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Ni siquiera recordaba para que necesitaba el bolso, Nicolás seguía dejando besos en sus mejillas, en la parte baja de su mentón, giró un poco el rostro, dando acceso por completo a su cuello, besó y besó cada centímetro de piel que le era accesible hasta llegar al cuello de la camisa, ella seguía dando masajes en el cabello rubio del chico, enrollando sus dedos y desordenándolo, le gustaban todas esas sensaciones que comenzó a sentir mientras era besada y de pronto paró, Nicolás se detuvo y juntó sus frentes nuevamente, sin abrir los ojos, no quería perder la magia que habían creado, el ambiente tan íntimo que los envolvía

El bolso — habló firme y con todo el descontento del mundo la soltó, la soltó porque aunque su conciencia le gritara que no lo hiciera, su juicio era mucho mayor y estaba completamente seguro de que aquella situación iba a repetirse

El dichoso bolso estaba tranquilamente puesto sobre el mueble donde unas horas atrás habían pasado la tarde viendo "Jurassic World", lo tomó y buscó su celular, tenía algunas llamadas perdidas de Enrique y dos mensajes de Louise, el primero decía solo *hola* el segundo era un poco más extenso

*Se acerca el día de inauguración y no te has pasado por aquí, quiero que lo veas antes, no que llegues ese día, contéstame*

Escribió en respuesta

*Lo siento, tienes razón iré*

No supo si devolver las llamadas de Enrique pues qué iba a decirle, sabía que estaba con Nicolás, él mismo lo había pedido, caminó hacia la cocina donde se encontraba el rubio con un vaso de agua en sus manos

Enrique estuvo llamando ¿crees que deba devolverle la llamada? —le preguntó, Nicolás lo conocía mejor que ella, por eso pidió su opinión

Es tu hermano, si te sientes cómoda hazlo, además sería una buena forma de tener conversación con el ¿no? — le animó encogiéndose de hombros

Ciertamente, debía comenzar a dar pequeños pasos hacia él, aunque se empeñara en retroceder ella quería acercarse y poder que se trataran como verdaderos hermanos, no como dos personas que se odiaran, ella no lo odiaba y algo muy dentro de ella le decía que en algún punto de sus vidas él también la había querido, que no todo había sido siempre así.

Marcó el número y esperó algunos segundos, mientras sonaban los pitidos de espera recordó que Enrique tenía una reunión importante ese día, así que decidió colgar pero justo entonces atendió la llamada

¿Dónde diablos te habías metido? Se suponía que te fueras a tu habitación o al jardín o que se yo... no que te largaras de la casa ¿crees que tengo cabeza para preocuparme en dónde diablos te metes? —su voz sonaba entre fastidiada y molesta, como si quisiera gritar pero no pudiese, casi como si fuese un susurro alterado, todo lo que ella logró captar fue una sencilla palabra «preocupado»

No fue mi intención Enrique, pensé que no querías que estuviese en casa — se disculpó, lo sintió necesario, su hermano debería estar pasando por un montón de cosas que lo alteraban con facilidad, ella era bastante comprensiva con él, lo oyó soltar un suspiro de frustración

No me interesa — respondió cortante —le pedí a Nicolás que te quedaras con él, tiene una habitación donde duermo cuando me quedo con él — ella asintió aunque él no pudiese verla, quería saber cómo había resultado la cena, si había tenido éxito, no dudaba de que lo hubiese tenido, él era bastante decidido y cuando de negocio se trataba sabia manejar la situación

Pasaré a recogerte temprano — dicho eso finalizó la llamada, sin darle tiempo de preguntar o decir algo mas

No sabía qué la consternaba en mayor proporción, si el hecho de saber que se había preocupado, que había dispuesto de algo seguro o el hecho de que iría a buscarla al día siguiente, se mantenía tan absorta en la conversación con su hermano que se sobresaltó cuando una mano se posó sobre su cintura, era Nicolás que se había acercado a ella sin hacer mucho ruido

AUNQUE PASE EL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora