Capítulo 4:La reunión

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Era la última en llegar, en la sala estaban los doctores Taylor y Martin, acompañados de más expertos en estas lesiones.
-Bienvenidos, el caso del señor Hawkins es complicado, las radiografías no muestran fractura pero no negamos la existencia de alguna fisura a la altura de las lumbares-empezó a hablar Caleb- sin embargo, no nos explicamos la pérdida de sensibilidad, la inflamación ya bajado casi completamente, y seguimos sin respuesta.
-Al no haber un motivo claro podría ser psicológico.-comentó un doctor que no conocía.
-No lo creo doctor, debería tener causa fisiológica- respondió la doctora Sanders, la jefa de psicología y psiquiatría del hospital.
-Puede empezar en rehabilitación y terapia, puede ayudarle e intentar recuperar la mayor movilidad posible.-propuse
-No creo que sea una buena idea, si tiene un daño en la médula que no conseguimos ver, lo mejor es que se vaya acostumbrando a la silla de ruedas.-dijo Adam rechazando mi propuesta.
-Yo, sin embargo, creo que la propuesta de la doctora Halliwell es la más acertada, no logramos encontrar la fuente del daño, pues actuemos como que no está, que mantenga reposo unos días, si es una fisura se arreglará sola, y luego empezamos con la rehabilitación. ¿Tiene usted un programa de rehabilitación y terapia verdad doctora?-sentenció el director del hospital.
-Así es director, tratamos casos simples como daños en articulaciones hasta casos más graves como el del señor Hawkins.-respondí orgullosa, desde que llegué al hospital había trabajado en ese proyecto, y era fantástico que el director le diera mérito.
-Pues el paciente empezará el lunes que viene, si no hay novedad en su salud.
•••
-¿Estarás contenta no, Gianna?- me acuso Adam al salir del gabinete de reuniones.
-¿Pero qué dices?-"gilipollas" pensé.
-Primero me dejas de capullo delante de todo el hospital, tú quedas de pobre víctima. Y ahora, me dejas mal delante del director del hospital, ambos sabemos que ese tío no va a volver a andar en su vida.-escupió sus palabras con un odio que no sabía que tenía.
-Adam, me pusiste los cuernos ¿recuerdas? De todas maneras no voy a hablar contigo dentro del hospital de asuntos personales. Y, no se si mi paciente, va a caminar o no, pero te juro que haré todo lo posible para que así sea, por su bien, y por cerrarte la boca a ti.
-Tienes razón, ¿Tomamos un café luego y hablamos de lo nuestro? Yo te quiero Gi.
-No, Adam, no más cafés, no más charlas, se acabó, asúmelo, la cagaste.
Y me fuí de allí prácticamente corriendo, no quería seguir con esa conversación, no quería llorar. Estaba trabajando y una familia estaba esperando los resultados de su hijo, llame a Caleb y nos dirigimos a la habitación de James Hawkins.

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