XXXIX

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Mamá lleva días sin hablarme. Desde aquella conversación dónde se volvió consciente de que Hero seguía en mi vida, sus palabras hacía mi han sido escasas.

Durante dos días lo único que me decía era que comiera, de resto nada. Suspiraba de cansancio cuando eso sucedía, buscaba alguna reacción de su parte así fuera de molestia pero nada. Sumándole de que ha llegado más tarde que yo a la casa, nunca fui de cuestionarle más de la cuenta a pesar de que fuéramos solamente las dos en la casa. Lo usual era qué lo que me quisiera contar lo dijera cuando ella quisiera, pero ya esto sobrepasa los límites.

Por cobardía, no asistí al día siguiente de haber visto a Steven. Suponía que no haría falta de algún empujón para que el ojiazul dijera algo sobre lo sucedido por allá, rogaba porque no fuera así, pero últimamente él se ha vuelto alguien que le gusta causar molestias, no en general sino a alguien en especial.

Lancé a una esquina de la habitación la almohada que abrazaba a mi anteriormente. Suspirando con frustración me puse algún abrigo y salí de mi habitación en dirección al patio, el clima como cualquier ridículo cliché diría estaba nublado y apagado como mi ánimo, y por más que quisiera negarlo con todas mis fuerzas así me sentía.

Sentía que cada cosa que me sucedía tenía que ver con algo malo que hice en mi vida pasada y que de alguna forma los dioses me estaban castigando en esta vida. Por muy melodramático que pueda sonar, así lo estaba viendo.

«¿Cómo se hace para recibir el perdón de los de arriba?»

Me cuestionaba sentada en el pasto. Mamá no había llegado, ya pasaban las cinco de la tarde y ella no había pasado la casa ni siquiera para almorzar, le dejé una porción de lo que yo me había preparado cuando me dió hambre al medio día en el microondas.

Dejé caer mi espalda en aquel pasto mientras llevaba a mi mente a entretenerse con lo que sabía que podía hacerme daño, las ilusiones.

El hubiera no existe, asi que no me puedo someter a una tortura con el hecho de pensar en hubiera. Lo que pasó es lo que tenía que pasar y para bien o para mal algo dejó o, algo se llevó.

Hero sigue, Hero no se fue.

Me quise golpear mentalmente, ¿Cómo es que cualquier pensamiento me hace caer en él? Parecía que mi vida giraba entorno a él y no, no era así. Bastante frustrante ya es el hecho de que no pueda durar con molestias hacia su persona por unos segundos porque solamente con su presencia hace que me olvidé de todo. No duro en mi puesto, mucho menos dándome mi lugar.

Hero ha sido muy absorbente este último tiempo, quisiera saber que fué lo que lo detonó y el porqué de saber la razón por la cuál no lo hizo antes. Sé que uno no puede devolver el tiempo, pero si lo llegará a hacer me regresaría a aquel momento y no cruzaría aquella línea.

Sin embargo, sobrellevar mis límites y hacerle caso a mis emociones me hizo acercarme más a esa única persona que parecía estar pendiente de mi. O por lo menos, la única que quedó allá. Cynthia después de todo aquello, lo único que quería era irse de ahí para empezar de cero en otro sitio, no quería dejarme sóla, eso me lo confesó innumerables de veces. También, innumerables de veces le dije que estaría bien aunque yo no estuviera tan segura de eso.

Tras su partida, mi única compañía eran mis cuadernos, porque ni siquiera Hero. Él solamente era aquel compañero de puesto con el que compartía una cantidad insuperable de sentimientos, pocas veces me demostraban que eran mutuos. Pocas veces hasta ahora.

Me es imposible omitir el hecho de que la presencia de Steven hizo que hizo pusiera un freno de mano a la indiferencia que tenía con sus sentimientos. Dando paso a qué salieran más a flote de lo que alguna vez se llegó a ver demás. Tal parece que todo el mundo era conciente de las miradas, incluso de la tensión entre nosotros menos yo o incluso él mismo.

Capaz, eso fué. Y una parte de mi —aunque bastante molesta que estaba con el ojiazul— le agradecía.

—Hija.

Me asusté, llevaba bastante rato sin oírla dirigirse hacia mi, puede sonar muy triste pero así era. No la escuché entrar mucho menos acercarse.

Estaba frente a mi con unos papeles en mano, fruncí el seño pero los omití de momento. Me estaba hablando.

—T-te dejé almuerzo en la cocina—Me sorprendía sin poder enviarlo, mi nerviosismo me delataba.

—No tengo hambre ahora.

—Oh—Asentí sin saber cómo continuar.

Al parecer ella estaba igual.

—Mira,—Se aclaró la garganta—: Tenemos que hablar, ¿Lo sabes no?

Asentí.

—Bien, pero no precisamente de lo que estás pensando.

—¿Y de qué?—Era mi madre de la que estábamos hablando, me conocía y lo hacía a la perfección.

—Algo más importante, algo que será bueno para las dos.

Podía sentir cierto entusiasmo en su voz, pero no comprendía nada. ¿Algo bueno para las dos?, ¿Ahora? Lo mejor que había pasado esta semana es que estábamos hablando justo ahora.

—¿Qué es?

—Vamos a la sala, ¿Si?—Me invitó con su brazo a entrar pero sentía mis piernas entumecidas, no era que me quisiera mover tampoco.

—Ma, ¿Me podrías decir?—Murmuré sin importarme que siguiera sentada en el suelo—: Me estás poniendo de los nervios.

Río ligeramente, mi estómago se hundió y sin querer mis ojos se cristalizaron. De verdad estamos hablando.

—Encontre un piso muy bonito para las dos afuera de la cuidad, sería bueno salir de aquí..

Sentí como el color abandonó mi cuerpo.  Creía estar entendiendo mal, que capaz y no tenía alguna idea cercana a lo que en verdad se refería, pero ella estaba siendo clara y yo no soy tan estúpida.

—¿Hablas de m-mudarnos?

Tenía los vellos de punta, y si antes no me quería mover; mucho menos ahora.

—Si, sería bueno.





He is my hero || Hero Fiennes Tiffin #1✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora