Caleb me paso el historial del paciente, me puse a leerlo mientras caminaba a su habitación. James Hawkins, 28 años, ninguna alergia conocida, tampoco tomaba medicación, negativo en drogas y alcohol. Parecía un chico sano, lo único destacable en su historial era una fractura en el fémur a los 18 años, nada relevante.
Llegue a la puerta, piqué y entre.
Dentro de la habitación había tres personas a parte del paciente, cosa no permitida en el hospital, el máximo eran 2. La primera que pareció verme fue una mujer de unos 50 años, rubia, maquillada e impecable. Parecía una modelo, pero su gran sonrisa le daba una apariencia dulce y gentil. A su lado estaba un hombre de su misma edad, un poco más serio, moreno y alto, iba vestido de traje, parecía un hombre de negocios. Un poco más apartada estaba otra chica, refunfuñando cosas que no lograba oír, tenía el pelo castaño claro e iba exageradamente maquillada, por no hablar de su ropa, lo que llevaba puesto costaba el triple que mi sueldo de tres meses, y mi sueldo no es bajo.
Pero mi vista fue a la camilla, había un chico con los ojos cerrados, era rubio con el pelo corto y rizado, tenía barba, no muy larga, era de aspecto fuerte pero no excesivamente musculado, también podía apreciar algún tatuaje. Becca tenía razón, era bastante guapo.
-Hola, buenas tardes soy la doctora Halliwell, estoy aquí para revisar su lesión en la espalda y averiguar porque no siente las piernas.- explique con una sonrisa en la cara.
La chica castaña me miró bastante mal, no logró comprender porque, sin embargo la que habló fue la mujer.
-Oh, doctora, soy Julissa, la madre de James. ¿Cómo está?-pese a la gran sonrisa de esta mujer se oía preocupación en su voz.
-Aún es pronto para hablar, mis compañeros les mantendrán informados sobre...
-¿Volverá a caminar?- dice la chica castaña de mala manera interrumpiendome.
-No se puede decir aún, de todos modos ¿Eres familiar? Solo se permiten dos familiares por habitación excepto en la hora de visitas.-respondí brusca, si ella quería ser borde yo también podía serlo.
-Soy su novia, y ni tú, ni ningún medicucho me va a sacar de aquí.-bufo la señorita malos humos.
Respira Gianna, respira, pensé para mi.
-Zenani, creo que deberías irte-dijo el hombre que supuse que era el padre de James.
-Pero...
Justo en ese momento la puerta se abrió y apareció Becca acompañada de un enfermero que no conocía.
-Oh, Gianna íbamos a sacarle sangre y comprobarle la tensión. ¿Nos das un momento?- preguntó Becca.
Asentí con la cabeza y acompañé a los padres de James y a la loca de chanel al pasillo.
-Señores Hawkins, estaremos un rato haciendo pruebas, les aconsejo ir a descansar o a la cafetería, al final del día, llegarán los resultados y tendremos un primer diagnóstico. Les recuerdo que solo dos personas por habitación, excepto en la hora de las visitas, que son de 15.00 a 19.30. A partir de mañana, James podrá tener ya visitas, fuera de esas horas solo dos personas y tienen que ser familiares, pero les tengo que pedir que tampoco lo agobien. Muchas gracias por su comprensión.
-Gracias a usted por su trabajo, disculpeme, no me he presentado, soy Albert, el padre de James.
Vi a las enfermeras salir de la habitación y me dispuse a entrar.
-Si me disculpan, voy a revisar a su hijo- me despedí.
Al entrar en la habitación todo estaba más tranquilo, solo se oía el ruido de las máquinas. Me acerqué a la camilla, y unos ojos miel se fijaron en mí.
-Oye nena, tráeme una pastillita para el dolor de cabeza.
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Dame tu mano
RomanceLa vida de James da todo un giro cuando debido a un accidente de moto acaba en una silla de ruedas ¿Conseguirá volver a andar o no? De eso se encarga Gianna una joven médica que se ha propuesto que James camine. Pero, después de tanto tiempo juntos...