043|Despedida especial

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Aún sigo enojada. Aún sigo realmente enfadada por las estúpidas palabras de Fred. ¿Quién rayos se cree que es para decir tales barbaridades sobre mi mejor amiga? ¡Nadie! ¡Ni siquiera la conoce como yo lo hago!

Echando humos llego a la cafetería y tomo asiento frente a Fanny. Esta parece muy concentrada en sus estudios, algo extrañamente raro cuando se trata de ella. Tiene entre sus manos un libro de al menos mil páginas que yo no podría leer ni en mil vidas y ciertamente su rostro parece aburrido y cansado. Incluso, observándola mejor, tiene unas apenas visibles ojeras bajo sus ojos.

—Fanny... —la saludo.

Estamos solas. Es extraño que Luce, siendo la más aplicada cuando de los estudios estamos hablando, haya faltado el día de hoy. Me pregunto cómo hizo para no venir sabiendo que su madre es de lo más estricta, ella no la hubiera dejado.

Y Magda... bueno, ella es estudiosa a su manera, no sé cómo es que hace pero sin leer un libro pasa todas sus materias.

—Hola, Lana... —murmura la pelirroja y voltea para observarme. Sus ojos verdes se ven opacos y tristes, y eso me transmite los mismos sentimientos a mí.

Suelto un suspiro cansino antes de volver a mirarla.

—¿Y Magda?

—Ya la conoces, no le gusta mucho enfrentar este tipo de problemas —se encoge de hombros y nos quedamos calladas por lo que parecen minutos, luego ella vuelve a abrir sus labios dispuesta a decir algo—. ¿Sabes? No creo que pueda seguir con mis estudios.

Eso definitivamente llama mi atención y la observo con mis ojos bien abiertos. Mis labios se entreabren por sí solos y solo puedo mirarla con confusión en mi rostro. ¿Por qué dejaría sus estudios cuando ya lleva años en él?

—¿Qué? ¿Por qué?

Aprieta sus labios y agacha su mirada como si estuviera avergonzada.

—No me está yendo muy bien últimamente, y creo que... no es mi momento, ¿entiendes? No estoy poniendo todo de mí para recibir mi título y solo voy a lograr atrasarme y atrasarme —traga saliva y entonces noto que sus ojos están cristalizados—. Me parece que lo mejor va a ser tomarme algo así como unas vacaciones y luego cuando me sienta lista, volveré a retomar... No sé si seguiré con la medicina, pero sí sé que quiero recibirme.

Pongo una mano sobre su hombro y aprieto de forma reconfortante. De sus labios tira una débil sonrisa que se transmite a los míos. No soy quién para contradecir sus palabras ni para decirle que está haciendo mal. Si hay algo que aprendí de esta vida, es que es mejor hacer las cosas cuando te nacen, no porque sí.

—¿Y qué vacaciones te tomarás? ¿Irás de viaje a algún lado? —le pregunto para romper con el ambiente silencioso.

Ahora sus ojos son iluminados con una chispa de emoción que no se me pasa por alto. Si Fanny está bien y es feliz, entonces yo también lo estaré.

Su nombre es FredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora