⌱ 𝑬𝐬𝐭𝐮𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 § ⌲ 𝑱. 𝑱𝒌 • 𝑲. 𝑻𝒉

•°◤09◥°•

Mientras Jungkook se paseó de aquí para allá dando pequeños saltitos toda la mañana, Taehyung incluso regreso a casa tan perdido como lo había estado desde que le dio la espalda a ese chico de ojitos brillosos.

Y es que no todavía no podía dejar de creer que era...

— ¿Y?... ¿Sigues creyéndolo?

— Soy un idiota.

— Carajo.

Yoongi suelta un suspiro y cruza las piernas sobre la mesa sabiendo que no iba a poder largarse del lado del castaño renegando por un rato más.

— No se porque demonios lo hice. 

Deja caer su cabeza colgando del sillón mientras sus piernas se encuentran hacia arriba contra el respaldo y pared.

— Yo solo lo vi, allí tan indefenso, sufrido y vulnerable y... — Hizo una pausa. — ¿Suena totalmente idiota?

— Sí, aunque tal vez sea porque tu lo crees y suena como toda una mierda. — Respondió con indiferencia, bebiendo un sorbo de su soda.

— Lo es, realmente lo es.

— ¿Y qué vas a hacer?

— Bueno... — Pensó unos segundos. — No soy alguien que no cumple con su palabra, Hyung.

— Entonces no es una mierda. — Contradijo su pensamiento, dejando su mente en blanco.

— ¿Podrías dejar de confundirme?

— Yo solo digo que si tu creyeras que realmente es una mierda no lo harías, pero vas a hacerlo. 

Se acomoda en el sillón, sentándose como una persona normal mientras escucha atento la verdad de Yoongi.

— Solo le enseñaré algo de defensa, para que deje de estar al borde de la muerte solo por ir a la preparatoria. 

Intentó defender su postura, observando cómo lo ignora con su soda.

— Estarás con él...

— ¡Es un Omega!

Se pone de pie, soltando tal grito por inercia y Yoongi ríe levemente por tal reacción a palabras tan simples.

— ¿Y que con eso?

— Que prefiero metérsela a Alfas. — Soltó indiferente, desviando la mirada.

— ¿A quién intentas engañar, mocoso? — Se puso de pie. — A ti te gusta que los Alfas te la metan.

— Cierra el hocico, maldito gato. — Maldijo entre dientes, dándole la espalda.

— ¿Como me llamaste hijo de la gran puta?

De reojo Taehyung pudo ver como sus puños se cerraron.

El odiaba ese apodo, y Taehyung lo amaba.

— Gato, te llame G-A-T-O.

Refriega en su cara aquel apodo y no aguanta hacerle burla hasta con sus ojos por su tentadora tensión.

— Te doy cinco segundos para correr, si te atrapo, eres picadillo.