030|¿Qué hay de nuevo Milhouse?

2.4K 227 34
                                    

Capítulo 30.

¿Qué hay de nuevo Milhouse?

Hoy tengo una cita con Fred Badhouten.

Una cita.

Le propuse este día, pero no estoy muy segura de que si era porque quería que las cosas volvieran a la normalidad con rapidez, o porque en verdad quería salir con él.

Niego con mi cabeza, ¡eso es absurdo!

Comienzo a arrepentirme, pero ya no es momento, la cita está dicha, el lugar también y el horario establecido está cada vez más cerca.

¡Solo faltan minutos!

Miro mi reloj de muñeca para saber exactamente cuántos minutos faltan y... ¡Un momento! ¡Ni siquiera tengo reloj de muñeca! Dejo escapar un suspiro de mis labios y me adentro a la cafetería donde cité a Badhouten.

Badhouten...

¿Es casualidad que tenga el mismo apellido que Milhouse o ellos serán parientes? ¡Si hasta puedo imaginarme a Fred con anteojos y pelo azul! ¿Acaso él vivirá en Springfield y será el mejor amigo de Bartolomeo J. Simpson?

Milana, no es hora de divagar por los nervios.

Oh, claro, claro, aún tengo la cita con Fred. ¿Pero de qué manera cambiará este momento en nuestra sólida amistad? Nótese el sarcasmo en la palabra sólida. Ni siquiera llego a tener en claro si somos amigos o no. Yo sí lo consideraba como uno, uno muy reciente, pero él se encargó de dejarme en claro que ni siquiera me toma en cuenta como su amiga. ¿Será porque quiere salir conmigo de manera romántica?

Iugh.

Carraspeo, dejo escapar un suspiro, acomodo mi cabello —el cual me encargué de dejar como siempre lo tengo: despeinado—, y acomodo mi nueva camisa blanca.

Espero que no te metas con ella esta vez, Badhouten.

Está bien... Es hora de enfrentar tus malas decisiones, Milana Robin. Piensa en tu apellido y hazle honor. Está será una dura batalla que tendremos que luchar, pero después de todo, tendremos un merecido triunfo.

Me acerco a alguna mesa desocupada y me siento a esperar. ¿El será puntual? Argh, qué pregunta ilusa, estamos hablando del chico correcto, del más responsable de todos. Faltan solo dos minutos para las 7 en punto, y él aún no llega.

¿Y si no llega más? Bueno, esos serían puntos para mí, ya que yo no volvería a aceptar una cita de él y él no tendrá motivo para enojarse después de una plantada.

Oh, rayos, no... Aquí viene...

Observo al castaño caminar con ligereza dentro de la cafetería y lo veo buscar por todos lados dónde me encuentro. Agradezco que él no haya venido en traje, corbata y zapatos. Hubiera sido bochornoso para mí. ¿Si quiera él tiene experiencia con chicas?

Se está acercando...

Calculo las posibilidades que me quedan para escapar. La puerta de emergencia no es una opción, ya que está lejos y al parecer ni siquiera abre, tiene el cartelito iluminado cayendo hacia el piso... ¿El sanitario? Podría encerrarme allí hasta que Fred se canse de estar aquí y luego...

—Hola, Lana.

Trago saliva.

—¿Qué hay de nuevo, Milhouse?

Fred arruga su frente, no obstante, no dice nada al respecto con mi comentario.

Diablos, ya empezamos con mal pie, Milana.

Su nombre es FredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora