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A las siete de la mañana ambos estaban completamente despiertos, Nicolás había insistido en ir temprano ya que en la tarde el sol era inclemente, ella aceptó sin rechistar, le pidió a Nicolás que entrara primero al baño, eso le daría tiempo para guardar en el bolso lo que se llevarían, había guardado una toalla para ella y una para Nicolás, también guardó el bloqueador y otras cosas que el rubio compró, escogió entre su ropa un vestido holgado color beige con mangas anchas, le cubría hasta más abajo de las rodillas, Nicolás aún no había visto el bikini que compró, así que lo envolvió en el vestido para ponérselo cuando estuviera en el baño, al cabo de un rato el rubio salió con una sonrisa radiante, vistiendo un bermudas playera marrón y una franela de algodón blanca, sobre sus ojos tenia puestos los lentes de sol, y al salir se detuvo en la puerta del baño en una posición bastante cómica, como si estuviese tratando de ser uno de esos chicos de universidad que creían tener el mundo a sus pies, le sonrió seductoramente e hizo un movimiento con su mano derecha, llevándola desde su cintura hasta la altura de su pecho, finalizando con el dedo índice en su dirección y el pulgar hacia arriba, para luego chasquear la lengua como haría uno de esos personajes de película de los 80 bajo la frase "Hola Bombón" ella rio divertida, Nicolás era todo un personaje

Iré a cambiarme — anunció frente a él con una sonrisa radiante, besó cortamente sus labios antes de cerrar la puerta, sostenía entre sus manos la diminuta tela del bikini, por una parte se moría de la vergüenza, pero la otra parte, esa que últimamente estaba colándose entre sus sentidos, estaba ansiosa por que Nicolás la viera así, se imaginaba su reacción y sonreía, poco a poco fue despojándose de su pijama para adentrarse en el taje de baño y luego cubrirlo con la tela del vestido, también se calzó las sandalias y lavó sus dientes, no iba a maquillarse por que no tendría sentido si iban a bañarse en el mar, así que sólo pasó unas cuantas veces la mano por su cabello para aplacarlo y volvió a la habitación donde encontró a Nicolás tendido en la cama, boca arriba con el celular en las manos

¿Lista? — preguntó con una sonrisa al tiempo que dejaba el aparato sobre la cama, ella asintió y él, aun acostado palmeó a su lado para que ella hiciera lo mismo, ella aceptó y se acostó de lado, para poder mirarlo, el seguía con la vista al techo —No he dejado de pensar en algo— contó con expresión seria que a ella no le gustó para nada

¿Qué es? — quiso saber curiosa

Que si en la playa hay muchos babosos mirándote en traje de baño me voy a poner muy celoso— ella no supo cómo reaccionar ante sus palabras, le habían causado gracias, era inaudito que Nicolás se sintiera celoso sabiendo lo enamorada que estaba de él

Eso es una tontería— le dijo desde su lugar

¡Oh! ¿Te parece una tontería? — exclamó al tiempo que se giraba y la tomaba por la cintura, elevándola hasta dejarla sobre él, un pequeño grito de sorpresa salió de sus labios y ambos rieron como dos adolescentes, la mantuvo allí mientras ella escondía su rostro entre el cuello de Nicolás, quien se estremeció de pronto —¡No hagas eso! Me da cosquilla— volvieron a reír y ella juguetona resoplaba en el lugar haciendo que Nicolás soltara carcajadas, se sentía viva, sentía que no quería irse nunca de allí, el rubio no dispuesto a seguir siendo víctima de aquello giró su cuerpo dejándola ahora bajo su peso, sus miradas se encontraron cuando se incorporó un poco

Cobraré venganza— anunció y ella arqueó una de sus cejas burlona —Pero no ahora, porque se nos hace tarde— luego de besar sus labios se puso de pie, invitándola a hacer lo mismo, caminaron hasta la puerta tomados de la mano, Nicolás sostenía el bolso que Clarisa preparó y justo antes de que ella cerrara la puerta lo vio dejar sobre su cabeza el sombrero que compró, al girarse lo vio con el suyo puesto, le tendió también los lentes y ella los aceptó, dejándolo sobre sus ojos para luego cerrar la cabaña, hicieron su recorrido hasta el restaurante del complejo y tomaron el desayuno entre sonrisas, ella estaba llevando una tostada a sus labios cuando oyó el celular de Nicolás hacer un ruido particular mientras él lo sostenía frente a su rostro

AUNQUE PASE EL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora