028|Es tiempo de cerrar el ciclo

2.3K 209 3
                                    

Capítulo 28.

Es tiempo de cerrar el ciclo.

Debo pedirle perdón a Fred, es en lo único que puedo pensar cuando lo veo tecleando con mucha rapidez en su ordenador dentro de la sala del consejo estudiantil. Parece enojado. Comprime las letras bajo sus dedos con su ceño fruncido y sus labios apretados. ¿Será mi culpa?

Doy dos pasos vacilantes hacia adentro, pero de inmediato retrocedo tres, con el temor consumiendo mi cuerpo con fluida rapidez e impidiendo así que pueda cumplir con mi misión. ¿Por qué será que me cuesta tanto pedir perdón? Acepto que es muy difícil perdonar, pero a veces odio ser demasiado orgullosa a tal punto de no dirigirle la palabra a alguien por el simple hecho de que debo decirle algo que no quiero.

Perdón.

Saboreo la palabra en mi cabeza, como si así fuera a ser mucho más fácil expulsarla de mis labios después.

P-e-r-d-ó-n.

—¿Necesitas ayuda con algo?

Me sobresalto cuando escucho una voz a mi costado, volteo de inmediato para encontrarme a la chica pelirosa que es algunos centímetros más baja que yo. Me observa con una ceja enarcada y sus labios siempre en una constante línea fina que parecen no querer curvarse jamás. ¿Habrá sonreído alguna vez? Lo dudo mucho.

—Te vi desde allí —agrega, señalando su asiento dentro de la sala—. Pareces a punto de hiperventilar con mucho ímpetu. Puedo decir que tu cara está más roja que un tomate y que tus orejas también parecen las de un elfo, pero eso ya es otro tema.

Se encoge de hombros, mi frente se arruga con fuerza y por instinto me llevo las manos a mis orejas. No parecen las de un elfo... ¿O sí? Arrugo mis labios antes de contestar.

—Solo entraré para hablar con Fred. —informo, pero aún no me muevo de mi sitio.

Kat, como recuerdo su nombre, parece sopesar mis palabras, mientras me inspecciona con sus ojos castaños. O quizás y solo está ideando alguna muerte dolorosa para mí. ¡O hasta puede estar ideando un incendio en la universidad!

—Oh, Badhouten siempre recibiendo a las chicas, no creo que haya chico más mujeriego que él. ¿Sabías que también la profesora de Arte quiere ser recibida solo por él cuando necesita ayuda? Yo ya no lo puedo creer... —suelta una risa hosca y mientras niega con su cabeza, se aleja para volver a su sitio murmurando cosas por lo bajo, más seguramente quejas.

¿Fred Badhouten un chico mujeriego? ¿Es enserio? Es imposible creerlo cuando lo miro desde aquí... Él siempre parece tan... correcto, que me cuesta creer que tenga algo malo. Para mí él es lo más parecido a la perfección, y eso solo lo veo porque él se encarga de demostrarlo.

Sonrío, porque ahora tendré algo que podré usar para molestarlo, no creo que a él le agrade mucho que todos aquí sepan que a él le encanta jugar con las chicas. ¿Y si hago una difusión por toda la Universidad solo para que se enteren todos de esto?

Su nombre es FredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora