Irresistible |ITZER|

43

El siguiente día Itzan despierta antes de Ester, se levanta, tomando toda su ropa menos chaqueta. Ester logra despertarse a tiempo para detenerlo a irse de esa manera tan rápida sin explicarle lo que le sucedió anoche.

-Espera.

-Tengo que irme.

-¿A dónde?

-A la universidad.

-Itzan, es el sábado.

Él le mira serio, nunca le gusta ser pillado o atrapado en algo así, no sabe qué decir, fue una mentira que se salió de mano por no tomar en cuenta que día es.

-Volveré esta noche.

-¿A dónde piensas irte?

-No eres mi madre, déjame en paz.

Ester se levanta, siguiéndole.

-No te vas a irte sin decirme que sucede.

-Joder, me desesperas.

-Claro, un día te desespero y el otro día vienes aquí porque no tienes donde irte o quien sabe por qué. ¿Qué te pasa, Itzan? Me lo puedes decir todo.

Ester pone manos sobre su cara.

-No me hagas esto... - dice, quitando sus manos

-Me preocupas mucho, últimamente no te ves nada bien.

-Soy mejor que nunca, créeme.

-Me duele el corazón verte así, sé que me mientes y ahora rechazas mi ayuda.

Itzan da un paso más hacia ella, pone manos sobre su mejilla, lo hace solamente para tranquilizarle un poco.

-Te dije que venir esta noche.

-¿Para follar, no?

-¿Qué?

Ella lo empuja, un poco dolida.

-¿Es todo lo que buscas de mi de repente? ¿Nada más te interesa?

-No me hagas estas escenas, mucho menos ahora... mi vida se ha complicado bastante como para fingir que somos dos personas interesadas en algo más que simple sexo.

Ella le mira incrédula, cada día le sorprendía más y más.

-Entonces puedes salir de aquí y no volver nunca más.

-¿Eso quieres?

-No necesito a este Itzan, necesito que seas tú, ese chico que sabe ser normal, divertido y tierno a veces. No quiero que seas oscuro y grosero conmigo, yo solamente busco ayudarte.

Itzan sale de su habitación, saliendo de su departamento tan decidió a hacer lo mismo que hico anoche aunque se olvido de pequeño detalle... había dejado su chaquete adentro sin darse cuenta.

Ester se ducho, ponía maquillaje, quería tratar ocultar que estaba llorando ya que Marta le preparo el desayuno.

-Hola – le saluda Ester

-Hola, bella durmiente.

-¿Qué?

-Menos mal que estaba dormida profundamente, oí algunos gritos llegando de tu habitación.

-Perdón.

Ester sienta por la mesa.

-No te ves nada bien.

-Itzan se fue.

-¿Y eso te pone así?

-Algo le pasa, no quiere aceptar mi ayuda y ya no se qué hacer.

Marta le traigo un poco de café, se preocupaba por ella, desde que conoció a Itzan sabía que eso va ocurrir, sabía que su amiga va sufrir mucho pero ese sufrimiento es diferente.

-Aléjate de él, Ester.

-No puedo. ¿Qué no entiendes que no está bien?

Ester paso todo el día en cama, no podía soportar esas palabras de Itzan, cuando estaba con él se sentía diferente pero de pronto le dice esas cosas y le hace mucho daño sin querer.

Itzan estaba pasando todo el día en el bar, se emborrachaba, prometía a si mismo que no volverá buscar drogas, ni el mismo se dio cuenta que dejo lo poco que le quedo en chaquete que dejo en departamento de Ester.

Ese día fue demasiado para él, había recibido llamada por parte de su padre quien le dicho que ha llegado a Madrid, no pensaba volver a verlo. Es la última persona con la que quiere hablar a pesar de depender de el por el dinero.

Ester por su parte encontró la chaqueta, no sabía qué hacer con eso, aun sentía olor de él...

En cuanto Marta entro en su habitación la encontró en ese estado...

-Ester...

-Dime.

-Quería preguntarte si quieres que veamos alguna película pero...

-Dejo su chaqueta aquí.

-¿Vas a seguir oliéndolo todo el día y sentir pena por si misma?

-Ya, Marta... ya vengo.

Ester dejaba chaqueta en la cama pero al moverla vio unas pastillas caer de la chaqueta, primero pensó que estaba alucinando, que no es droga si no algunas pastillas para dolores o vitaminas pero sabía que no tiene razón, lamentablemente.

-No puede ser...