Irresistible |ITZER|

9

La cena familiar de Itzan sigue, aunque estaba de mal humor no podia irse tan de repente, no queria fallar a su madre. Es lo unico que le importaba en esa casa, su madre y nadie mas... aunque aun estaba enojado con ella por meterse con ese hombre mientras estaba casada con su padre.

Itzan seguía bebiendo whiskey, ya dejaba de seguir cuenta de cuantos tragos había tomado. Para el eso no es nada nuevo, sabía que tenía puto gen de ser alcohólico. Su tío, el hermano de su padre tenía ciertos problemas con bebida, siendo el único hijo sabía que no podía dejar pasar una oportunidad como esa.

Después de seguir escuchando charla de su ''familia'' se fue a hablar con su madre que se encontraba en el salón, sentada en cama.

-Mama, perdóname, siempre me comporto como un idiota. – dice, sincero

Itzan sienta a su lado.

-Entonces, deja de hacerlo.

-¿Qué?

-Deja de comportarte así, a este hombre le importas aunque tú crees que no es así. Me quiere, te acepto, estaba dispuesto pagarte universidad que tú eliges. ¿Y lo que haces tú? Decidas estudiar aquí en Madrid, en una universidad pública que no promete muy buen futuro.

Itzan sentía rabia, cada vez que hablaba con ella sentía que ella no le entiende, es lo que quiso hacer.

-No necesito su puto dinero ni buen consejo, eso puede guardarse para su hijito.

-¿Acaso no recuerdas como te ayudo hace dos años?

-Mama, no sigues por ahí.

-Confiésalo, si no fuera por el ahora estuvieras ya sabes dónde. Yo solamente quiero verte sano y feliz pero tú sigues igual, tratas mujeres como si fueran un objeto, no quieres a nadie, solamente a ti mismo. ¿Hasta cuándo, Itzan? – dice preocupada

-Yo no merezco ser feliz.

-¿Por lo que paso? Por dios, tú mismo dijiste que no sabias lo que hacías.

-Si, puede ser que no sé lo que hago pero solamente una vez, después de eso no existe explicación. ¿No entiendes que yo no soy buena persona y jamás lo será?

-Deja de hablar así, por favor. ¿Qué te está pasando?

Itzan se levanta de cama, casi llorando, se veía muy destrozado, más que nunca, quería golpear a sí mismo si eso fuera posible.

Su madre se levanta también, siguiéndole.

-Hijo...

-¿Qué, que quieres ahora?

-Has bebido demás, recapacita, tranquilízate.

-Sigues presionándome para que haga todo lo que tú quieras pero yo no puedo, tú me conoces, soy sangre de tu sangre. Yo nunca ha sido bueno, no soy bueno hijo, buen hermano o buen amigo, tú misma dijiste que solamente se usar las chicas para divertirme. Me sigues repitiendo y tienes razón, soy así, no puedo cambiarme.

-Digas lo que digas, yo sé que hay algo bueno en ti, lo que hace falta es una persona para cambiar tu mundo entero. ¿Has conocido esa persona?

Itzan queda pensativo, quizás si la conoció pero aun le cuesta mucho aceptarlo.

-Esto no tiene sentido, voy al baño. – dice, dejándola sola

Itzan entra al baño, sintiéndose aun peor, queda frente espejo, no podía soportar la persona que está viendo, la persona que es, la persona que nunca dejo de ser. Necesitaba gritar para hacer todo eso salir, sus ojos son rojos, más rojos que nunca. El sabía muy bien porque fue así, el sabía que estaba haciendo con su vida aunque no quería reconocerlo.