031|¿Te gusta la banana?

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Capítulo 30.

¿Te gusta la banana?

Ahora, esta es la situación. La situación a la que yo no quería llegar. ¿Cuál es? Que me da vergüenza mirar a Fred en la CSU. Quizás suene estúpido por la edad que ambos tenemos, y porque solo fue una simple cita donde ni siquiera me dijo lo bonita que me veía o esas típicas cosas que suelen pasar en las citas. Aunque bueno, sí mencionó que soy bonita una vez.

Pero se siente raro. Sí, raro.

¿Cómo se actúa con alguien después de tener una cita? ¿Se supone que ahora nos relacionarán de manera romántica? Iugh, espero que no lo hagan. Supongo que mis amigas se apiadarán de mí y no lo harán, eso y que saben que a mí, de verdad, no me gusta Fred Badhouten.

Me aproximo a la mesa donde siempre nos sentamos los 7 cada día. Allí ya están todos, conversando y tomando sus cafés diarios. Solo espero que haya uno para mí.

—Buenos días... —saludo, y creo que es la primera vez que la voz me sale tímida frente a ellos. Pero es culpa de Fred.

Todos se encargan de saludar y me siento al lado de la rubia para no hacerlo al lado del futuro abogado. Sí, sí, sé que puedo parecer una niña pequeña, pero me da igual.

—Toma, café con leche para ti, tal como te gusta...

Diablos, ya empezamos.

¿Cómo el castaño sabe mi café favorito? Jamás hablamos de eso. Al final quizás y si es un acosador.

Trato de hacer una sonrisa lo más fea posible y al parecer lo logro, porque Fred hace una extraña mueca con sus labios y luego vuelve a enfocar su vista en Nate.

—Bueno, ya que ahora sí estamos todos completamente... —el castaño comienza a dar golpes de incertidumbre a la mesa, para dar ese toque de misterio. Fanny solo se limita a mirarlo con sus manos empuñadas y enviándole dagas—. Quería contarles que... ¡Josh Pattison ya está de novio con Sharpey Holloways!

—¡Sí, hurra! —celebro y al parecer soy la única que está de lado de la nueva protagonista de nuestra novela personal—. ¿Qué pasa? Ella parece tener mucho talento, ¿por qué no le dan una oportunidad?

—¡Ella solo vino para destronar a Olivia! —acusa la pelinegra, dejando a un lado su bloc de hojas blancas junto con el lápiz violeta que estaba usando—. ¡Es una perr...!

—¡Bueno, bueno, comprendemos tu punto! —la interrumpe la rubia mientras le cubre la boca para que no termine de decir la grosería.

—Yo también estoy del lado de la nueva, Lani. —Nate se dirige a mí, mientras chocamos puños por estar en el mismo bando.

Ese es mi amigo...

Mientras ellos siguen debatiendo de qué lado están —nuevamente, por cierto—, yo observo de reojo al castaño, quien se encuentra muy callado mientras mira su teléfono y teclea en él. ¿Con quién podría estar hablando? Me pregunto vagamente si tiene hermanos... jamás le pregunté eso.

Ni siquiera me ha dicho nada en especial, desde que llegué a la mesa. Bueno, compró mi café favorito, pero me esperaba algo... ¿más que eso?

Tamborileo mis dedos sobre la mesa, sin saber qué decir o qué hacer para llamar su atención... Un momento, ¿por qué yo querría llamar su atención? Ni siquiera me interesa que esté con la vista perdida en su teléfono y no en mí. ¡Al contrario! Lo agradezco inmensamente, porque él puede llegar a ser... muy pesado. Sí, pesado, esa es otra de las cualidades de Badhouten. Además de ser impascientista.

Su nombre es FredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora