Capítulo 24: Abrazos y lágrimas

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James se había retirado a mi habitación y yo me había quedado con Mackenzie tirada en el sofá. Lyra había aparecido por primera vez en el día para acurrucarse contigo.

-¿Entonces qué pasó con mamá esta vez?-pregunte dulce mientras acariciaba el negro pelaje de mi gata.

-Necesito estudiar, es mi primer año en la universidad, y estoy realmente estresada. A ella solo le preocupa que traiga dinero para colaborar. He trabajado todo el verano anterior para poder estudiar lo que me gustaba...-dice mi hermana con lástima.

Yo me pagué la carrera de medicina y la especialización con la herencia de mi padre, pero Mackie no pudo acceder a ella hasta hace unos meses cuando cumplió 18. Mamá no quería que estudiara, ni ella ni Leah, dice que si quieren vivir en casa tienen que colaborar económicamente. Por eso mi hermano Jacob y yo nos independizamos pronto, adoro a mi madre, pero es demasiado estricta.

-Puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras-susurre.-Pero hay que hablar con mamá... Tú tienes que estudiar y nada más.-dije bajito mientras le acariciaba el pelo.

-Gracias Gigi.-me abrazo dulcemente.-¿Y qué te traes con James?-preguntó con picardía.

-Nada y todo.- reí

-Te gusta.-afirmo mi hermana pequeña.

-Sí, me gusta. Pero da igual, es mi paciente, y una simple atracción no me va a costar la carrera.

-Pero no es una simple atracción Gigi, se te ve. Y a él también. ¿Tú irías a casa de un médico que apenas conoces hasta recuperarte?

Y con esas palabras mi hermana, me dejó pensando y se fue a dormir.
James conmigo solo quiere sexo, aunque lo niegue tiene una relación con Zenani, aunque huya cada vez que las cosas se ponen feas. Me da pena James, y me parece muy feo de su familia la poca ayuda que le ofrecen aunque él se niegue a aceptarla. James está solo, muy solo, y eso es lo que me conmueve y me da lástima, por eso está aquí. No porque me guste, aunque no voy a negar que tenerlo cerca no me disgusta. Eso me recuerda que hace rato que se fue a la habitación, igual ya está dormido. Y yo también necesito dormir, mañana trabajo.

Abro lentamente la puerta de mi habitación por si James está dormido, pero la luz está encendida. Está sentado en su silla lleva una camiseta de pijama pero la parte de abajo sigue siendo la misma que llevaba antes, está de brazos cruzados, está enfadado.

-¿Te ayudo?- le pregunté dulcemente a James agachandome a su lado.

-Déjalo, soy un inútil.-susurro molesto.

Le ignoré y cogí el elástico de su pantalón y tiré hacia abajo. Él me cogió las manos y apretó.

-Para-gruñó.

Pero le seguí ignorando y le saque lo pantalones, dejándole en boxers, cogí los pantalones del pijama de encima de mi cama y le cogí una pierna para meter una pernera.

-Gianna, no me quiero enfadar contigo, PARA.-dijo lo último gritando.

-No, te quiero ayudar, y no grites Mackenzie esta en la cama.-seguí con mi sonrisa y continue con la otra pierna.

-Gianna...- me advirtió

Le levante el culo y le subí el pantalón entre sus gruñidos de mal humor. Acerque su silla al lado izquierdo de mi cama y le intenté ayudar a colocarse en la cama, pero el lo evitaba a toda costa. Suspire, era imposible. Cuando James ya estaba en la caba bajo el nórdico, me fui al vestidor, cogí un pijama gordo y peludito de pandas y me cambié. Me miré al espejo y me quite el moño que llevaba todo el día puesto, mi pelo quedo realmente horrible, mi media melena negra estaba medio ondulada y super hinchada. Intenté cepillar mi pelo inútilmente y salí del vestidor.

-No se que es más gracioso si el pijama de pandas o tus pelos de bruja malvada.-rió James al verme.

¿Ahora este de buen humor? Que le den.

-Bruja malvada voy a ser como no te calles y no te duermas.-bufé.

Me metí en la cama y apague la luz. James era como un niño pequeño, se enfadaba por nada y al rato estaba super feliz. Era imposible entenderle. No se si era una buena idea ayudar a alguien que no quería ayuda, es muy difícil soportar desprecios solo por queder hacer su vida más sencilla. Me apetecia llorar, creía que me estaba equivocando en todo, era inútil pelear con James. Yo era médica, mi deber era ayudar al resto y el no quería mi ayuda y eso me chocaba muchisimo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por unos fuertes brazos abrazandome por detrás.

-Dormir contigo, no es el rollo médico-paciente.-susuro en mi oreja.

Y mi corazón se encogió, esto es con lo que James me ganaba, esa dulcura y ese amor que se ocultaba en el fondo. Era una persona muy fuerte que se lo guardaba todo, no quería verse indefenso ante el resto y se que verse indefenso ante mi para el era una debilidad. Lo que él no sabía era que mi debilidad era él, y que para mi ayudarle no era verle frágil o débil, para mi era ser yo, mi personalidad es ayudar a todos.
Si mi madre necesita dinero, siempre se lo he dado.
Si Mackenzie se hace vegana, yo me vuelvo experta en comida vegana.
Si Jacob rompe con una chica, yo soy su hombro para llorar.
Si Leah no puede más con los examenes, yo la ayudo a estudiar las horas que sean.
Porque quiero a esas personas y se lo demuestro ayudandolas.

Me giré sobre mi misma, dandole la cara a James y enterrandola en su cuello.

-¿Estas llorando?-preguntó asustado.

-Déjame ayudarte, por favor.-dije entre leves sollozos.

Me beso el pelo en repetidas ocasiones.

-No puedo nena-susurro contra mi pelo.

-¿Por qué? Para mi no es hacerte inútil o débil, para mi es demostrarte que me importas.

-¿Te importó?-dijo confuso.

-Como si fueras de mi familia.

Y esa frase no le gusto nada, porque automáticamente me soltó y se puso boca arriba.

-Ese es el problema, duerme Gianna.

Cuando me llamaba por mi nombre sabía que las cosas no iban bien y no sabía que había dicho mal, automáticamente se me quitaron las ganas de dormir con él.
Me levante con mis sollozos rumbo al sofá, me sentía tonta. Pero James tiro de mi, y como si estuviera echa de papel caí a su lado, y me abrazo como estabamos antes, pero más fuerte.

-No llores nena, el problema soy yo.

-¿El problema eres tú?

-Duerme nena.-susurró contra mi pelo, y como si fuera un hechizo mis ojos empezaron a pesar y las lagrimas a cesar. Esta a punto de caer dormida cuando oí un susurro a lo lejos "No me dejes solo".
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Cuando estaba escribiendo este capítulo, pensé que iba a ser algo cortito y cuando lo acabé pensé que no iba a tener más de 400 palabras, sin embargo tiene 1170 palabras.

Espero que lo disfrutéis, el siguiente puede que sea en la perspectiva de James, ¿Que os parece?
Os leo💛

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