0.6 Sal del cascarón

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Jimin se fue alejando poco a poco para poder observar con claridad todo el sonrojado y bello rostro de Yoongi: tenía sus ojitos cerrados mientras respiraba lentamente, sus manitos habían soltado el cuello ajeno para abrazarlo por la espalda siguiendo un instinto interno que le pidió tener a su mayor lo más cercano posible, sus pechos se rozaban con cada respiración, la emoción alterando ambos corazones que laten frenéticos.

-¿Te dormiste Yoon? - Preguntó en con voz suave rozando su nariz como un cachorro sobre la cara del menor.

El más joven abrió muy despacio los ojos, observando el guapo perfil de su acompañante a pocos centímetros ¿Desde cuándo Jimin lucía como un ángel? lo había apreciado en más de una ocasión, no era ciego, su roomie era tremendamente apuesto, aquellos prominentes labios carnosos y rosados que brillaban con una invitación maliciosa a degustarlos, esos ojos cafés que podían reflejar todas las emociones de su portador, en ellos Yoongi ha visto cariño, interés, determinación, dolor, molestia, pero cuando los posaban sobre él, vaya... ¿Cómo lo veía Jimin? Con aprecio, preocupación, a veces con cierto grado de perversión que el menor solo entendía como malicia, pero justo ahora lo miraba como sí estuviera viendo eso que mas adoraba en toda su vida.

-¿Por qué me ves de esa manera? - Dudó hablando muy bajito, solo ellos dos podían escucharse.

La sonrisa que le dedicó el castaño sobró y bastó para revolver el cúmulo de emociones que se amontonaban dentro suyo. Le hubiera gustado acariciar el rostro de su hyung pero la verdad era que sus manos temblaban, por eso decidió apretar en sus puños la camisa del mayor.

-¿Cómo te veo? - Indagó manteniendo su dulzura, queriendo entender como su pollito percibía su amor por él.

Cohíbido bajo la mirada, sintiéndose repentinamente sobrepasado con la situación, no tenía el valor de seguir viendo su propio reflejo en los iris ajenos, a pesar de la poca luz que brindaba los faros en la plaza, sospechaba que sí intentará hablar para explicarse, solo soltaría un montón de balbuceos, o mordería su propia lengua, y eso estropeara por completo aquel momento que los mantenía seguros en una burbuja.

¿Cómo era capaz de dar vuelta a su mundo con solo una acción? ¿Cómo aquel beso que decidió tomar, parecía encender una chispa dentro de sí y hacerle ver cuánto quería a Jimin de una manera más que amistosa?

-No estoy seguro de muchas cosas - Se atrevió a responder después de un largo silencio, aclaró su garganta aún sin ver de nuevo a la cara del castaño... Vaya que linda clavícula tenía Jimin.

-No debes dudar de lo que siento por ti - Determinó el mayor, tomándolo por el mentón a sabiendas que se sentía tímido, acariciando con el pulgar sobre la suave piel bajo su labio inferior deseando transmitir toda la confianza con sus gestos - Yoon no debes temer, no a mí, nunca hemos sidos extraños - Se detuvo conmocionado al ver como las lágrimas se acumulaban en los ojitos de su pollito - Yoon... Bebé, mi pollito ¿Me permites cuidarte? - Pidió aguantando las ganas que tenía de besarle.

-Tú siempre cuidas de mi, no necesitas mi permiso - Recordó con una sonrisa tímida.

-Yaaa - Jimin negó con la cabeza en un gesto sutil - Debo ser más directo cuando se trata de ti ¿Hmm? - El menor ladeó la cabeza provocando que una lágrima corriera por su mejilla - Me refiero a que me dejes entrar a tu mundo siendo algo más que un amigo, o tu roomie.

Aún teniendo una idea de hacia dónde se dirigía todo este asunto desde que tomó a su mayor por el cuello y le besó, no pudo evitar quedar pasmado, reteniendo la respiración inclusive, repitiendo en su mente la última frase que escuchó decir a Jimin. Este le pedía ser algo más, eso lo entendió a la primera, pero el verdadero asunto era aceptarlo, dejar entrar a ese chico de lindas mejillas, a su complejo de héroe, a que conociera todo lo que representaba su mundo y viceversa, permitir que se enterrará en lo profundo de su corazón, en su débil corazón de pollo que temía volver a romper.

Y como si pudiera leer sus pensamientos, volvió a frotar sus narices juntas, ruborizando al que se encontraba debajo.

-Mi primera misión es cuidarte, incluso sí es de mi mismo Yoonie - Habló recordando el pasado amoroso del que Min tanto temía repetir - Sé que tu también me quieres, tal vez no como yo a tí, pero eso está bien, todos sienten de formas distintas, pero no puedo rendirme cuando sé que tú sientes algo por mí, por escaso que sea ese sentir, danos la oportunidad.

"Ohh, bueno ya todo se puede ir a la mismísima m****a" Pensó el menor, rompiendo a reírse en la cara del contrario, que preocupado temía no solo ser enterrado en las profundidades de la friendzone, sino que además su pollito creyera que era broma todo lo que le expresó.

-¡Dios! eres un cursi de primera - Reconoció al fin borrando su timidez, y levantando ambos brazos para rodear por segunda vez el cuello del castaño que encantado se dejo hacer, sumiéndose en otro beso, solo que mas apasionado, de esos que te dejan suplicando por aire.

- Más te vale no romper mi corazón Park Jimin - Ordenó después de separarse y recobrar el oxígeno que le faltaba.

-Nunca me atrevería a atentar contra ese corazón de pollo que tienes.

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🐣 Pollito - Jimsu 🐣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora