Mo dao Zu Shi. Contigo en la oscuridad de mi luz.

Confrontación II

Unos cuantos meses han pasado, la última gran boda de los Jiang ha comenzado con la ceremonia de las reverencias, Lan XiChen ha adoptado el nombre de su esposo y dejo de llamarse oficialmente Lan, bajo sus atuendos rojos Jiang XiChen no solo se ve hermoso, su piel perlada resalta aún más haciéndole ver como una deidad en el mundo de los mortales. No se desmerece a los matrimonios anteriores de los Jiang ya que cada uno tuvo su propio toque. El de Wei WuXian, su matrimonio, la pareja transmitía mucha ternura y amor, mientras que el matrimonio Jin transmitía ostentosidad, ilusión y devoción además de amor. Ahora el tercer matrimonio de los Jiang transmite elegancia, como si fueran hermosas criaturas divinas caminando entre los mundos. De las tres parejas esta es la más etérea y en el fondo lo que todos tienen en común, es que se casaron amando a sus respectivos esposos.

La cena y la fiesta se llevó a cabo con normalidad. Meng Yao asistió como sirviente personal del segundo maestro Nie, ya que aún le está suministrando la infusión que ayuda a restaurar el núcleo del joven y como era de esperar no perdió la oportunidad de encontrarse a solas con Jiang XiChen.

-¡hermano! - saluda Meng Yao con una reverencia.

- ¡no es necesario que te inclines! - le ayudo a enderezarse, dejando ver su dulce sonrisa.

- ¡este sirviente conoce su lugar! - sonrió.

- ¡somos iguales! - exclama con amabilidad.

- ¡me alegra que piense así de mí!, pero lamentablemente la sociedad nos clasifica.

- ¡A- Yao! - la mirada del mencionado brilla emocionada ante la cautivadora sonrisa de aquel hombre que le roba le corazón. Él debió haber hecho las reverencias con aquel hermoso jade, él debió de estar en su corazón, él debió ser todo en la vida de aquel hombre, es lo que Meng Yao piensa... pero eso es algo que ya no importa puesto que nunca se sabe lo que ha de ocurrir en el futuro, ni las vueltas de la vida, solo debe esperar...

- ¡hermano! - sonríe con dulce gracia - ¡le deseo un buen por venir y buenos deseos en su matrimonio.

- ¡gracias! - le devuelve la sonrisa.

- ¡A-huan! - aparece su esposo quien sujeta al jade firmemente de un brazo ejerciendo una notoria y dolorosa presión, con el ceño fruncido sin despegar la vista del enano.

- ¡maestro Jiang!- hace una reverencia - ¡les deseo felicidad en vuestro matrimonio, que sus deseos se cumplan sin percances y que el cielo los bendiga con hijos sanos! - se vuelve a reincorporar para darse cuenta de que ni siquiera fue escuchado por el Jiang.

- ¡una vez más, gracias! - dice el jade con una reverencia.

- ¿qué no te ibas a nuestra habitación, que haces perdiendo el tiempo aquí?

- ¡WanYin! - el mencionado no respondió y arrastro a su esposo entre tirones hasta llegar al nido de amor que fue preparado para ellos, ahí arrojo violentamente a la cama al jade.

- no te quiero cerca de él - arrastro sus palabras entre dientes - no quiero que respires el mismo aire que él - le quita el velo lentamente - no quiero que vuelvas a dirigirle la palabra - se sienta en la orilla de la cama junto a su esposo quien esta expectante a cada movimiento del menor.

- ¡A-yin, solo somos amigos! - dice asustado ya que anteriormente han tenido fuertes discusiones a causa de ese sirviente y en más de una ocasión termino siendo físicamente castigado por su actual esposo - yo... - el menor lo silencio con una sonora cachetada y el jade prefirió guardar silencio para no alterarlo más.

- no puedes ser amigo de aquel con quien me engañabas, no puedes ser amigo de alguien que aun sueña con revolcarse contigo y meterse entre tus piernas – el menor, está realmente enojado y esta vez sin juegos le dará una lección para que no lo olvide - para que entiendas cuanto me molesta verte cerca de él - le arranca con violencia la cinta de la cabeza al mayor - te daré un castigo que no olvidaras - bruscamente lo pone sobre sus rodillas boca abajo para amarrarle las manos a la espalda.