Mo dao Zu Shi. Contigo en la oscuridad de mi luz.

Cuestión de alianza.

Han pasado unos días y la fiebre en el jade ha ido menguando lentamente, al ver su estado Lan Qi Ren se quedó para cuidar de su sobrino con ayuda de Meng Shi, quien sintiéndose culpable por los actos de su hijo no dudo un minuto en ayudar al líder Jiang, quien por sus obligaciones no puede estar siempre con su esposo y familia, además Meng Shi se quedo para verificar que el veneno de su hijo haya sido eliminado por completo del cuerpo de madame Jiang, ella tiene esa clase de conocimientos a pesar de no ser una cultivadora.

Los meses han pasado, Lan Qi Ren envió las invitaciones para su boda y por primera vez en un par de años abre las puertas de Gusu para el mundo del cultivo, ahora se siente con la confianza debido a los discípulos que envió el líder Nie, todos entrenados para ser guerreros y Wen Qing no se quedó atrás también envió más que discípulos, soldados de guerra y doctores. A la fiesta acudió Wen Ruo Han y su pequeña hija con la cual es demasiado aprensivo, tanto que costó convencerlo para que le dejara jugar con el resto de los niños que corrían libres por todos lados, a todo esto, no hubo invitado que no quedase sorprendido ya que Gusu cambió drásticamente, es más cálido, las mujeres caminan a la par de los hombres, los niños corren de un lado a otro, una imagen que nadie creyó ver jamás, de sus sobrinos el único que no hace acto de presencia es el segundo jade y el mayor asistió solo por consideración a Meng Shi y por WanYin, como furen Jiang debía hacer acto de presencia. En esta boda todos los niños de nuestras familias principales se conocieron e hicieron amigos, cada uno con su manera de ser y personalidad, a Wen Ning le llamó mucho la atención una pequeña niña muy tímida, sonríe por que le recuerda a él de su vida pasada y sin pensarlo mucho se le acercó ya que la vio muy sola, sin permiso la tomo de la mano y llevo al grupo de niños para que se integrara e invento un juego para que todos participaran. Desde lejos la araña Violeta observa la escena, ella es una de los poco que sabe que esa pequeña es hija de Wen Ning y que la otra niña de ocho años en realidad es el mismísimo Wen Ning.

La ceremonia fue un rotundo éxito, sin por menores, los invitados no esperaban una fiesta tan ostentosa y desprovista de restricciones para ser la secta de Gusu Lan.

Jin Guang Yao ya estaba haciendo planes para adueñarse de Gusu incluso tiempo atrás le insinuó a su madre que por ser hijo de la futura madame Lan él también tenía derechos en la secta pero la mujer lo bajó de esa nube diciéndole que no tiene derechos, ya que Lan Qi Ren no lo va a reconocer como hijo y tampoco lo va a inscribir en el libro familiar y aunque su futuro esposo lo aceptará ella se opondría, sobre todo después de enterarse de la clase de hijo que tiene, podrá visitarla pero que no haga ninguna clase de planes. Su propia madre se volvió un obstáculo y no lo reconoce dentro de su nueva familia y lo que más rabia le da es que tendrá que compartirla con dos cachorros que no son hijos de ella.

La vida continua de la mano del tiempo y Jin Guang Shan ya está cansado de esperar resultados en lo que respecta al hecho de obtener el poder del beta un 100% controlado, Jin Guang Yao insiste que todo se debe a que es él quien no puede controlarlo y que debe esforzarse más, pero al decir verdad el joven Jin ya tiene ese poder y lo controla al revés y el derecho, solo lo oculta para adquirir más experiencia.

- tengo que destruir a los Wen, sin ellos en mi camino yo me impondré como cultivador jefe debo controlar este poder - dice Jin Guang Shan mirando a Wei Wu Xian, quien ya ni siquiera esta desnudo debido que hace tiempo dejo de intentar tener hijos con él porque ya obtuvo lo que quería por otro lado - si no me sirvieras me habría deshecho de ti hace tiempo - le acaricia su largo cabello - no eres nada mas que un hermoso trofeo.

en n lugar más privado Guang Yao se encuentra con un viejo conocido -¿cómo es posible qué aun no encuentres nada? - cuestiona Guang Yao la eficiencia de Xue Yang.

- ¿¡perdón!? - alza la voz Xue Yang - es muy difícil rastrear la energía de un cultivador a través del vacío que queda en medio de una teletransportación.