Sinceramente, esas palabras no las esperaba. Ni en un millón de años. Suspirando sin saber que otra cosa hacer, me aparté el cabello del rostro y lo miré. En sus podía notar dudas, como también molestia.«¿Estaba molesto conmigo, acaso?»
-Hero, me quiero ir-Dije cambiando el tema, no sabía que responder a su muy inesperada pregunta.
Con molestia, sacó las llaves de su bolsillo y se acercó a su camioneta.
-Si tanto te molesta me puedo ir andando..-Parecía la mejor opción para pensar-: ¿Sabes? Eso haré.
Me voltee y solamente di dos pasos antes de volver a escucharlo:
-Tonterias, sube.
Dudosa lo miré, él alzo una ceja señalandome con la mirada el asiento del copiloto. Quería irme, quería llorar en mi habitación y mientras más rápido Hero me deje, lo haré.
Sentada a su lado, ninguno de los dos dijo palabra alguna. Mi cabello seguia tapando esa marca que su boca había hecho. Inconscientemente, me encontraba mirándolo, y no a él en general, a su boca.
-Lina, no quiero dejarte en tu casa..-Dijo apretando el volante.
-Sólo quiero estar en mi habitación, ¿Entiendes eso?-Me estoy molestando, y poco a poco siento como se forma el nudo en mi garganta.
-Podemos hacer algo, lo que sea..-Sugirió intentando que cambie de parecer. Cosa que no conseguirá.
-Nada, no quiero hacer nada.
Era increíble pensar como llegamos a esto, ¿En qué momento?
-Lina..-Murmuró después de un rato.
-Hero, basta por favor-La voz se me rompió-: Déjame en mi casa y ya.
Ahora sí, el silencio abundó su auto después de aquello. Paró en el portal de mi casa y sin decir nada más, baje.
Mamá al parecer no estaba, lo cual agradecía. Dejé el bolso en una esquina de la habitación, me solté el cabello y entre al baño. Mi reflejo daba pena. Mis ojos rojos era lo que más resaltaba. Dejando salir el aire que no sabía que estaba reteniendo; me dispuse a quitarme los lentes de contacto.
Abrí las cortinas para dejar entrar algo de frío a la habitación, levanté las cobijas y sin cambiarme me abrigué con ellas. Abracé una almohada y sin quererlo; una lágrima empezó a bajar.
Una tras otra.
Hay varias cosas que te pueden hacer llorar, depende donde esté tu punto débil. ¿El mío? En la humillación pública, una de las últimas veces que derramé tantas lágrimas como María Magdalena fué cuando le tuve que decir adiós a mis lentes en el pasillo principal del colegio.
Hace 2 años.
Mamá acostumbraba despertarme antes de las seis de la mañana solamente para que me quedé tiempo para desayunar, algo temprano aún sabiendo que no me queda tan lejos donde estudió ahora.
-Hija, te dejé el jugo en la nevera-Dijo mamá cuando me vio entrar a la cocina-: Recuerda calentar en el microondas los panes.
-Si mamá-Saqué el jugo.
-Ahí hay fruta por si acaso quieres-Dijo señalando la canasta al lado de la puerta.
-Gracias-Me serví un vaso y saque los panes.
-Y también...
-Mamá, tranquila, ¿Si?-La corté-: ¿Por qué tan nerviosa?
-Me preocupa que pases hambre, con esos horarios sales mucho mas tarde que antes,-Dijo tomando de su café-: Hay que tener el estómago preparado.
-No creo que sea necesario.
Terminé de comer casi al mismo tiempo que termine de tomar el jugo. Busque mi mochila, limpie mis lentes y salí, no sin antes darle un beso a mamá en la frente.
Muchos de los que estudiaban ahí vivían cerca de mi casa, lo sabía porque no era la única que se iba a pie. Pero obviamente, no le hablaba a ninguno.
Ya cerca, pude ver en la entrada a Lucia con una de sus amigas. Sólo basto el primer día de clases para darme cuenta quien era cada quien, como siempre está todo separado. Están quienes se creen superiores y quiénes ya los clasifican como inferiores por no pertenecer a los que ya conocen como superiores. Extraño, pero así es.
Lucia no es más que una de las que vive hablando y/o mejor dicho criticando a los demás. He notado que me ha mirado mucho el primer día, al principio; no entendía porqué, hasta que ví que se juntaba con quién me había hablado en el rectorado la mañana que me vinieron a inscribir.
Ese chico alto de ojos claros, mi compañero de mesa.
Caminé a paso rápido hasta mi primera clase, no me molestaba llegar antes. A veces incluso era mejor que estar sentada sola afuera.
-¡Hey, niña!-Detuve mi paso en seco por unos segundos, pero quería pensar que no se refería a mi. Seguí caminando por las dudas-: Te estoy hablando a ti, sorda.
Voltee dudando de quién se trataba hasta que la vi. Lucia, sus amigas, y Hero un poco más atrás.
Algunas personas se quedaron quietos en su puesto en el pasillo sólo para ver qué ocurriría.
-¿Cómo te llamas?-Dijo ella viendome de arriba para abajo, me sentí intimidada.
-Lina-Dije en un susurro.
-¿Cómo?-Dijo bastante alto, causando que diera un respingo en el sitio.
-Lina-Musité más audible.
Escuché risas de sus amigas, los murmullos de la gente alrededor y no podía faltar sentir mi corazón en la garganta por los nervios que sentía por esta situación.
Lucía, dió un paso más cerca de mi; evaluandome. Mis manos sudaban, no quería ni voltear a ver a la gente en ese momento. Algo me decía que no iba a terminar bien.
Y no me equivoqué.
De un momento a otro, sentí como quitaron mis lentes de mi rostro y pude experimentar el miedo porque algo les pasará.
-¡Hey, no! Devuelmelos por favor..-Le dije en modo de súplica.
-Ay niña, ¿Los necesitas?-Dijo pasando sus dedos por el borde de los lentes frente a mi-: Que triste.
En un solo segundo escuche como se rompían en dos, cómo estos cayeron al suelo y cómo todo el mundo a mi alrededor se reía.
Sentí miedo, tanto que empecé a llorar.
Sonó el timbre, y muchos todavía en sus risas fueron despejando el pasillo. Pude distinguir como una chica se acercaba a mi cuando me agache a recoger los lentes.
-Hey, tranquila-Dijo la desconocida- Me llamo Cinthya, déjame te llevo al rectorado.
Con mis lentes rotos en mano, y las lágrimas inundando mis mejillas por la impotencia que sentía, me deje guiar hasta el centro del colegio.
No mucho despues, con ayuda del director llamaron a mi madre. Pero para mí no servía de mucho, el daño ya estaba hecho.
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He is my hero || Hero Fiennes Tiffin #1✓
Teen Fiction-¿Estás segura de lo que estás diciendo?- Me pregunto atónita, yo también lo estoy. -Si, -Dije procesando nuevamente los hechos- Él me salvó. Publicación: 26/01/2019 Terminada: 31/10/2020 HISTORIA TOTALMENTE MIA #1 - Tiffin - 06/04/2019 #1 - Tess...