Así iban pasando los días, de vez en cuando Nicolás y Clarisa pasaban una tarde juntos, en algunas ocasiones la llevaba a cenar, claro que ella le pedía no ir a buscarla pues las probabilidades de que Enrique se diera cuenta eran muy grandes y ella no estaba dispuesta a pelear con él, estaba completamente segura que no lo dejaría ganar, pero no se quería arriesgar, sin embargo aquella tarde Enrique se había quedado en la empresa y no sabía a qué hora regresaría así que Nicolás tomó aquella oportunidad para llamar a Clarisa e invitarla a cenar
— ¡Así que irán a cenar! — había llamado a su mejor amiga para pedirle consejos, todavía era muy nuevo todo esto para ella y de cierta forma aún se sentía bastante insegura
—Más bien, iremos a su casa, comeremos pizza y veremos una película— Ella estaba consciente del riesgo que corría, seamos sinceros, un chico y una chica, solos en un apartamento, luego de una pizza... había una alta probabilidad de que cosas indecorosas sucedieran, pero no le asustaba, sabía que Nicolás respetaría sus decisiones, ella confiaba en él
— ¿Estas segura?— preguntó Louise
— ¿Crees que debería decirle que no? — de nuevo sus miedos la invadieron, se sentó en la orilla de su cama, abrazándose a sí misma
— ¡No! ¿Cómo se te ocurre?... Quieres ir ¿no? — Clarisa lo pensó por unos instantes, claro que quería ir, estar con Nicolás la hacía sentir tan bien
—Sí, pero...
— ¿Confías en él? — interrumpió su amiga
— Sí, claro que si— aseguró
—Entonces está bien... voy a colgar para que termines de arreglarte, te quiero— se despidió
—También te quiero— Clarisa se sentía mucho mejor ahora que había hablado con su amiga, hablar con ella le hacía sentir bien, le transmitía seguridad, le ayudaba a tomar algunas decisiones.
Se colocó un jean y una suéter azul, era un día bastante frio, no dudaba que en cualquier momento callera una lluvia, cuando estuvo vestida, se peinó un poco el cabello y dejó que varias ondas cayeran en él, aplicó solo un poco de gloss y espero a que llegara
Nicolás era muy puntual siempre, así que cuando el reloj marco las seis su celular sonó anunciando un mensaje nuevo
*¿Lista?*
Le contesto un simple "si" y se dispuso a salir de la casa, allí estaba frente a la verja el auto de Nicolás, la esperaba sentado frente al volante, al verla tocó la bocina y ella sonrió, caminó hasta llegar y subió regalándole una tímida sonrisa
—Estas muy preciosa— halagó el rubio, lo que hizo que se sonrojara completamente, siempre que la veía le decía cosas como esas, "estas preciosa" "que hermosa te ves" "soy muy afortunado" a ella le agradaba mucho estar a su lado, él era muy atento
—Gracias... tú también estas muy guapo— Nicolás rio, a él le encantaba su forma de ser, tan tímida pero segura a la vez, tan reservada pero entregada, era como un equilibrio perfecto entre su alma y su ser, estaba muy enamorado
—Claro, sobretodo porque acabo de salir del trabajo, sudado y cansado— ella lo miró al rostro, ciertamente se veía cansado, Nicolás trabajaba muy duro, era un excelente arquitecto
—A mí me parece que te sienta bien tu trabajo, te hace ver elegante, profesional y muy listo— aquellas palabras lo sorprendieron muchísimo, más por el hecho de que se las estaba diciendo mirándolo directamente, no estaba avergonzada de admitirlo, estaba diciendo aquello que salía de su corazón, así que sin previo aviso le tomó el rostro entre sus manos y la besó, un beso suave pero que le podía decir más de mil palabras en un solo segundo, es que eso fue justo lo que duró, un segundo, se separó de ella, mirándola con una gran sonrisa a la que ella le correspondió de inmediato
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AUNQUE PASE EL TIEMPO
Romance¿Cuantas cosas deben suceder para que te des cuenta de que amas a alguien? Los errores de tu pasado pueden perjudicar tu presente... Esta no es la historia de amor que todos esperan, o quizás si... pero también es la historia de dos hermanos que de...