Noté unos brazos alrededor de mi cintura, me asusté, ¿Dónde estaba y que había hecho anoche? De pronto todos los recuerdos de la noche anterior pasaron por mi cabeza.
-Mierda, me dormí en la habitación de un paciente.- pensé.
Abrí los ojos e intente que se adaptaran a la claridad, lo primero que ví fue un James demasiado sonriente y me puse de mal humor.
-Buenos días, nena.-dijo con voz ronca.
-No sabía que eras capaz de sonreír tanto-me limité a responder un poco seca.
-Ni yo que podías dejar de sonreír.¿Tan malo es dormir conmigo?-preguntó ¿preocupado? Lo dudo.
-Simplemente, no tenía que haber pasado, soy tu médico.
-¿Y mi médico no se preocupa por cómo he dormido? Mejor que nunca gracias por preguntar Gigi.-dijo molesto.
Bufé y me levanté, recogí mis cosas y me dispuse a irme.
-La operación es el lunes a primera hora, nos vemos entonces.-dije antes de cerrar la puerta.•••••••••
Llegué a casa, me duché y me tiré en mi cama. La verdad yo también había dormido bastante bien, pero no era algo que iba a aceptar y menos en voz alta.
James era una persona que me confundía mucho, a ratos era la persona más encantadora del mundo y otros el mayor capullo, y yo no estaba aquí para descifrarlo. A él le gustaba jugar, y conmigo ya habían jugado lo suficiente.
Mire mi móvil tenía 8 llamadas perdidas, dos de mi madre, una de Chloe y el resto de Adam.
Le envié un Whatsapp a Chloe diciéndole que entraba de guardia en un rato. Llamé a mi madre, pero estaba comunicando, lo intentaría más tarde. Y por supuesto ignore las llamadas de Adam. A veces y solo a veces pensaba que no estaba hecha para nadie más que no fuese Adam, él comprendía el poco tiempo que tenía libre, mis guardias, mis turnos... también me quería pese a mi físico, a mi humor y a mi forma de ser. Pero otras veces, mi cabeza decidía funcionar y darse cuenta de que eso era tóxico, que yo me quiero a mi misma, y no necesito que nadie más lo haga, que mi cuerpo no es perfecto, pero es único y es mío. Y ese era el motivo principal por el cual jamás volvería con él, porque me quiero y no quiero que nadie me impida hacerlo o me menosprecie. No es por los cuernos, ni por las traiciones, esas cosas, ya ni siquiera me importan. Solo quiero ser yo, y ser feliz.•••••••••
La guardia en urgencias estaba transcurriendo tranquila, nada grave. Hasta que ví a Becca aparecer con una gran cara de preocupación.
-Gigi, el paciente de la 428, James Hawkins, dice que tiene un dolor tremendo en un costado, y como estabas de guardia, decidí avisarte.-Explicó Becca.
-¿Tan grave es? Voy ahora mismo- respondí mientras salía corriendo dirección al piso 4.
¿Qué tan mal podía estar? Hace unas horas estaba perfectamente... Pulse el botón del ascensor, pero no bajaba. Espere, pero no aguante, subí por las escaleras. Entre en su habitación casi sin aliento, el pelo revuelto y la bata descolocada.
-Doctora Halliwell que velocidad.-dijo en tono burlón.
Puse los ojos en blanco, sabía que no le iba a doler nada y solo quería entretenerme.
-A ver James, ¿Dónde te duele?.
-Justo aquí.-dijo mientras señalaba sus costillas.
-Esta bien, quítate la camiseta ¿Te ayudo?-pregunte con tono aburrido.
James se quitó la camiseta por sí mismo, y cuando lo hizo me quedé perpleja. Y no por sus abdominales bien marcados que harían babear a cualquier prepúber. Si no, por el enorme moratón que tenía en su costado derecho.
-¿Te has dado un golpe?¿Qué ha pasado?- pregunte preocupada.
Silencio.
Por la caída en moto no puede ser, parece reciente, y ya le habían quitado los puntos de sus heridas, estaban curadas.
-¿James?-insistí.
-No te rías.-amenazó el chico.-Me caí ayer de la silla de ruedas.
-James...- susurré con pena, no quería reprocharle por no contar nada, quería que confiara en mí para contarmelo.
Le palpe el golpe entre quejidos por su parte, parece no ser grave, simplemente un golpe fuerte, mientras le palpaba el golpe levanté la mirada, y mis ojos azules conectaron con aquellos color miel. Ví pena y vergüenza en ellos, y entonces lo entendí todo.
-No es nada grave, pero ¿No estas pidiendo ayuda a nadie verdad?-James negó con la cabeza.-Deberías dejar que te ayuden, tu familia, las enfermeras, las auxiliares... Es por tu bien.-concluí.
-No quiero ser una molestia-dijo James en un susurro casi inaudible.
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Y aquí otro capítulo más, en el siguiente capítulo vais a aprender muchas cosas de James y su familia ¿Que os parece?🙈
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Dame tu mano
RomanceLa vida de James da todo un giro cuando debido a un accidente de moto acaba en una silla de ruedas ¿Conseguirá volver a andar o no? De eso se encarga Gianna una joven médica que se ha propuesto que James camine. Pero, después de tanto tiempo juntos...