Mo dao Zu Shi. Contigo en la oscuridad de mi luz.

Confrontacion III

Lan WangJi se acercó a la puerta con la intención de abrirla y largarse, él deseaba esa oportunidad, pero de manera diferente. Estando la puerta se detuvo al escuchar leves gemidos emitidos por Wei WuXian que se acompasan con pequeños rugidos, el jade se gira expectante, extasiado encontrándose con el indomable completamente desnudo sin la ropa de cama que anteriormente lo cubría. ¡lo ama tanto! ¡qué duele! Desea hacerle el amor, pero no bajo está condición, debido al único celo que sólo él puede calmar.

- ¡Lan Zhan...! - arrastra las palabras de manera provocativa con un toque de sensualidad - ¡Lan Zhan...! ¿qué no ves que te quiero dentro de mí? - Wei WuXian con sus propias manos recorre su cuerpo, rozando sus pezones que ya se ven erectos, bajando por su vientre hasta llegar a sus muslos para luego regresar por el mismo camino por donde sus dedos se deslizaron - mira lo lubricado que estoy - separa sus piernas a no más poder - ¡poséeme, haz lo que quieras conmigo, alivia mi dolor...! - le mira seductor.

Lan WangJi traga en seco, señal de que perdió la cordura y con el único movimiento que realiza crea un hechizo de aislamiento para que los ruidos no se escuchen fuera de la residencia médica, perdiendo así la sensate de sus pensamientos y sentimientos. El jade se siente excitado, toma su pene y lo estimula, se sube a la cama y se posiciona sobre el menor, entre sus piernas.

- no me hago responsable de tus palabras – le susurra al oído. de una sola estocada lo penetra llegando hasta el fondo.

Encerrado en su habitación se encuentra Wei Ning, acostado en posición fetal, abrazado al hanfu de su esposo, en el cual tiene hundido su rostro y nariz. En la prenda siente el aroma de su dueño, lo sostiene con fuerza y lo usa para calmar su triste corazón. Sabe que su esposo está con Lan WangJi, sabe lo que están haciendo, aunque esta consiente de eso, sabe que tarde o temprano eso debía suceder, lo acepta en silencio, pero eso no significa que no duela. Mientras todos están felices y dándose palabras de aliento por haber acabado con el martirio de Wei WuXian al aplacar su celo... el pequeño Wei Ning está solo, sin palabras de consuelo que alivie a su pobre alma y sin que nadie venga a acompañarlo y darle aliento.

La mañana llegó y Wei Ning se da cuenta de que su esposo aún no ha llegado, no va a seguir llorando, está cansado y le duele la cabeza y aunque tiene hambre no quiere ir al comedor, no quiere falsas miradas de comprensión y empatía sobre él, decide levantarse e ir al pueblo a dar una vuelta y ver que puede comer, al menos ahí la gente es más auténtica.

Wei WuXian despierta desorientado, todo le da vuelta, se siente fatigado y dolorido y lo que es peor, no recuerda nada de lo ocurrido durante su celo, es primera vez que algo así le pasa, eso de apagarse por completo. Quiere levantarse y al hacerlo no solo se da cuenta de que está desnudo, sino de que su vientre está hinchado y que por alguna extraña razón su canal reproductivo femenino le duele más que nunca, al ponerse de pies y mirar a su alrededor siente que algo escurre por sus piernas, coge un poco de residuo con sus manos y al llevarlo frente a sus ojos se da cuenta de que eso es semen.

- ¿cómo, pero porqué, con quién...?- su cabeza da vueltas, se siente asustado y nervioso. por el olor a feromonas que hay en la habitación sabe que no corresponde a su esposo, se agarra de la cabeza tratando de procesar lo que está pasando, sigue olfateando para ver si reconoce el aroma de aquel alfa.

- no necesitas hacer eso - interrumpe Lan WangJi a Wei WuXian - olfatear.

- ¿¡contigo!? - el indomable quedó impactado, congelado - ¡esto no me puede estar sucediendo!

- soy el alfa a quien te acoplaste, acéptalo y no hagas ningún escándalo.

- ¡tú no! - exclama con espanto.

- tú me escogiste, soy yo quien no tuvo opción.

- ¿¡al menos podrías vestirte!?- sugirió nervioso.