Capítulo 21: Piercings y Tatuajes

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James comió con mucha ansia a pesar de no tener fuerzas, yo permanecí callada, observando, es un chico realmente guapo, no un guapo de modelo o un guapo de dios griego, era un guapo especial, sabías ver perfectamente que lo era pero no podías definir porque.
Tenía su pelo rubio ceniza revuelto con pequeños bucles cayéndole por la frente, tenía la barba más larga que normalmente y sus ojos avellana brillaban mientras disfrutaba de aquel manjar. Su boca se abría para dar paso a la pizza y luego volvía a cerrarse para masticar, oh dios, su boca, era tan tentadora, me apetecía quitarle la pizza y volver a besarle. Sus besos eran tan suyos, intensos pero a la vez dulces, su aliento sabía a menta, siempre que lo había besado. ¿Comerá muchos chicles? ¿Ahora si le beso sabrá a pizza?
Despeje esos pensamientos de mi mente y me fije en el aro plateado que rodeaba un lado de su nariz.

-¿Cuándo te hiciste el piercing?-pregunte por romper el hielo y que mi mente no me jugase una mala pasada.

-¿Cuál de ellos?-respondió James sin dejar de comer pizza.

Levante un ceja. ¿Cuál? ¿Acaso tenía más?

-El de la nariz. ¿Tienes más?-pregunte confundida.

-Cuando tenía dieciséis, y sí, tengo más pero para saber dónde tienes que descubrirlo nena.-dijo con una sonrisa de lado.

Y aquí estaba de nuevo el James chulo y seguro de sí mismo, y el James triste y vulnerable desaparecía. No lo comprendía, intentaba descifrarlo pero no podía, él era una persona realmente complicada.

-¿Tú tienes alguno?-preguntó cambiando el ambiente a uno menos caldeado, o eso creía...

-¿Piercings? No, tengo el agujero del ombligo pero no lo pongo. Solo tengo un tatuaje.-respondí como si estuviera hablando con un amigo.

-¿También tengo que averiguar dónde?-río James.

-No es necesario- reí.

Levante la manga de mi jersey por encima del codo, mostrando unos pequeños pulmones, y uno de ellos el izquierdo lleno de flores.

-Es por mi padre-explique- murió hace diez años de cáncer de pulmón, el izquierdo estaba lleno de metástasis y no había nada que hacer con él.

Aunque mi padre había muerto ya hace muchos años seguía doliendo, y mis ojos se humedecieron. James tiró de mí y me atrapó entre sus brazos. Estaba tan cómoda allí, me sentía segura.

-¿Te enseño uno de los míos? Pero vas s tener que ayudarme-sonrió separándose un poco de mí.

Asentí.

-Mira mi tobillo izquierdo, al lado del hueso.-me dio indicaciones.

Y eso hice, me agache, no llevaba calcetines así que la tarea fue fácil, había una pequeña ala en el lugar indicado.

-Para volar.-explicó con una cara de paz mental que me sorprendió.

Volví a mi lugar, sentado a un lado de la cama, me armé de valor, e hice la pregunta que deseaba hacerle desde hace mucho tiempo.

-¿Por qué estás aquí solo? Si no llego a venir...-dije casi en un susurro.

-El dinero no da la felicidad, y yo no doy dinero.-puso una mueca triste.- No me mal entiendas, mi familia me quiere, aunque no sea como ellos. Pero prefiero no molestarles ni depender de ellos. Puedo yo solo de verdad, solo fue un fallo. Estoy intentando acostumbrarme a esta nueva realidad.

Y en mi cabeza se quedó pinzada la última frase.

-¿Adam, quiero decir, el doctor Martin, te ha dicho que no vas a volver a caminar?- Pregunte.

-No...

-James tienes muchas posibilidades de verdad, solo tienes que trabajar duro, y todo irá bien. Pero necesitas ayuda, no puedes vivir aquí solo.

-Pues vuelve a atenderme nena. Ayúdame, por favor.-suplico James.

Me resigne, mi consciencia (y mi corazón) no me permitían no ayudarle.

-Esta bien, te atenderé, pero tengo mis condiciones.-le aseguré.

Me levanté y encontré un boli y un posit, comencé a escribir:

1.Trabajar duro en las terapias
2. Comer sano
3. Dejarse ayudar
4. Nada de besos
5. No vivir solo

Se la pase a James y después de leerla me miro fijamente.

-Acepto ¿Cuándo me mudo a tu casa?

-¡¿QUÉ?!-grité exageradamente.

-No quieres que viva solo, y no voy a recurrir a mi familia.- explicó

Lo pensé, era una mala idea, malísima idea. Pero había prometido que James iba a volver a andar, y siempre cumplo mis promesas. Resople y él sonrió.

-¿Me ayudarás con la maletas no?-preguntó burlón.-Y tengo otra condición, las reglas empiezan mañana.

Tiró de mí, que volvía a estar a su lado en la cama y me beso, al principio suave y lento, pero después más fuerte y pasional. Y sí, correspondí. Y sí, sabía a pizza.

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¿Que os ha parecido? 🙈
⚠️AVISO SPOILER: En el próximo capítulo va a ver detalles para adultos🔞 Si no es el contenido que os gusta leer os recomiendo pasar la parte del capítulo en la que se muestra, de todas maneras, decidme si preferís detalles o no.

Os leo 💛

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