0.24 Pollito de algodón

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Una extraña y constante sensación de incertidumbre se había instalado en su pecho desde el momento que puso un pie fuera de su habitación del hospital acompañado por sus padres, quienes tras un corto recorrido lleno de miradas de preocupación mal disimuladas dirigidas a Yoongi, llegaron al departamento que el menor compartía con su roomie, con una mujer capaz de alargar una simple despedida de abrazos y "nos veremos el fin de semana" hasta aproximadamente unos 45 min donde hasta Jimin terminó formando parte del momento.

Haciendo un recorrido mental a través de los últimos acontecimientos, se tumbó boca arriba sobre su cómoda cama llevando consigo en el proceso el único peluche que adornaba por encima de las almohadas y sabanas, a diferencia de su habitación en casa de los señores Min, que gritaba "Soy un chico amante de Kumamon" llena de peluches y figuras del personaje, así como otras tantas de diferentes animales tiernos y suaves. Allí con el peluche entre manos se preguntó el porque del cambio tan radical en su personalidad reflejado en la decoración de ambas habitaciones, sí lo pensaba desde un punto objetivo, bien podía decir que solo era él madurando y dejando atrás todas esas niñerías en el pasado.

Elevó al animal relleno de algodón, acariciando su figura suavecita y peluda, abstrayéndose en el proceso, detallaba al pequeño pollito amarillo que le hubo acompañado poco tiempo después de establecerse en su nuevo departamento compartido, un lindo gesto de parte de Jimin, quien consideró que su habitación era demasiado fría y forzada a lucir como alguien quien no representaba al verdadero Min Yoongi.

¿Jimin tenía razón respecto a él?

Una mueca de disgusto atravesó las delicadas facciones del chico, estrujando el peluche entre sus blancas manitos deformando la figura del animal. Algo estaba mal consigo, como si una parte importante de su vida hubiera sido vuelta añicos para darle paso a una cortina de humo que le impedía ver con claridad el fatídico resultado, una verdad tapada de la cual no entendía pero que poco a poco lograba traspasar la pared que construyó alrededor de esta inconscientemente para, lo que intuía el mismo, protegerse.

Hace dos días que había dejado el hospital, y su dependencia hacia Jimin no hubo diezmado, por suerte no tampoco incrementado, seguía siendo una necesidad estar cerca del castaño que le transmitía la calma que desconocía le faltaba, aterrado con la posibilidad de ser alejado del mayor por causa de sus padres, o cualquier otra cosa.

Y contando además, con la incertidumbre que le producían ambas situaciones, esa verdad que parecía querer abrirse paso como diera lugar, repitiendo las mismas imágenes confusas, no era un rompecabezas al que pudiera dar forma, no entendía la relación que tenía un Jimin enfurecido, un salón de clases abandonado en su antigua escuela y nu ex-novio. A parte que venían a su mente de forma atropellada y distorsionada, con las voces de ambos chicos sonando como sí estuvieran sumergidas bajo el agua, flashes confusas que saltaban de una escena a otra de manera aleatoria, todo era tan terriblemente confuso, y no se sentía a gusto intentando darle sentido. Ya trató y el resultado le dejó con un dolor de cabeza y ganas de refugiarse bajo el abrazo del castaño, y es allí la segunda situación que lograba sacar un montón de interrogantes, mentiría sí dijera que no es un ignorante con respecto a lo que le ocurrió aquel día donde Jimin mencionó a su pasado amoroso, entendió del Doctor Choi que sufrió algo así como un ataque de ansiedad, la verdad no prestó demasiada a atención, solo tenía cabeza para la extraña película que inició ese mismo día dentro de su mente.

El tema era con respecto a Jimin ¿Porqué buscaba desesperadamente al castaño? no era algo que ocurriera durante todo el día, pero cuando sucedía, era como si tuviera una falta de azúcar, una hipoglucemia pero de Jimin, le tiemblan las manos, se marea y su corazón se aceleraba cuando caía en cuenta que no había estado junto al mayor durante más de una hora, aún era demasiado temprano como para saber que sucedía con él, por eso optó por ocultarlo del mayor bajo excusas tontas sobre su estado ansioso y necesitado.

Como buena persona introvertida que era, no quería hacer exposición de sus problemas, ya se sentía suficiente carga tanto para sus padres como para su mejor amigo, a los cuales arrastró con preocupación inmensa hasta la sala de emergencia, y Jimin no dejó del culparse por eso.

"Absurdo con complejo de Héroe" Pensó atrayendo al peluche hasta su pecho en un abrazo, mientras una sonrisa enamorada nacía en sus labios recordando al chico que siempre le miraba con ojos preocupados, bueno no siempre, pero era una mirada usual a la que ya se había acostumbrado. Por eso mismo no quería revelar lo que jugaba dentro de sus pensamientos erráticos, involucrar a los demás era algo que se permitiría hacer hasta cierto punto.

-Pollito, ya debes alistarte, tú padre llamó, dijo que tu mamá esperaba que llegáramos temprano y... - El castaño había entrado a la habitación del menor distraído con el celular en la mano mientras se explicaba, ignorando lo tierno que se veía Yoongi acurrucado en su cama viendo al techo con mirada ensoñadora, abrazando al peluche que el mismo le hubo regalado en el pasado no tan lejano.

El castaño guardó su celular en el bolsillo trasero de su pantalón y se dedicó a apreciar la escena.

Saliendo de su abstracción, bajó el peso de la mirada ajena, Yoongí busco hasta dar fácilmente con los ojos castaños enmarcados por pequeñas pestañas, tan bonitas como su portador, un suspiró se escapó de los labios del chico, sonrojándose al instante gracias a la risita de le dio el mayor.

-Es una pequeña cosita adorable - Admitió Jimin con una mano bajo su mentón.

Yoonguí asintió ofreciendo una vista del conocido peluche.

-Bueno tu me lo diste, supongo que por que te gusto...

-Me refería a ti, Yoongi - Cortó Jimin acercándose hasta robarle un beso.

El chico se dejó hacer, olvidándose al instante de sus preocupaciones, soltando a peluche en alguna parte de la cama para atraer a su besador más cerca enrollando ambos brazos por detrás del cuello ajeno, sintiendo por medio del olfato el delicioso aroma a perfume que traía el castaño, no era su loción de siempre, y eso de alguna forma le encantó, revolucionando la intensidad del beso que había iniciado como algo inocente por parte del partidario principal, ahora los roles se invirtieron dejando a Jimin a merced del chico.

Min se desconocía  a si mismo, ser descarado era lo último que hubiera considerado ser frente a cualquier persona, pero esa misma dependencia que estaba desarrollando hacia el contrario lo llevaban a confiar hasta el extremo en él, y sentir que cualquier tipo de cercanía era correcta, entonces como ya se esperaba, el beso se rompió y tuvieron que alejarse.

-Vaya... - Extendió la palabra con claro asombro, pero una sonrisa complacida viendo al chico bajo suyo - Me encantaría saber por qué tan cariñoso, pero no tenemos tiempo - Se levantó arreglando su vestimenta - Tu padres nos quieren allá en menos de una hora - Recordó.

Los ojos del menor se abrieron como platos, acordándose del famoso trato que negocio con sus progenitores, una cena a la semana en casa de los señores Min, y justo se acordó que debía ser esa misma noche.

Cómo un resorte saltó fuera de la cama, por poco atropenyando al castaño que se echo a un lado justo cuando el chico corrió en dirección al baño.

-¡No le menciones a mi madre que me olvidé de esto! - Pidió en medio de un gritico no muy masculino mientras se metía debajo del agua helada de la ducha.

Jimin negó con la cabeza aun sonriente, escuchando al menor insultar al agua fría, cayendo en cuenta del pobre pollito que había sido arrojado a un lado y ahora estaba tirado sobre el suelo. No dudó en agacharse y recogerlo, limpiando la "suciedad" antes de dejarlo en medio de las almohadas ajenas.

-Te espero afuera - Respondió alzando la voz y saliendo de la habitación.




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La vida es muy corta para quedarse en un solo libro.

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