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Despertó incómoda sobre el suelo de su habitación, un dolor en su espalda le hizo saber lo mala que había sido su noche, miró al reloj sobre su mesita de noche y vio que eran las tres de la madrugada, al verse en el espejo del tocador los recuerdos de la noche llegaron a su mente, sus ojos lucían realmente mal, estaban rojos e hinchados ni siquiera se reconocía a sí misma, tomó su celular y marcó el número de la única persona en la que podía confiar, unos segundos después contestó

Hola— hablaron desde el otro lado

Te necesito— dijo casi en un susurro

¿Clarisa que sucedes, estas bien? — su tono sonaba realmente alterado por la preocupación

Para nada— contestó ella

Está bien, llegaré en un momento— y con eso la llamada finalizó. Se sentó al borde de la cama con el corazón destrozado y la mirada perdida.

Tal como había dicho en unos minutos estuvo en su casa, sin embargo cuando quiso entrar a la habitación no pudo pues estaba con seguro

Clarisa estoy aquí, abre por favor— saliendo de su trance caminó hacia la puerta y la abrió, no le dio tiempo a su amiga de nada y se lanzó sobre sus brazos llorando

Shh, tranquila. Todo está bien— decía sobando su cabello con amor

No Louise, nada está bien— respondió ella, ambas se sentaron sobre la cama y Louise tomó sus manos junto a las suyas, mirándola directamente a los ojos preguntó

¿Qué sucedió Clarisa?— la preocupación claramente se reflejaba en su rostro al ver el estado de su mejor amiga, le contó todo lo que había pasado mientras era sostenida en un fuerte abrazo, justo lo que necesitaba en aquel momento

Yo lo amo— Louise sabía que se refería a Nicolás, sabía que probablemente nunca dejaría de hacerlo

Lo sé, Lo sé, tranquila— la rodeó con sus brazos en un cálido abrazo tratando de transmitirle todo su apoyo en él.

Llévame al hospital, por favor— pidió

***

Varios toques en la puerta lo despertaron, su cabeza dolía, dolía mucho. Con lentitud se levantó para abrirla

Por Dios Enrique ¿qué paso? las manos de Sharon fueron a su rostro con preocupación al verlo, cuando Clarisa llegó al hospital y vio el estado en el que se encontraba supo que debía buscar a Enrique antes de que cometiera una locura, aunque creció al percatarse del enorme desastre en el que se había convertido su oficina, lo miró justo a los ojos

¿Te encuentras bien?— Enrique solo asintió y la abrazó escondiendo su rostro en el hueco de su cuello

Soy un idiota— sintió entonces Sharon como su piel se humedeció —Y lo extraño tanto, necesito que me hable, que me diga que soy un imbécil, que me reproche todo lo que hago, lo necesito— su voz se quebró y lo único que ella pudo hacer fue abrazarlo con fuerza, por el tiempo que él lo necesitara. Se quedó dormido sobre el suelo y supo que no habría forma de llevarlo a su habitación.

Aunque en el momento en que se enteró de lo que Enrique había hecho se encontró devastada necesitaba saber la razón por la cual hacia aquello, no entendía como podría hacerle eso a Nicolás así que como fuera buscaría las respuestas y definitivamente el único que podía dárselas era su hermano, le pidió a Louise que se quedara con Nicolás y esta accedió, sin más Clarisa se dispuso ir a su casa donde imaginaba que se encontraba Enrique

AUNQUE PASE EL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora