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Clarisa soñaba con el mar, la brisa y Nicolás cuando el timbre de su celular la despertó, sintió al rubio moverse a su lado y se dio cuenta que se habían dormido, con cuidado se levantó de la cama para buscar el aparato, el nombre de su mejor amiga parpadeaba sobre la pantalla, al ver a Nicolás tan profundamente dormido decidió contestar

Hola — habló en voz baja para no molestarlo

¡Hola! Estaba pensando en que podrías pasarte por la tienda, hay algo que quiero mostrarte — Louise se oía muy emocionada y por un momento le causó gracia pensar en la reacción que tendría al contarle que estaba con Nicolás

Yo... no voy a poder ¿Te parece si voy el jueves? — su amiga resopló al fondo

¿Porque? ¿Qué estás haciendo? — Cuestionó, ella rio un poco y Louise no tardó demasiado en sospechar — ¿Estás con Nicolás? — le preguntó

Estamos en San Diego — le contó y tuvo que apartar el celular de su oído cuando su amiga gritó de emoción

No puedo creerlo, ¿Porque no me contaste? — le reprochó

Lo decidimos al salir de la inauguración y partimos esa misma noche — se giró hacia Nicolás para asegurarse que seguía durmiendo

¡Dios es una locura! ¡Que emoción! Bueno amiga, disfruta tu aventura, al máximo ¿Okey? Voy a dejarte, te quiero— no le pasó desapercibida la forma en la que dijo eso de al máximo o quizá solo era ella pensando cosas fuera de lugar, como le había sucedido el día anterior, se quedó allí sentada, pesando en todo lo que estaba pasando, en qué momento su vida paso de ser la chica tímida del internado a ser la novia de Nicolás, de rechazar a un chico que intentó besarla a desear a cada momento que Nicolás lo haga, ahora se sentía segura, se sentía libre, ahora tenía la oportunidad de conocer a su hermano, estaba segura de que llegaría a sanar todas las heridas, ahora estaba cerca de su mamá y la veía feliz, todo estaba yendo bien y al volver buscaría ese trabajo en el que había pensado, también para mantenerse entretenida y tener un poco más de independencia, pero aquello que más rondaba en su cabeza era lo mucho que deseaba a Nicolás, era una sensación extraña pero por más que quisiera no podía apartarla, él era tan paciente con ella, tan amoroso, era una decisión muy importante, era un paso en el que no había retorno, pero por más lo pensaba sabía que no se iba a arrepentir, era lo que quería, ella amaba a ese chico

¿Pasa algo? — escuchó su voz a su espalda, se giró hacia él y lo vio ligeramente incorporado en la cama, apoyado en sus codos

Louise llamó y me quede pensando — contó, ya no le daba temor decirle las cosas a Nicolás, le había demostrado de mil formas que podía confiar en él, que no iba a juzgarla

¿Que dijo? — preguntó, su voz se oía adormilada y ella le sonrió acercándose a él para acostarse a su lado

Gritó mucho, se emocionó y dijo que disfrutáramos, luego colgó ambos rieron, esa era exactamente una reacción de Louise

¿Y en qué pensabas? — ella suspiró antes de mirarlo al rostro, no era fácil decirlo aunque al principio pensó que si, al tenerlo tan cerca sus defensas se caían, tras unos segundos respondió:

En ti y en mi... — Nicolás frunció el ceño — En lo que pasó ayer y lo que me dijiste anoche — Los ojos del rubio se posaron sobre ella con ahínco y notó a Clarisa ruborizarse, estaba siendo sincera, era la primera vez que estaba dejando salir exactamente lo que pensaba, él se apresuró a hablar

Amor, no tienes que preocuparte por eso, ya te dije que voy a esperar el tiempo que sea necesario tras sus palabras le acarició el rostro con amor

AUNQUE PASE EL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora