⌱ 𝑬𝐬𝐭𝐮𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 § ⌲ 𝑱. 𝑱𝒌 • 𝑲. 𝑻𝒉

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Taehyung lo escuchó apenas, sacudiendo la cabeza para reaccionar. Se maldijo interiormente, preguntándose por qué solo se había quedado tan perdido en ellos.

Algo en su interior se había sentido cálido y enternecido al ver a Jungkook cuidando de una cachorra así. Casi una cachorra que le pertenecía a él, a Taehyung, puesto que a sus quince cuando EunHye nació, la cuido cada segundo. La crio como un padre. Porque la amaba y se había prometido que le daría lo que alguien más no podía.

Él le daría un padre, y la buena vida que a él le había dado el suyo hasta marcharse.

— S-Si... — Balbuceó, torpe. Tuvo que carraspear la garganta. — Si, estoy bien.

Parpadeo varias veces, volviendo a enfocarse en la realidad y tomó su tenedor otra vez, regresando a su cena. Jungkook sonrió enternecido al verlo algo nervioso, regresando su mirada la pequeña. Ambos estuvieron demasiado tranquilos en sus actividades como para fijarse en cómo alguien los observaba. Hasta que habló.

— Aun no puedo creer que Taehyung te haya traído a casa.

Ambas miradas quedan en la mayor que habla casi suspirando entre sonrisas, como si estuviera encantada con ambos, con Jungkook y su hijo Taehyung, con esa amistad, o tal vez, algo más.

— Mamá... — Taehyung intentó hablar.

— ¿A que se refiere? — Pero la curiosidad venció a Jungkook.

— Es solo que él se la pasa hablando de ti cada vez que viene a verme.

Jungkook lo miró. Vio a Taehyung intentando cubrirse debajo de la mano que pone sobre su frente, enfocándose en mantener la calma. No encontró ayuda ahí, por lo que volvió a mirar a la mujer.

— ¿E-En serio? — Farfulló. 

— Si, parece que son muy buenos amigos.

— N-No, tal vez... — Se mordió el labio. No sabia muy bien que decir.

No quería molestar a Taehyung, no quería que se sintiera incomodo por su culpa. Tampoco creía que hablar de un amigo con la familia era algo malo, pero no quería correr algún riesgo en ese momento.  

— Tal vez se confunde de persona, señora Kim. — Intentó corregir.

— No, estoy segura que eres tu. — Insistió.

Entonces Jungkook notó como entrecerró los ojos, observando con más detención su rostro. Sonrió.

— Taehyung me dio una descripción bastante exacta y todo en tu rostro encaja a la perfección. O... — Miró a Taehyung. — ¿Estoy equivocada, Tae?

La incomodidad había permanecido con ellos desde que se sentaron en la mesa, pero la tensión llegó como tortura cuando Taehyung pone en pausa su cena y lentamente, guía su mirada hasta su mamá. Le sonríe, como si no le importará esa mirada desafiante que su hijo no teme mostrar.

Temió.

Lo tenía claro.

Taehyung no era alguien "Fácil" y conociendolo, tendría el atrevimiento de enfrentarse a quien fuera, de la manera que sea.