0. Prólogo: Cithria reina

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El rey siempre tendrá la razón y la última palabra, regirá sobre todas las tierras y los rincones de su reino. Sus posesiones y bienes serán su legado, y sus decisiones y actos una marca sobre sus descendientes.

Este mundo se rige por niveles: reyes, vasallos, siervos, esclavos y animales. Cada uno con poder sobre el que tiene debajo, es así hasta el final de esa cadena... o cuerda.

Una cuerda que comienza a deshilacharse y que se afina a medida que ese poder perfora a los más débiles. Se convierte en un hilo cortante que sangra, hiere a los indefensos sin pudor e intenta triunfar, valiéndose de que ese sufrimiento a nadie le pareciera importar.

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1187, la expulsión de los Cruzados de Jerusalén por Saladino hizo que el rey déspota de Artgotia y su hija, llamada Cithria, regresaran al reino. En el transcurso del viaje de retorno de tres años, este rey no olvidó tal ofensa, llevando consigo gran odio hacia todo oriental o extranjero. Al poco tiempo de retornar enfermó, y antes de morir nombró sucesora a Cithria, que con diecinueve años fue coronada reina.

Ella lo celebró con un gran banquete, pero sabiendo que no podría excederse en nada de lo que hiciera, ya que desde ese momento sería vigilada en cada movimiento. Los obispos susurraban y conspiraban por cada paso dado, la corona no estaba fija en su cabeza y su poder era ilusorio, siendo el títere consciente de esos parásitos del poder.

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El mago del color y el alquimista con pisadas de oro [BL] (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora