EXTRA #2

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Miro a Fred con toda la concentración puesta en su computador. Está en el escritorio que tenemos en la habitación, es algo así como su zona de trabajo. Y efectivamente está trabajando, hoy le tocaba de forma virtual.

Yo estoy a su lado pero en la cama, y el programa de chimentos ya me aburrió.

Gateo por toda la cama, que es bastante grande, hasta llegar al lado de Fred en la punta más cercana. Me levanto y de puntitas me quedo parada a su lado. Él me mira con una ceja alzada, sabiendo mis intenciones, y yo solo le hago un puchero en respuesta. Rueda los ojos pero sonríe y alza un brazo para que pueda meterme entre el hueco que hay de su cuerpo y el escritorio. Paso primero una pierna sobre el costado de la silla, y luego la otra sobre el otro costado, hasta que me siento a horcajadas de él, lo rodeo con los brazos y escondo mi rostro en su cuello.

Fred me deja un beso en la frente y comienza a hacerme cariñitos en el pelo mientras sigue su trabajo en la computadora. Sonrío de forma inconsciente.

Estamos así alrededor de unos cinco minutos en que casi logro dormirme, hasta que escuchamos la puerta de la habitación abriéndose y unos pasitos arrastrados.

—¿Papá? —dice una voz aguda, caminando en nuestra dirección con algo de timidez—. ¿Mamá volvió a convertirse en koala? Porque todavía tengo un chocolate para sacarla encima de ti.

Me rio y alzo la cabeza para mirar a mi bebé frente a nosotros. Lleva las manitos juntas, de esa forma que demuestra que está nerviosa, y nos mira a la espera de una respuesta.

—No mi amor, hoy dejaremos que mamá sea un koala todo lo que quiera. —dice Fred sonriéndole.

No parece muy contenta con la respuesta.

—Pero tú dijiste que...—vuelve a decir con las cejas hundidas en enojo.

—¡Hey! —Fred ríe nervioso, lo miro con una ceja alzada—. ¿Yo dije? Yo dije que mamá es hermosa cuando quiere ser un koala, no dije nada más que eso.

Luna tuerce los labios porque sabe que eso no es verdad. Y yo me pregunto cuál será la verdad que me esconden estos dos.

—Ven aquí —le digo estirando una mano que ella toma de inmediato con una sonrisa—. Tú también puedes ser un koala.

Me reacomodo hasta quedarme sentada en una de las piernas de Fred, dejando la otra vacía para que ella pueda sentarse.

—¿En serio? —pregunta con ilusión, sentándose en el lugar que le cedí. Fred ya deja de prestar atención a la computadora. Supongo que le destraemos—. ¿Y papá?

—También —concedo—. Podemos ser una hermosa familia de koalas.

—¿Y qué comen los koalas? —pregunta ahora con curiosidad.

—Nuestra especia de koalas comen mucho chocolate —respondo gustosa.

—¡Milana! —Fred me mira con las cejas hundidas—. Nuestra especia de koalas no comen chocolate, comen muchas verduras.

Luna hace una expresión de horror y niega con la cabeza.

—No me gustan las verduras. —se queja.

—El que no come verduras no pertenece al club. —canturreo yo.

Nuestra hija se cruza de brazos. Luce enojada.

—Bueno yo llegué para cambiar las reglas. —dice con suficiencia, mirándonos a ambos con sus ojitos color miel.

—Los caprichitos los sacó de ti. —acusa Fred riéndose, y nos acurruca entre sus brazos. O al menos intenta que ambas entremos lo máximo posible.

—Y lo mandón de ti.

—Bueno, ahora papá dejará de usar la computadora para cosas aburridas y veremos dibus —mandonea, mirando a su papá con toda una carita inocente.

Miro a Fred con ambas cejas alzadas.

—Bueno, quizás si salió mandona como yo.

—¿Quién es mandona? —pregunta la niña mientras busca Youtube en internet.

—Nadie mi amor, nadie. —le digo acariciando el pelo. Noto que cada día se le oscurece un poco más. Al principio era un rubio brillante. Pero poco a poco va tomando el color de cabello de su padre. Y también tiene sus ojos color miel. Pero ahora, la miel me encanta, así que no tengo de qué quejarme.

—Genial, porque no me gusta la gente mandona. —se queja de tal atrocidad, como si no se hubiera dado cuenta de que ella y su papá lo son.

—A mí tampoco campeona —Fred le palmea la espalda con una sonrisa divertida en el rostro— A mí tampoco.

***

¡En nada el extra 3: Fred en pandemia! 7u7



Su nombre es FredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora