Irresistible |ITZER|

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Aunque llevan esa extraña relación donde ninguno se atrevía decir lo que siente los dos sabían que querían – estar juntos. Itzan por su parte tenía miedo de ser sincero, es primera vez en la vida que le pasan cosas como esas y Ester estaba harta de estar esperando para que se decida qué hacer.

-¿Vas a seguir llorando por ese imbécil? – cuestiono Marta al ver Ester sentada en el sofá

Ester estaba en un modo pensativo, atrapada en algo que ni siquiera es verdadera relación.

-No estoy llorando y el no es imbécil.

-Ester, por favor...

-¿Por qué lo odias tanto?

-Te está haciendo sufrir.

-No estoy sufriendo.

-Lo que tú necesitas es una buena fiesta.

Ester empiezo pensar sobre esas cosas, quizás de verdad necesitaba divertirse un poco, dejar de estar tan enojada con Itzan, sabía que pronto se le pasara ese enojo.

-Ninguna fiesta va hacer que me olvide de Itzan.

-Joder con el...

-Marta, asuma esta realidad, desde el primer día que le conocí fue irresistible, sabía que si seguía hablando con él iba enamorarme y eso paso, me enamore de él y estoy completamente segura que el también está enamorado de mi.

-¿Estas completamente segura?

-Si, le conozco.

-Vale, no tienes porque conocer ningún tipo pero podríamos beber un poco.

-No estoy segura que sea buena idea, estoy enojada con él y si bebo entonces podría hacer algo que no haría en circunstancias normales.

-Joder, Ester.

-¿Por qué no vas tú sola?

-No voy de fiesta sola, es mi primera regla.

-¿Vas a seguir con esto hasta que acepto salir?

-Sabes que si...

-Quiero volver a casa antes de la madrugada.

-Volveremos, te lo prometo.

Marta estaba muy entusiasmada para asistir a esa fiesta, al menos logro convencer a Ester que venga con ella. Aunque no quería confesarlo Ester necesitaba una de esas fiestas, para deshacerse de esos sentimientos raros acerca de desaparición de Itzan quien no le ha llamado por más de cinco días.

Por la noche Itzan estaba en su casa, sentaba en frente de televisión, quería ver alguna película pero su mente era lleno de pensamientos sobre Ester.

Álvaro entro en el salón y se sorprendió al ver a Itzan sentado.

-¿Sigues aquí?

Itzan ni le mira, asienta con cabeza pensativo.

-Pero no has salido de casa en cinco días...

-Sigo pensando y pensando... y no sé cómo hacerlo.

-¿De qué hablas?

-No sé cómo confesarle a Ester lo que siento.

-Joder, pero eres un hombre adulto.

-Nunca he sentido esto por alguien, todo esto es nuevo para mí.

-Le digas que la amas y punto.

-¿Cómo lo hago?

-¿De verdad me preguntas eso?

Itzan se desespero, se sentía como si tenía de nuevo 14 años, tratando a encontrar alguna manera de decirle a chica que le gusta y preguntarle si quiere ser su novia.

-Ester no es cualquier chica, es la chica de mi vida, tengo que hacerlo de manera correcta.

-Pues, amigo mío, tu eres un idiota.

-¿Por qué?

-Ester no va esperarte toda la vida, se va aburrir y luego te quedaras solo.

-Ella no es así, se que siente lo mismo que yo.

-Itzan, recapacita, en una sola noche ella puede irse de fiesta y conocer a un tipo que logra hacerle cambiar la opinión sobre ti, a chicas les gustan tipos buenos, fieles, los que estarán capaz de comprometerse. Ester es una chica muy especial, ojala Danna estuviera tan loca por mi...

-Ya veo que tú también sufres mucho.

-Hay una gran diferencia entre tú y yo... Ester está loca por ti y Danna nunca he estado enamorada de mí. Tienes mucha suerte, Itzan.

-Mira, yo no sé que realmente estaba pasando entre ella y tú en este momento pero necesitas dar vuelta a la página, dudo mucho que Danna sería capaz de estar contigo si no hubiera sentido nada.

-¡Quería darte los celos, joder!

-Ya pero la conozco, ella no duraría más que una semana si solamente se trata de eso.

-¿Quieres decir que yo no tenga razón?

-No digo eso...

-Tú mismo sabes cuantas veces te persiguió.

-Lo sé, Álvaro pero hay algunas cosas que necesitas perdonar en la vida. Y hay cosas que yo también necesito aprender, cuanto antes...

Itzan seguía en casa todo el día hasta que por la noche recibió un mensaje de Ester, fue en mismo momento cuando quería llamarla, se sintió feliz al ver su nombre en pantalla del móvil pero de pronto empiezo leer el mensaje muy serio.