XXXII

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—¿Estás bien?

Su voz sonaba como un susurro para mí, sus ojos conectaron con los míos. Esa pregunta fue dicha frente a todo el mundo, pero sólo para una persona. Para mí. Sus brazos estaban tensos, lo sabía porque sus manos eran un puño cerrado.

Hero tenía una habilidad que detestaba, que con solo mirarme sabía cómo me sentía. Odiaba ser tan transparente, tan débil. Detestaba que me conociera tanto aún sin quererlo, y yo no podía cambiar eso.

Asentí quitando la mirada de la suya.

—Claro que está bien—El ojiazul fué el que emitió palabra por mi, eso hizo que se ganará la mirada furibunda de Hero. Sus ojos pasaron de su rostro, al brazo que estaba alrededor de mis hombros.

«Dios, ¿No me vas a ayudar?»

—Si la conocieras un poco más te darías cuenta que está incómoda pedazo de imbécil.

Gruñó, provocando el silencio en la mesa. En sus facciones no había rastro del llanto de esta mañana, no habían pruebas de que estuvo preso del pánico y de la ansiedad hace tan solo unas pocas horas.

—Y tu..—Comenzó a hablar el ojiazul—: ¿Quien coño te crees para hablarme así?

Se levantó, y mi estómago cayó.

—El único que tiene derecho sobre ella.

Aquí era mi momento de poder decir que no es así, que nadie a excepción de mi madre tenía derecho sobre mi. Pero no, pude sentir como en mi estómago crecía una grata emoción, por más que fuera mínima ahí estaba.

«Estúpida»

—¿Eres su padre ahora Fiennes?—Lo retó.

No era el momento para pensar en mis emociones.

—Soy su novio.

«¡¿Qué?!»

Su mirada verdosa no abandonaba ni por un segundo la guerra con aquellos ojos azules. Había mucha tensión, y es cuando me di cuenta de que todo el comedor estaba en silencio. Repase distintos rostros, todos es mesas diferentes. Todos miraban hacia acá.

—Pero, ¿Qué mierda dices?—Steven no daba crédito a lo que decía. Sus amigos a mi alrededor solo miraban como si de una película se tratase.

—Lo que oíste—Los brazos de Hero pasaron de estar a sus costados al ahora estar cruzados sobre su pecho. Él era ligeramente más alto que Steven, en realidad más alto que todo el mundo.

—Pero-

—Pero nada,—Sentenció Hero—: ¿No te lo dijo ella? Pues,—Dió un paso al frente—: Te lo digo yo.

Cuando por fin mis piernas recibieron orden de moverse, con mis nervios a flor de piel me acerqué a Hero y le toque un brazo, los soltó de su pecho poniéndolos de nuevo a sus costados.

—Vamos—Susurré.

No me giré a ver a nadie. Ni a las mesas, ni a sus amigos, ni mucho menos a Steven. Sentía que aquella conversación en la cafetería se había ido al caño. Que ya todo lo que habíamos hablado ya no valía.

Salí con Hero tomado de mi mano, no por elección mía. Mi cabeza daba vueltas. ¿Novia dijo? ¿Cuando quedamos en eso?

—Lina..

—No—Lo corté—: Aquí no.

No iba a ir al techo, mucho menos a algún salón. No tenía planes de irme a su piso, y no dejaría que entrara a mi casa con mamá ahí.

—Lina—Susurró, una vez que nos detuvimos en la biblioteca. No dije palabra alguna. Solamente empujé las puertas y dejé que él me siguiera.

Tenía la mente hecha un caos, necesitaba un lugar seguro donde él no pudiera cargarme, gritarme, besarme, ni nada por el estilo.

Me detuve en una de las mesas del fondo. No había mucha gente a estás horas, pero si la suficiente como para evitar que hiciera un escándalo y que nos castigaran.

—Ahm—Balbucié sin tener las ideas claras. Él alzó la ceja mientras se sentaba a mi lado.

«Hubiera preferido que se sentara enfrente»

—¿Qué hacías con él?—Su pregunta por más que sabía que me la podía hacer, el tono de demanda y de reproche con el que lo dijo fue lo que me hizo cuestionar, ¿Le tengo que dar explicaciones?

—Somos amigos—Dije, y mentira no era.

—Pensé que eran, que ya no más..—Movió sus manos en señal de separación—: Y también que después de lo que te dije que sentía te ibas a alejar de él.

«¿Ah?»

—Él me cito hace poquito, —No iba a decir detalles—: Y se disculpó.

—Mentiras,—Gruñó—: Sólo quiere tenerte cerca Lina, date cuenta—Sus labios se juntaron en una fina línea, sus manos se volvieron puños de nuevo.

Suspiré—¿Novia?

Sus ojos se abrieron y me miraron con sorpresa, y podía jurar que una pisca de arrepentimiento había en sus ojos. Pero fué tan mísera que ya no puedo estar segura si en verdad estuvo. Sin embargo, a pesar de las dudas, en su mirada regresó algo que ya era común ver. Seguridad.

—Si, novia.

Mordió su labio mientras pasaba una mano por su cabello.

—No recuerdo ninguna conversación de nosotros al respecto—Traté de decir con la mayor seguridad que podía, intentando ignorar las emociones en mi interior.

Alzó la ceja y arrastró su silla más cerca de la mía.

«Oh no»

—Prometiste está mañana muchas cosas.

Mi mandíbula cayó, ¿Me está manipulando?

—P-pero nada de eso—Me sonrojé todavía sorprendida de por como estaba jugando las cartas.

Sonrió.

—Tranquila..—Se inclinó más cerca de mi, jugando con uno de los mechones caídos de mi coleta—: Novia, que eso se soluciona más rápido que lo que crees.

Me aparté, con una fuerza de voluntad que no sabía que tenía.

—Hero, no puedes por ahí a estar diciendo cosas que no son verdad—Dije tratando de mantener lo más posible su mirada con la mía.

—Nunca he dicho mentiras, nunca Lina y lo sabes—Me apuntó con un dedo, para luego acariciar mi mejilla con ese mismo.

—Pero..

—Nada,—Sonrió—: Eres mía y eso todo el mundo lo va a saber, tenga el título que tenga.

He is my hero || Hero Fiennes Tiffin #1✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora