XXXXVIII

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Con rabia e impotencia corriendo por mi sistema, me puse rápidamente mi ropa de anoche. Me importaba muy poco si al recogerla del suelo me la hubiera puesto al revés, azote la puerta del cuarto a mi salida, estaba muy segura que mamá me había escuchado.

Bajando sin tener cuidado por dónde iba la ví, su ropa estaba arrugada y metía con calma unos últimos cuadros en una caja. Al darse cuenta de mi presencia pude ver su rostro, el cansancio y el trasnocho adornaban sus ojos en unas muy notorias ojeras.

—¿Qué crees que haces?—Comencé hablando entre dientes.

Río con ironía y me observó de arriba a abajo—: Te creía más lista,—Tragué en seco—: ¿No es obvio?

—Ma...

—Sabía que lo de ayer era solo un aviso, todo lo de ayer nos indicaba que nos teníamos que ir cuanto antes.

—¿Qué?—Mis ojos se abrieron con sorpresa—: ¿Es así como lo tomas? Deberías haberlo tomado como un motivo para escucharme.

—¿Escucharte?—Río de nuevo—: Lo único que haces es faltarme el respeto.

—Parece ser que es la única forma que me escuchas.

—Si, y me doy cuenta que terminaste siendo una niña muy insolente,—Se cruza de brazos—: Sólo falta por recoger tu cuarto.

Miro a mi alrededor y si, todo está empacado. Cocina, sala, comedor, todo. Cajas sobre cajas se encontraban en la sala, bolsas negras con lo que parecía ser más cosas yacían de manera descuidada sobre él piso.

«¿En qué momento pudo recoger tanto?»

—¿Cuando hiciste todo esto?

—Anoche, después de que te fueras a llorar por un niñato a tu cuarto.

—Él no es-

Alzó los brazos, Interrumpiendome—: No me interesa.

Ahogando un sollozo, corrí de nuevo escaleras arriba. Al apenas entrar y cerrar la puerta a mis espaldas me dejé caer contra ella, abrazando mis rodillas. La presencia de mi ojiverde se hizo notar cuando me abrazó por los hombros sentandose a mi lado. Escondí mi rostro en el hueco de su cuello y lloré, lloré como un bebé al que le acaban de quitar su juguete.

Lloré porque esto no podía ser tan injusto, lloré por la necesidad de ser escuchada y lloré porque me querían alejar de la persona a quien más amaba.

Un sollozo que no provenía de mi, hizo que todos mis sentidos se pusieran alerta. Alzando mi rostro, escuché como mi corazón se rompía en mil pedazos al verlo a él llorar. Lágrimas gruesas bajaban por sus mejillas, sus ojos y mejillas ruborizadas por intentar retener las lágrimas y su boca entre abierta dejando salir más de un sollozo similar al que acabo de escuchar.

—No, no...—Mi voz se rompió—: No, mi amor, no llores...

Tomé sus mejillas y limpie cada una de las lágrimas que caían por estás mismas, acerqué mi rostro al suyo  juntando nuestras frentes. Hero cerró sus ojos con fuerza dejándome a la vista sólo sus pestañas mojadas.

—Mírame,—Murmuré pero pareció no escuchar—: Hero, mírame.

—No, Hero no—Susurró acariciando mis manos en su rostro.

—¿Ah?

—Me dijiste mi amor,—Abrió los ojos sólo para ver lo que ya sabía, mis mejillas sonrojadas—: Ya no quiero que me digas de otra forma.

Sonreí levemente a pesar de mis lágrimas.

—Hero, no es momento.

Asintió repetidas veces con la cabeza y sin decir palabra se soltó de mis manos para ser él ahora el que se escondía en mi cuello. Mis manos inconscientemente fueron a su cabello para acariciarlo, al ser mi cuello húmedos nuevamente por sus lágrimas intenté apartarlo para verlo pero no me dejó.

He is my hero || Hero Fiennes Tiffin #1✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora