XXI

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Y así todo pasó en cámara lenta. Hero ya no estaba a mi lado, sino a mí costado. El dueño de la voz ya no estaba sentado, sino en el piso.

Con Hero ensima dejándole el ojo morado.

No supe que más paso, salí corriendo del salón.

Mis piernas se movían de forma incontrolable, solo quería salir de ahí, importandome muy poco que notarán mi ausencia. Llegué al baño, y lo primero que hice fue tirar el bolso a una esquina; tocándome el cuello con una mano, miraba mi reflejo en el espejo.

Daba pena.

Escuché voces por detrás de la puerta y me empecé a hechar agua en el rostro, tratando de disimular la situación.

—Si supieras las buenas nuevas, ¡te mueres!—Le dijo una peliroja a su amiga.

—Cuenta pues, ¿Qué pasó?—Dijo la acompañante sacando un cepillo de su bolso para empezar a pasarlo por su cabello.

No sé habían percatado de mi presencia. Lo más silenciosa que pude, tomé mi bolso del suelo y me metí en una de las casetas.

—Al parecer Hero consiguió desvirgar a su compañerita.

«Mierda»

—¡¿Qué?! ¿A Lina?—La impresión se notaba en su voz.

—¡Cállate, tonta!—Empezó a susurrar la pelirroja—: Si, a Lina, ¿A quien más? Si Hero está enganchado a esa niña desde hace mucho.

—No lo creo, capaz y es mentira.

—¡Te lo juro!—Habló más fuerte la pelirroja—: Lina se apareció hoy con un chupón en su cuello, y apareció con Hero de la nada tomados de mano.

—¿Qué demonios le vio él?

Mi corazón latía con fuerza, y tenía unas inmensas ganas de llorar.

—No lo se, pero llevo intentando dormir con él desde que llegué aquí y no responde a ninguna de mis insinuaciones.

Su amiga se rió.

—Quizas no eres su tipo, ¿No creés?—Le respondió a la pelirroja.

Su compañera bufo.

—¿Y qué? ¿Tengo que ser una monjita para gustarle?

Se comenzaron a reír ambas, y mis ganas de irme a mi casa y encerrarme en mi habitación cada vez eran más grandes.

Apenas escuché la puerta cerrarse, me deslicé en la pared hasta caer sentada en la caseta. Abracé mis rodillas, y empecé a recordar lo que había pasado con Hero ayer.

¿Tan malo es? ¿Por qué rechaza a esa chica? ¿Por qué hacer que hablen de mi?

«Él decía que me iba a proteger..»

Tomé mi bolso, y saliendo de la caseta me miré en el espejo, me volví a enjuagar el rostro y me peine para que el chupón no se viera. Tanto alboroto por una simple marca; o quizás no es por la marca, sino por quién la hizo.

Salí de ahí con temor a que alguien me fuera a ver, mis intenciones eran salir de ahí y no volver hasta mañana. Deseaba encerrarme en mi habitación ahora mismo.

—¡Lina!

«Demonios»

Me voltee solo para ver al ojiazul, mis mejillas se tornaron rosadas al pensar que el ya había escuchado lo que se decía.

—Hola, Steven—No me moví de mi puesto, sin embargo el se acercó—: ¿Cómo estás?

—¿Es cierto?—Directo al punto, bien—: ¿Dormiste con Hero?

—No, no fue así como..

—¿No? Y la marca en tu cuello, ¿Qué es?—Se cruzó de brazos enfrente de mi.

—Es otra cosa, no lo entenderías.

—¿Ah, no? ¿Y qué es?—Sonaba molestó—: ¿Por qué no me dijiste?

—¿Decirte?—Mi voz sonó más alterada—: Últimamente no se qué te pasa conmigo.

Me miró sin decir nada por lo que parecieron unos segundos eternos.

—Lina yo..

—No creo que quiera escucharte—La voz de Hero sonó a mis espaldas, cerré los ojos al pensar en el gran problema que se formaría.

Steven, aún con las palabras en la boca. Miro a Hero y sonrió.

—Creo que eso lo decide ella.

—No, ahora lo decido yo—Hablo todavía a mis espaldas.

—Hero..—Mi voz sonó a duras apenas en susurros, pero me escuchó. Levanté la mirada a ver si me había visto, y efectivamente; me estaba viendo—: Me quiero ir.

Le mencioné, y fue suficiente para que él me tomara de la mano y me direccionará en dirección a la salida. No sin antes mirar por última vez a Steven, yo no quería mirarlo.

Sabía que con su mirada podría descifrar que, esta cerca de querer matar a Hero o está muy decepcionado de mi.

«Cosa que no debería»

—¿A dónde quieres ir?—Me dijo una vez que estuvimos cerca de su auto.

—A mi casa.

Hero se giró a verme.

—¿Segura? Podríamos ir a mi piso, o ir al parque.

—Hero no estoy de humor para..

—¿Para qué? ¿Para mí?—Levantó mi mirada y note la molestia en sus ojos—: Entiendo que estés molesta, también que te quieras ir. Pero no es motivo para que por una simple marca..

—¿Una simple marca?—Me molesté—: ¡¿Una simple marca?! Está simple marca me está costando lo que hablen de mi aquí, —Y lo peor—: andan hablando de nosotros también gracias a esa marca.

—De nosotros..—Repitió—: ¿Te molesta?

—Si.

—¿Te molesta que sepan que eres mía?

He is my hero || Hero Fiennes Tiffin #1✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora