Capítulo 04

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Taylor estaba con su madre, la había llevado tal como había prometido a un paseo por la ciudad, a escondidas de su padre, no era lo que Taylor esperaba, pero igual estaba bien. Bueno, tampoco le había dicho eso su madre, pero había esperado a que él se fuera para proponerle la salida, asi que Taylor tenía por entendido no decir nada sobre eso, y estaba bien, se emocionó de pasar tiempo fuera de su casa por fin y tomar algo de aire fresco.

Llevaban dos horas en el centro de la ciudad, mostrándole los caminos que ella solían tomar cuando iban allí, lugares que solía frecuentar con amigos y con su propia familia, Taylor no había mostrado ningún avance recordando nada, pero todo lo estaba guardando para su bitácora improvisada. Habían ido a comer, su madre de pronto se notaba triste pero emocionada, Taylor no podía evitar sentirse culpable cada vez que a ella se le olvidaba y se le salía algún ¿te acuerdas? después de alguna oración, y Taylor tenía que fingir que no la oía para no hacerlo muy incómodo y restarle importancia.

Fuera de eso el problema no era su madre, o el empeño que estaba poniendo, era ella y su tonto cerebro incapaz de recordar, había pasado una semana la cual se había sentido muy larga, pero por fin tenía su primera cita con la psicóloga para lo de su trauma emocional, y después de almorzar y dar vueltas por ahi por fin iban camino al hospital.

Esperaba que las terapias con la doctora Kane sirvieran más para su memoria.

Por fin llegaron, estaba aburrida en la sala de espera el hospital, esperando para entrar con la doctora, tocaba su barbilla rítmicamente con su dedo por la impaciencia y el aburrimiento, pensando en las cosas y lugares que había recorrido esa mañana con su madre, haciendo un esfuerzo como siempre. Su madre la había dejado ahí, la terapia no duraba más de una hora así que la vería al salir, tenía pagos que hacer segun ella y a Taylor no le molestó en lo absoluto quedarse sola un momento.

Tenía curiosidad por la doctora, nunca había estado en una terapía psicológica, o no lo recordaba al menos, esperaba que fuera amable y comprensible, esperaba que todo fluyera bien entre ambas y que de verdad aquellas sesiones fueran de utilidad. La puerta de abrió de repente y ella volteó, era la primera vez que iba así que se sentía curiosa, pensó que sería la doctora, pero lo más probable era que ya se encontrara adentro del consultorio, asi que pensó en quien más podría ser que entraría ahí en esos momentos, ya que hasta ese momento se encontraba sola en la silenciosa sala.

Entró una muchacha, joven como ella, Taylor se le quedó viendo, más por curiosidad que otra cosa, pero la chica sintió su mirada y entonces sus ojos se toparon un segundo con los de ella. Piper se dio cuenta de que había estado viendo y se puso roja, desvío su mirada hacia sus manos, que no dejaban de moverse con nerviosismo.

La joven venía acompañada, un señor alto como ella, de traje e imponente que la vio fríamente casi como la chica misma. Taylor oyó que susurraban algo, después dedujo que se estaban despidiendo ya que el señor salió no sin antes hacerle algunos gestos que parecían casi advertencia, o eso notó Taylor por el semblante duro del señor y la expresión casi aburrida de la chica,

Se despidió entonces con un ademán y la joven castaña entro completamente a la sala  y se sentó en las butacas, algo lejos de Taylor, que aún se sentía incómoda y no entendía por qué.

Volvió su mirada a la chica, era alta, un poco más que ella tal vez, su cabello parecido al de Taylor estaba un poco más largo, el de Taylor apenas llegaba abajo de los hombros y el de la chica parecía tener más longitud, igual de ondulado solo que castaño. No lograba ver sus ojos a esa distancia, pero Taylor notó, que llevaba el brazo en una escayola tambien y además cojeaba un poco de un pie.

Volvieron a encontrarse sus miradas y Taylor está vez no pudo apartar la vista tan pronto debido a su inspección sobre ella. Su cara se sentía caliente y su cabeza empezó a doler, pero no pudo evitarlo. La chica enarcó sus cejas por fin, de una forma que Taylor lo interpretó como un "que me ves", por fin apartó su mirada y siguió esperando su turno para entrar al consultorio.

Taylor sintió la aversión de la chica, se sintió mal porque si tenía la intención de ser amable, la chica se la quitó con ese simple gesto, que a Taylor le pareció grosero. Podía no recordar nada, pero sabía cómo ser tantito amable. Sin embargo se sintió apenada también y se molestó aún más por eso.

De todos modos apesar de la distancia que había entre ellas, logró dislumbrar que sus ojos eran verdes.

En el corazón se pertenece [Kaylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora