AUNQUE PASE EL TIEMPO

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Uno de aquellos días de terapia estaba hablando el doctor y Nicolás cuando con decisión le propuso

—Doctor, ya puedo caminar, lo prometo. ¡Déjeme mostrarle! — Nicolás se había estado esforzando bastante durante las últimas dos semanas, ya estaba cansado de seguir en aquella silla y junto a Enrique había progresado muchísimo y podía caminar más de algunos metros apoyado de las paredes

—Nicolás no es recomendable que te fuerces a algo— recomendó el doctor, pero no dispuesto a flaquear dijo

—Doctor he estado haciéndolo, no siento dolor, ni nada... por favor— el hombre lo pensó, algunos segundos evaluó la posibilidad de permitirle a Nicolás andar sin la silla de ruedas y al ver la súplica en sus ojos tomó una decisión

—Está bien Nicolás— el joven sonrió satisfecho y apretó la mano de su prometida —Pero, deberás seguir algunas indicaciones—

—Cualquiera mientras no tenga que volver a la silla— sonrió

—Deberás usar una andadera y posteriormente podrás usar un bastón, hasta que logres mantener completamente tu fuerza y podrás andar con total libertad — a estas alturas a Nicolás no le quedaba mucho que protestar y era mejor andar con una andadera que sentado en una silla —considero que es demasiado pronto para que la uses pero eres bastante insistente así que sugiero una andadera con asiento, así si llegas a cansarte puedas sentarte en ella y seguir movilizándote —Clarisa a su lado escuchaba atenta cada una de las indicaciones, era buena para hacer que Nicolás cumpliera al pie de la letra las indicaciones del doctor

—Doctor, disculpe...— habló la rubia, con intención de preguntar, ambos dirigieron la mirada a ella — ¿tendrá que seguir asistiendo a las terapia? — no le gustaba mucho esas terapias ya que consistían en pasar electricidad por su cuerpo para estimular, se sentía bastante incómoda al presenciar aquello

—No, ya no será necesaria la electroterapia —respondió el doctor a lo que ella soltó un suspiro de alivio —Deberá venir una vez por semana para evaluar su progreso y chequeos de rutina, hacer los ejercicios del fisioterapeuta y... aquí está la dieta que debe seguir, los medicamentos y sus indicaciones —culminó, entregando los papeles a Clarisa quien los tomó, mirando atentamente la letra, mientras intentaba descifrar que era lo que decía, ambos asintieron y se despidieron del Doctor

—Vayamos por esa andadera ¿te parece? — Propuso Clarisa mientras empujaba a Nicolás por los pasillos del hospital —así ya no tendremos que cargar con esta silla tan grande— Aunque Nicolás no estaba del todo feliz por usar aquel otro artefacto, era un paso muy grande, un avance en su salud

Se detuvieron en el lugar donde estaba el auto negro en el que habían llegado, Clarisa que había aprendido a manejar gracias a su hermano y era quien los llevaba a cualquier lugar, abrió la puerta del copiloto y Nicolás se levantó de la silla, sosteniéndose del techo del auto mientras con lentitud se adentrada y sentaba en el asiento, con una Clarisa a su lado bastante atenta, con los brazos extendidos, le daba terror pensar que Nicolás se pudiese caer, de nuevo, una vez sentado en el asiento ella le sonrió con ternura y se volvió para doblar la silla y guardarla en la parte trasera del auto para luego subirse en el asiento del conductor, justo cuando iba a encender el motor Nicolás la detuvo, colocando una mano sobre la suya en el volante

— ¿Qué pasa? — le preguntó preocupada, la mirada de Nicolás lucía afligida

— Gracias — susurró con la mirada sobre ella