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El sol se coló entre la ventana, haciendo que Nicolás abriera los ojos incluso antes de que sonara la alarma de su celular, el viernes comenzaba y él ya estaba ansioso de que acabara, quería quedarse con Clarisa en aquella posición todo el día, envuelto entre su cuerpo, con su preciosa melena haciéndole cosquilla en la mandíbula, la miró dormir porque sencillamente lucía hermosa, la melodía que salió de su celular lo sobresaltó, se había quedado embobado mirando a la chica entre sus brazos, el ruido hizo que se revolviera ligeramente, pronto esos ojos marrón lo miraron somnolientos, él le sonrió

Buenos días— dijo, dejando un beso sobre su nariz

Buenos días— respondió ella en un susurro, aun no se despertaba por completo y la melodía seguía sonando, Nicolás se incorporó solo un poco para tomarlo de la mesita de noche a su lado y ella aprovechó aquello para sentarse con pereza, la música se detuvo y Nicolás volvió a su lugar, abrazando a Clarisa por la espalda e inclinándose a ella para besar su cuello, se estremeció bajo el contacto de sus labios sobre su piel, pero era muy agradable, entrelazó sus manos a las de Nicolás que reposaban sobre su abdomen y las acarició con el pulgar, en ese momento recordó que no le había contado lo del trabajo

Ayer iba a contarte algo y lo olvidé— habló, su voz sonaba un poco gruesa, el continuó besando su cuello y su hombro

¿Qué es? — quiso saber emocionado, el hecho de que ella quiera contarle cosas le alegraba muchísimo, le demostraba que confiaba en él

Quiero buscar un trabajo— Nicolás detuvo sus besos por un segundo y aquello hizo que se pusiera nerviosa, no había pensado en la posibilidad de que se enojara

Creo que no es necesario— comenzó diciendo, Clarisa se sintió mal, se tensó ante esas palabras, ella lo había decidido— Pero si es lo que quieres, yo te apoyaré— al igual que Enrique, Nicolás no creía necesario que ella trabajase, pero si eso la hacía feliz, él no arruinaría su felicidad

Gracias, es importante para mí— no verlo directamente le ayudaba a decir las cosas con un poco más de seguridad, aunque no ayudaba mucho el hecho de que estuviera repartiendo besos por toda la piel desnuda de su cuello

Lo sé, si estás completamente segura de esto, yo estaré para tí— le alegró mucho saber que podía contar con Nicolás, saber que no se opondría en sus decisiones fue un alivio para ella, no podría quererlo más ¿o sí?

Más tarde esa mañana Nicolás la dejó en su casa tras haber desayunado para partir a su trabajo, ella pensó que sería un buen día para comenzar con su búsqueda laboral y con esa disposición y alegría entró nuevamente a su casa para cambiarse de ropa a una que la hiciera sentir más segura y capacitada, tendría que pedir ayuda a Louise para redactar una hoja de vida decente, ella no tenía ni idea de que colocar, se enfundó en un pantalón negro que se ajustaba a sus piernas junto a una blusa sin mangas color blanca y lo acompañó todo con unos zapatos negros de tacón, no se aplicó más que una capa de rímel y un gloss claro en los labios, antes de salir de casa marcó el número de Louise quien contestó al tercer tono

¡Hola! — gritó la otra con emoción

Hola— respondió ella alegre — ¿Estas preparada? Ya solo faltan dos días— el domingo era la tan esperada inauguración de Louise, había logrado su sueño de tener una tienda de maquillaje y cualquier producto de belleza que una mujer pueda imaginarse

¡Siiii! — Clarisa podía imaginarla dando saltitos en el apartamento que había alquilado — ¿Quieres venir? Hoy no tengo pensado hacer absolutamente nada, me tomaré este día libre, mañana ya tendré tiempo de preocuparme por los últimos detalles— ambas sabían que Louise ya tenía absolutamente todo planeado porque ella era una obsesiva con el control

AUNQUE PASE EL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora