Capítulo 28: Enamorarse

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"Negativo". Que alivio, al ser médico había realizado un examen de sangre y no había lugar a equívocos. Sin embargo, las lágrimas salieron de mis ojos, por toda la rabia de Adam y la tensión del posible embarazo. Lo dejé salir, pero me quedé en el coche, no quería que James me viera así, pero tenía que contarle lo que había pasado, aunque saliera corriendo al oír "test de embarazo".

••••

No se que hora era, pero era muy tarde, una gran luna llena se veía desde el aparcamiento. Cuando mis lágrimas cesaron por fin, subí a casa y metí la cerradura en la llave lentamente, seguro que James estaba durmiendo.

Cerré la puerta suavemente y de repente la luz se encendió.

-¿Quieres matarme de un infarto? Te fuiste hace 4 horas.-susurro James desde su posición en el salón.

Parecía un padre regañando a su hija por llegar tarde de una fiesta. ¿4 horas? Tampoco era tanto.

-¿Me estas echando la bronca?-me sorprendí.

-Sí, un puto posit, pense que te habías ido y no ibas a volver.-dijo molesto James.

-Como no voy a volver.¡Es mi casa!-exclamé incrédula.

-Pensé que te habías enfadado conmigo por lo del doctor capullo...-susurro agachando la cabeza.

-¿Por qué me iba a enfadar contigo? Me defendiste.

-¿Entonces por qué fuiste al hospital a estas horas?-preguntó extrañado.

Suspiré, tenía que decírselo, si no me sentiría fatal conmigo misma, y con honestidad. Pero a la vez me daba miedo su reacción, aunque no tuviéramos nada y el resultado fuese negativo, no quería que me gritara o se fuera.

-Fui a hacerme unos análisis.-explique finalmente.

-¿Estás enferma?-preguntó preocupado.

-Oh, no no. Es que cuando en tu bañera... no usamos... en fin, que no nos protegimos.

La cara de James cambió de preocupación a sorpresa de golpe.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?- cuestionó él, su voz era calmada y suave, no parecía enfadado.

-Apenas me di cuenta hace un rato.-murmure.

-Cómo pude ser tan imbecil de olvidarme...Tranquila nena, tú no tienes culpa.-se reprendió a sí mismo.

-Es culpa de ambos supongo.

-No te preocupes nena, si lo quieres tener me haré cargo de todo y no te dejaré sola enserio.-dijo con ternura el chico de la silla de ruedas.

Oh James, que dulce es, aunque por fuera parece un borde y un bruto tiene un corazón que vale oro. Cualquier otro hombre saldría por patas, estas son las cosas que me enamoran de él.
¿Enamorar? Quería decir gustar.

-¿Qué? Ah no, es negativo, no estoy embarazada. Y mejor, sería una locura, ya sabes, no somos nada.-dije nerviosa.

Su gesto cambió, y no supe descifrarlo...¿decepción? ¿Enfado? ¿Tristeza? ¿Alivió? Creo que es una mezcla de todas.

-Ya... no lo somos. Pero, ¿a ti te gustaría?

¡¿QUÉ?!

-Eh, ¿Qué?-dije confusa.

-Salir conmigo nena, ¿Te gustaría?- curioseo James.

Sí, pensé automáticamente, pero me reprendí a mi misma. Es mi paciente y Adam iba a tomar represalias. A parte él ya tenía novia, o eso creía, apenas le conocía de nada y sería una locura.

-No.-respondí.

James se acercó a mi posición en el sofá y me beso, me costó no responderle, su beso era demandante. Pero era lo mejor, alejarme, no quería que tuviera problemas en el hospital, ni con su novia o su familia. Lo mejor era apartarse aunque cada vez se me hacía más difícil.

No quería que me hiciera daño como Adam lo hizo al dejarme, porque tenía el poder de hacerlo, me había enamorado de mi paciente, me había enamorado de James Hawkins.
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Uno cortito para no dejaros con la duda.
¿Qué os parece la decisión de Gianna de alejarse de James? Nos vemos el lunes, os leo🧡

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