Su nombre es Fred

045|Su nombre es Fred

Capítulo 45.

Su nombre es Fred.

No puedo creer que finalmente haya conocido a los padres de Fred, que él me presente a ellos como su novia y que les haya caído bien. Su madre es agradable y no dejó de sonreírme desde mi llegada a su casa, ofreciéndome a cada momento el álbum de bebé que finalmente Fred no dejó que vea. Lo que más me gusta de ella es su bonita sonrisa y también su pelo castaño, casi del mismo tono del de su hijo. Su padre es... realmente parecido a él, tienen los mismos ojos color miel y su sonrisa. Aunque el cabello del señor Badhouten es negro, aunque ahora un poco canoso. De cualquier modo él es un hombre agradable, alguien serio para mi gusto pero aun así me ha caído bien.

Creo que la peor parte fue haber traído a Brad con nosotros. Mi hermano no quería quedarse solo en casa y prácticamente rogó para que lo dejáramos asistir a la cena, Fred dijo que no tenía problema, pero yo sí que lo tenía. ¿Por qué mi hermano tendría que estar metido en una cena de presentación a mis suegros? Sacando el hecho de que lo traje después de tantas súplicas por no querer quedarse solo en la casa —aunque sé que en realidad quería venir por la comida—, le cayó bien a los padres de Fred. Su mamá realmente lo amó en el primer instante en que lo escuchó hablar. Lo peor de todo es que el chico no es normal. ¡Vamos! Que se pasa todo el día en casa, jugando videojuegos o viendo televisión mientras come comida chatarra. Aunque sé que detrás de toda esa fachada de vagancia, por debajo tenemos una capa muy pequeña de seriedad, pero un atractivo chico de ojos celestes.

¿Dije atractivo? ¡Iugh, qué asco!

Así que ahora me encuentro en el balcón de la habitación de Fred, tomando un poco de aire fresco mientras mi hermano y sus padres están en la cocina charlando. Y Anabeth —la mamá de Fred— está cocinándole galletas. ¿Puede ser Brad un hombre de 23 años pero parecerse a uno de 13? Sí, él puede.

Creo que ya me siento un poco celosa.

—¿Qué haces?

Volteo para ver al castaño acercándose a mí con una sonrisa en su rostro. Suelto un suspiro de tonta enamorada y ladeo mi cabeza casi como si se tratara de una frecuencia cuando veo a mi novio.

—Observar la luna llena —le cuento y le señalo hacia donde está la luna en todo su esplendor, brillando para todos nosotros—. ¿No te parece increíble que seamos millones de personas en el mundo, pero que todos veamos la misma luna?

Pongo una mano bajo mi barbilla de forma pensativa. Escucho una suave risa proveniente del chico ahora a mi lado, y lo veo posicionar sus brazos sobre la barandilla del balcón.

—Un sentimiento muy profundo para alguien que es irresponsable en cuanto a sus estudios.

Reprimo una sonrisa y enarco una ceja en su dirección.

—Mi irresponsabilidad fue lo que te enamoró. —señalo con picardía.

—No lo sé... creo que fue más el hecho de que me volvieras loco cuando le dabas más importancia a los chismes contados por tu amiga —refunfuña por lo bajo, pero aun así las esquinas de sus labios se elevan hacia arriba.

—Vamos... ¿Quién no quiere saber qué pasó con Josh, el mariscal de campo, con Oliva la porrista o con José el mexicano? ¡Robando Suspiros fue la mejor novela que viví en mi vida! —exclamo con exageración mientras me llevo una mano al pecho.

—Bueno... ¿puedo contarte un secreto?

—¿Acaso tienes secretos conmigo? —inquiero fingiendo molestia.

Se ríe, se encoge de hombros y se acerca a mi oído para susurrar:

—Siempre fui amigo de Josh Pattison.