No hay veneno.

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Ha pasado un par de años y los corazones de quienes lo conocieron y amaron con sinceridad aun duele, no hay pistas de Wei Wu Xian por ningún lado, se recorrieron todas las tierra de cada secta, desde las mas poderosas hasta las más pequeñas y cada uno de sus pueblos al rededor, no se encontró ningún rastro de nada ni siquiera una composición biológica. La esperanza de encontrarlo algún día se empezaron a desvanecer cada vez mas en el tiempo, todos resignados deben continuar viviendo, a pesar del dolor. En las reuniones o festejos, la felicidad se veía opacada por las sonrisas llena de doloras nostalgias debido a hermosos recuerdos que se vuelven tristes al no tener con ellos a aquel chico que andaba saltando de un lado a otro como si fuera un conejito en campo abierto o revoloteando como una hermosa ave batiendo sus alas entre las flores silvestres. Ya no había nada.

Después de dos años, mucho es fuerzo, fatiga mental y emocional, Wen Qing logro hacer que su padre recuperara un poco de lucidez, momento que aprovecho para hacer que Wen Ruo Han sintiera nuevamente el alma de su pequeño ángel en el cuerpo de una pequeña niña que ya bordea los ocho años y mas feliz se siente al saber que su pequeño príncipe recuerda todo su pasado, motivo por el cual lentamente, RuoHan se ha ido recuperando. Wen Qing le ofrece el liderazgo de la secta pero su padre se niega a regresar, así que la mujer sigue en el mando. Wen Ning cuando despertó recordó a la familia que formo con el indomable y la desesperación por tenerlos de regreso lo invadió así que su hermana mayor le borro de la memoria aquellos recuerdos gracias a un hechizo y su vida continuo tranquila y por primera vez  decidió disfrutar de su niñez sin ser intimidado, aislado y con temores, a pesar de los años de experiencia de su vida anterior... solo era un niño de quince años dejándose llevar por su corazón y saltándose etapas para vivir la que deseaba junto a otro niño que amaba, todos abalados y autorizados por adultos responsables. RuoHan ve a su hija correr y jugar con niños de su edad feliz y segura de si misma, esta vez lo va a corregir esa alma disfrutara de esta nueva oportunidad y no sedera a ninguno de sus caprichos si lo van a lastimar, no importa que tan feliz estos le puedan hacer. no quiere quitarle los ojos a su cachorro que corre tras las mariposas a campo libre, pero más haya a la sombra de un árbol ve una silueta que le muestra la sonrisa más cálida que jamás pensó volver a ver en su vida.

- ¿¡Wei Ying!? - aquella aparición hace una reverencia para irse por el mismo camino por donde se fue su hija y en el transcurso desapareció- ¡muchacho impetuoso!- sonríe - después de todo un poco de ti se quedo con ella.

Lan Qi Ren, después de recibir a su hija adoptiva, se aisló del mundo de cultivo. El muro que los protege los potenció aún más. Vive con la sombra del secuestro de su hijo mayor y con la muerte de su amado FengMian. Pero con dolor y todo, debe continuar. No es tanto el sufrimiento, ya que la madre de Jin Guang Yao, Meng Shi, con el tiempo ha ayudado al líder Lan a vivir con ese dolor y sin querer logró un pequeño espacio en ese duro corazón. De paso, sus hijos vieron en ella a una madre.

Lan Qi Ren sonrió mientras veía un hermoso panorama donde Meng Shi estaba debajo de un árbol con sus dos niños - ¿Por qué no? ¿Qué importa su pasado? -  se pregunta QiRen - Tal vez, solo tal vez, si no hubiera sido un cobarde, sus padres aún estarían con vida y ellos no se habrían ido de su lado -  Con un suspiro, regresó sobre sus pies para continuar con sus deberes. Por otro lado, Meng Shi, a pesar de que extraña a su amado hijo, no desea dejar Gusu y ni siquiera ha mostrado interés en saber de él. No es porque esté molesta con el joven, sino que en ese lugar se siente en paz por primera vez desde que recuerda, y eso la hace olvidarse de todo lo que en la vida le causó pesar.

Jin YanLi tiene un hermoso niño de casi dos años. Debería tener una hermosa vida familiar, de no ser que su esposo desapareció meses después de haber nacido su hijo. Desesperada, trató de regresar con su familia, pero el líder Jin no permitió que se llevara al niño. Así que se vio obligada a quedarse debido a que el líder la encerró en una torre para mantenerla vigilada día y noche. Madam Yu ZiYuan, al enterarse de que su hija estaba siendo prisionera, fue a exigir una explicación pidiendo ayuda de todos los líderes que se reunieron en la secta de Yunmeng Jiang. Al descubrir que las acusaciones de la líder son reales y por ser madre de un joven maestro, acorralaron al líder Jin para que la liberara y asegurarse de que lo exigido se cumpla. Cada secta enviará a dos de sus discípulos para resguardarla, los que se irán relevando cada quince días. Madam Yu ZiYuan se impuso y dijo que se iría a vivir a la secta Jin para cuidar de su hija y nieto, sobre todo después de la desaparición de su yerno. Para entonces, aprovechando que todos los líderes están presentes, entregó su título y lo cedió a su hijo Jiang WanYin en una ceremonia improvisada. La mujer intentó entregarle a Zidian, pero el joven líder no lo aceptó, argumentando que es mejor que se llevara el arma con ella en caso de cualquier cosa, que tal vez podría necesitarla.

Mo dao Zu Shi. Contigo en la oscuridad de mi luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora