STOP

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Una hora después tras el incendio en casa de Mikael.
―Dijiste que Mikael era una amigo, no un apuesto tipo cubierto de tatuajes.
―Es un muy buen amigo, nos conocimos en una fiesta de Pepper Potts― Sonríe al decirlo― Me dijo que había cambiado mucho y que no le reconocería, es muy apuesto pero nadie como tú.
Desde la parte de atrás de la camioneta, me abraza, me da un beso en la mejilla. Pulso el acelerador hasta el fondo, Ian cae al suelo junto a los pies de Liz. Este es el momento en el que mis planes están caminando por la cuerda floja. Tras la emboscada en ese salón de tatuajes clandestino, decidí contactarlo, solo podía confiar en un hombre muerto, era mi única opción, estaba en un callejón sin salida y eso era muy malo.
Una furiosa Liz mitad lagarto, patea a Ian en las costillas, gata infernal sí que supo hacerla enfadar. El imbécil de Mikael se puso en su camino, y termino con el brazo destrozado. Es un buen día para ser uno de los chicos buenos.
Tomo la pistola de dardos tranquilizantes de la guantera- Un regalo de Noman- se la lanzo a Ian y le indico con un ademan que ponga a dormir a nuestra furiosa mujer lagarto. Ese no es el único accesorio que Norman me ha enviado para mantenerme a salvo, incluyo un sofisticado anillo tranquilizante.
―Sería una pena ver como destrozan ese precioso rostro.
Al llegar a un cruce de caminos me detengo, sigo el camino de tierra que está rodeado por siniestros arboles desnudos cubiertos de telas de araña. Detengo el vehículo en cuanto veo una verja con el escudo de la familia Osborn, tiene ese horrendo duende con esa sonrisa burlona.
Presiono el botón del intercomunicador.
―Dijiste que podía acudir a ti… Sin importar las circunstancias.
―Pasen y no olvides nuestro pequeño acuerdo― La voz metálica sale por el parlante con algo de interferencia.
Acepte su oferta, traerle los viejos trastos que Harry Osborn uso para destrozar la ciudad, fueron los mejores cinco minutos en la vida de ese policía, justo cuando pensó que su plan para conseguir favores sexuales estaba funcionando, le inyecte un tranquilizante, luego Ian le quito algo de dinero de su billetera.
La siniestra risa hace que se me ponga la piel de gallina, supongo que es lo necesario para acabar con Tony de forma definitiva. Ayudo a Ian a bajar a Liz de la camioneta, tomo la mochila donde guardo el casco de Adrian Toomes.
Sé que se preguntaran: ¿Qué fue de las alas? Es muy simple, las rediseñe para ser más livianas, se encuentran junto al casco, ocupan gran parte de la mochila.
No tengo todas las piezas del traje de Adrian.
Mis planes fracasan.
Ni siquiera soy lo suficientemente bueno para Tony Stark.
Pero por primera vez en mi vida.
Tengo un propósito, hacerle mucho daño a Tony, golpearlo en donde más le duele (Y no me refiero a sus testículos) me refiero a ese mimado, llamado Peter Parker.


―Pueden disponer de cualquier habitación de la casa― Esa voz metálica me parece conocida.
Parados en el recibidor esperamos por algunos minutos a que nuestro anfitrión aparezca.
Decidimos tomar una habitación del primer piso. Todas las habitaciones de la casa están cubiertas de polvo, alguien no tuvo suficiente tiempo de limpiar, somos invitados inesperados en este lugar, afortunadamente nuestra estadía solo es temporal.
Cargando a Liz, entramos en el primer baño que encontramos.  Ian me ayuda a meter a Liz en la bañera, pesa como una tonelada, cuando es mujer lagarto, es como si sus huesos fuesen un poco más grandes o algo por el estilo. Llenamos la bañera con agua caliente, no queremos que la temperatura de su cuerpo baje, podría darle hipotermia o algo mucho peor. Trabo la puerta de la habitación, usando un busto gigante de Harry Osborn, es bastante apuesto en mármol, es una lástima que sea un demente.
Al salir del baño, me carga usando sus fuertes brazos.
― ¿Podemos hacer algo divertido? Necesitamos tiempo de calidad.
―Por supuesto que sí, mi amor.
Me lanza en la cama, una bandeja de plata me llama mucho la atención, está cubierta de basura y restos de comida que parecen ser muy recientes, tal vez nuestro anfitrión estuvo aquí hace algunas horas. Tal vez cumplió con una de mis peticiones, dejar una jeringa con un potente somnífero, es momento de deshacerse del peso muerto.
Ian entra al baño para quitarse la ropa, busco en los cajones la jeringa, tanteo hasta que la consigo en el fondo del cajón. Me gustaría agradecerle a nuestro benefactor, no todos los días un ricachón decide hospedar algunos maleantes en su techo, es todo un santo, lo más cercano a un buen samaritano en este mundo.
― ¿Cómo es que un prometedor camarero de un restaurante terminó siendo un chico muy malo?― La alegría se esfumo de sus ojos, Ian se merece algo que yo no puedo darle.
―Con un poco de azúcar.
Me acerco por detrás y le clavo la jeringa en el cuello, Ian cae al suelo balbucea algunas veces, no puedo entender lo que dice. Las lágrimas han comenzado a salir de sus ojos, es lo mejor para ambos, podría decir que llegue a quererlo lo suficiente como para no ahogarlo mientras dormía.
―Termine en muy malos términos con ese idiota de Tony Stark, jure vengarme.
―Lo siento, Ian.


― ¿Cuál es tu plan ahora? Chico maravilla ― Los afilados dientes de Liz hacen que se me revuelva el estómago, puede cargar el peso muerto de un gigante encantador.
―Dejarlo atado en alguna absurda habitación… Tal vez la cava.
―De acuerdo planeas escapar como una rata. Esperaba un poco más de ti, Harry.
―Te lo encargo, debo buscar algo en una de las habitaciones.
Liz arroja a Ian en el suelo de concreto, puedo escuchar algunos pequeños crujidos provenientes de su cuerpo, nada como un par de costillas rotas para superar una ruptura amorosa, podrá distraerse un poco dentro de esa cava, menciono muchas veces que era todo un fan de Harry Potter, puede demostrar sus habilidades de escapismo.
―Nos vemos al final de ese túnel en unos cinco minutos― Digo señalando uno de los múltiples pasadizos.
―Como quieras… Solo te pido algo, cuando llegue el momento de ir por Harry quiero que me dejes algunos minutos con él.
―Todo lo que quiera la princesa lagarto.


M

e alejo en uno de los túneles, la oscuridad me envuelve, escucho esa horrenda risa que hacía a Tony mojar la cama por las noches, todos en la ciudad le temen al duende verde y ahora estoy en un túnel subterráneo a punto de sufrir un ataque de pánico, tal vez esta sea la mejor alternativa para hundir a Tony.
Me aseguro de que Liz no me siga el paso. Conforme avanzo este comienza a hacerse estrecho, veo una puerta de metal con lector de retina. Me paro en el lector, una luz purpura se encarga de escanearme las retinas, mi rostro aparece en una pequeña pantalla LED. La puerta de metal se abre de golpe, puedo escuchar al mecanismo abriéndose, sin ningún tipo de interrupciones.
―Tengo algo que puede llamarte la atención, muchacho.
― Soy alguien con gustos peculiares.
No puedo distinguir su rostro, pensamos muchas veces que el duende verde estaba muerto, el hombre araña barrio Brooklyn con él. Tal vez sea uno de esos millonarios excéntricos a los que les gusta imitar dementes. Tengo el presentimiento de que mi benefactor oculta algo mucho más oscuro.
―No hablo de habitaciones repletas de juguetes fetichistas, hablo de la tecnología usada por el mejor estafador que he conocido. Muy similar a ese pequeño anticipo que hizo mojar a ese chico sus pantalones.
―Soy todo oídos.
―Te la daré, aunque quiero que hagas algo por mí. A propósito que… Vas de salida, Harry Osborn necesita una nueva dosis del suero de Oz.
― ¿Qué gano con eso?― Me cruzo de brazos esperando su respuesta.
―Lo que no tienes, tiempo. Te sorprenderá saber que Peter Parker es Spider-man.
― ¿Peter Parker? Eso es muy estúpido.
―Ve directamente a la pantalla― Una pantalla se enciende, veo una silueta demacrada pero no un rostro.
Veo como Spider-man comienza a desvestirse, se ve que le gusta ejercitarse, tiene todo en su sitio. Se quita la máscara, veo el cabello café, la nariz aguileña, esa sonrisa estúpida que he visto tantas veces, se me revuelve el estómago.
―Solo una dosis, directamente en el cuello. En cuanto a la fórmula de misterio, solo funciona si se aspira, con una granada puedes hacer que todos esos agentes mojen sus pantalones.

Señor Stark [Tony Stark | Peter Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora