lo que sentía. Una especie de desesperación, coraje, y compasión. Taylor solo atinó a negar con la cabeza, aún no estaba segura pero era diferente con ella.
— Taylor... Entiendo que no has tenido mejora pero sé que la tendrás y.... —. Su voz se estaba empezando a quebrar.
— Quiero irme de casa —. Soltó de repente, los ojos le ardían, no quería llorar, pero eso sentía, se sentía miserable. Su madre abrió la boca y los ojos atónita.— Cuando mejore, quiero decir.
— Siempre has querido eso —. Taylor se sorprendió de oír aquello. ¿Por qué jamás lo había hecho entonces? ¿Y por qué motivo quería irse? ¿Sería el mismo que tenía en esos momentos? ¿Su padre?
— Pero Entonces porque yo no ... —. Su madre empezó a llorar en silencio, y a ella se le contrajo el corazón. Su madre estaba sufriendo, tal vez no debió decir aquello, para su madre todo aquello también era difícil.— Mamá tranquila.
Por primera vez desde que había regresado del hospital, se acercó y la abrazo, su madre le correspondió y la abrazo fuerte. Recargo su cabeza en su hombro y aspiro el olor de cabello, se sentía tan normal, familiar, reconfortante.
Una vez que se tranquilizó, volvió a hablar.
— Solo quiero que estés bien, vas a mejorar cielo —. Le sostuvo la mano fuerte a Taylor mientras hacía aquella afirmación, quién no pudo evitar que se le salieran unas lágrimas.— Sólo quiero que tengas paciencia, que me prometas que no intentarás irte otra vez, no hasta que mejores, no hasta que sepa que estarás completamente bien.
Taylor estaba muy un poco confundida por la elección de palabras, entendía a su madre, pero no entendía porque le decía aquello específicamente, entendía sobre su condición, debía esperar, pero tampoco estaba planeando una fuga. Todo era muy confuso, sentía que le faltaba información. Le faltaban sus recuerdos.
Dudaba que ese "no intentarás irte otra vez" que pronunció, se refiriera al día anterior cuando salió de la casa sin permiso. Su madre se estaba refiriendo a irse de la casa, a un intento que por obvias razones había resultado fallido.
Tal vez si pudiera recordar las cosas que le mencionaba su madre, sobre querer irse de casa, sobre intentar irse "otra vez", entendería mejor.
Asintió y su madre se relajó un poco. Como quiera no tenía pensando hacer nada por el momento, no podía, se sentía incapaz e incompleta. Así que muy a su pesar... Seguía estando acorralada.
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En el corazón se pertenece [Kaylor]
FanficAdaptación Kaylor de mi propia historia Vauseman Taylor tuvo un accidente, por el cual no recuerda nada, pero conocerá a Karlie, una nueva amiga que le ayudará a recuperar sus memorias, solo que cuando Taylor por fin lo haga no le gustará lo que le...