⌱ 𝑬𝐬𝐭𝐮𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 § ⌲ 𝑱. 𝑱𝒌 • 𝑲. 𝑻𝒉

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Kim Taehyung no era como la mayoría de Omegas, mucho menos era de ese tipo de personas que se ponía a idealizar el cuento de hadas perfecto en el que vivirias con la persona a correcta a tu lado, incluso más si es tu destinado.

Kim Taehyung nunca había pensado en esa mierda del amor.

Por qué el sabía que no necesitaba a nadie, que el no quería tener ese “Juntos” que todos quieren, y mucho menos encontrar ese “Por siempre” que todos sueñan.

Era increíblemente patético.

O, así lo creía hasta que ese maldito chico encantador apareció en su camino.

Taehyung nunca había imaginado que alguien le rompería el corazón.

Taehyung nunca creyó que cargaría con un infernal deseo de ver a esa persona amada cuando no puede hacerlo.

Taehyung nunca creyó que lloraría por alguien.

Pero Jeon Jungkook llego a su vida, y lo jodió todo.

— ¿Taehyung? ¿Eres tu cielo?

— Mamá...

Se encuentra al borde del colapso. Usando las pocas fuerzas que aun tenía se ayuda con la pared, yendo hasta la sala en donde SeoYeon está. 

— ¿Taehyung? Hijo, ¿Que tienes?

Su preocupación dispara al verlo apunto de caer cuando se temblea, acercándose con rapidez para ayudarlo a llegar al sillón.

— ¿Que pasa?.

— Lo empeore todo... — Musito.

Ese insoportable dolor en el cuerpo que cada vez lo torturaba más. Su corazón palpitando brusco, como si lo golpeara, su sangre hierve tanto que siente que moriría.

— Soy un idiota...

— Ah, cielo...

Bisbiseo estupefacta cuando vio esa marca en su cuello.

— Tu marca... — La señaló.

— No me importa esta mierda.

Estaba fastidiado. Bajo la cabeza intentando cubrirla, ignorarla.

— Yo solo- ¡Ahg!.

Suelta una fuerte queja y SeoYeon toma su mano, la cual aprieta con fuerza al sentir su cuello arder, a tal punto de hacerlo llorar más. Se retorcio en su lugar, su mamá viendo, siendo consumida por la preocupación cuando grito desgarrado, sintiendo como si le arrancaran una parte de el. 

— P-Pero... — Balbuceo sin fuerzas. Su rostro rojizo cuando la miro débil. — ¿P-Por que...

— Un corazón roto. — Murmuró. — Está en proceso...

Pudo verlo. Como sus ojos se cristalizaron mientras lo miraba en ese sufrimiento, sin poder ayudarlo como quisiera.

— Intenté decírtelo, pero no quisitse oírme.