Jaskier empezó los preparativos de la boda tal como dijo.
Recibió la lista de Geralt que abarcaban unas veinte personas solamente.
Los días se convirtieron en semanas. Los días cada vez se pasaban más rápido y ya faltaban solo dieciocho días para la boda. Se casaban el 8 de Octubre en la Catedral de San Pablo de Londres. Conseguir un lugar allí le había costado, a decir el que lo logro fue Geralt.
Geralt... Pensar en el alfa le hacía tener sentimientos encontrados, ya había pasado meses desde que se propuso la venganza y no lo había olvidado. Siempre que Geralt le hacia un sol presente aún cuando agradecía, se encargaba de mostrarse un poco inconforme y funcionaba.
— Geralt!! Esta semana te voy a necesitar que seas todo mío!!
— ¿Eh? - Geralt se sorprendió por lo que escuchó decir a Jaskier.
Eran pocas las veces que había salido con el Omega en todo este tiempo y por lo general no era tan efusivo al hablar. Quizás esta vez si necesitaba ayuda con la boda.
Geralt desde el principio le dijo que podía ayudarle en todo, el no iba a negar que le hacia ilusión participar en los preparativos pero el Omega siempre le rechazaba. Solo tuvo la oportunidad de ayudar a la hora de encontrar fecha en la catedral y es que Jaskier eligió la mejor y más grande de todas.
— Siii!! Debemos mandar hacer tu traje con urgencia, ya tenemos el gran día cada vez más cerca y...
— Pero yo ya tengo mi traje - respondió Geralt.
— Vaya... No... No lo sabía - Jaskier no pudo evitar poner una expresión triste.
— Hey... No te pongas triste ¿Había algo especial que querrías que usara?
— No.. Esta bien si ya lo tienes... es solo que - guardo silencio unos segundos- quería que nuestros trajes fueran a juego, pero no importa, esta...
— Hmmm... Entiendo, ¿el jueves no?... Te pasaré buscando para ir al sastre y.. ¿Y tu traje?
— No, no debes verlo, es de mala suerte.
— Pero si son a juegos y veo el mío... Voy a saber de que van. - le dijo y vio a Jaskier sonreír, le gustaba verle sonreír, sus ojos brillaban y Geralt se enamoraba... tan solo supiera que ese brillo venía con malicia.
— No tontito! Tú vas conmigo solo a tomar las medidas y de lo demás me encargo yo.
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Geralt se encontraba en el trabajando en su oficina cuando recibió la visita de Lambert. Era uno de sus amigos y su contador de confianza. Venia con el ceño fruncido.
— Geralt...
— Hola! Hmmm... ¿A que se debe tu visita?
Lambert no era de visitarle mucho y mucho menos en el trabajo. Le vio sacar unos papeles de su portafolio.
— Hay algo que me preocupa de tus cuentas.
— Hmmm?
— Ha estado saliendo cantidades exageradamente ridículas de tus cuentas.
— Debe ser los gasto de mi boda.
— ¿Pero que van hacer? ¿Van a reconstruir el matrimonio de la Princesa Diana?
— ¿Eh? Pues.. La verdad no lo sé, mi Omega es el encargado de todo.
— Pues si tu Omega sigue gastando de esa manera en dos años estarás en quiebra.
—... - Geralt prefirió no decir nada y reviso las cuentas.
Tal y como le dijo su amigo. Habían gastos exorbitantes, quizás debería hablar con Jaskier.
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Jaskier estaba en el rosal de su casa, ya las rosas estaban marchitas. Cuando el ama de llave le aviso que Geralt había venido a visitarle.
Se extraño, era raro que Geralt pasara un día de semana, por lo general siempre estaba trabajando o en viajes de negocio. Le dijo al ama de llave que lo trajera a esta parte de la casa.
— Buenas tardes Alfa.
— Sabes bien que no tienes que decirme así Jask. - Geralt había empezado a usar el apodo que le dio Ciri.
— Me gusta llamarte así. - le dijo mientras se sonrojaba.
Jaskier sabía que a los Alfas le subía el ego un Omega sumiso y más cuando se reconocía como el Alfa.
— Hmmm.... - Geralt se descolocó un poco, Jaskier siempre tenía ese poder en él... Hasta olvidó por un momento lo que iba a decir. - Jask.. Vine hablar acerca de la boda.
Jaskier se puso un poco nervioso, a su mente vino un montón de pensamientos y casi quiso golpearse al sentirse triste en caso de que Geralt la quisiera cancelar.
— ¿La.. La Boda? - dijo sin evitar tartamudear.
— No, no te asustes, no voy a cancelarla - Geralt había visto el pánico en la cara de Jaskier y no tenía que ser un genio para saber lo que el Omega pensó. La expresión de alivio en el rostro de Jask le dio la razón - Es solo que hoy mi contador me hizo una visita y...
— Oh lo siento, lo siento - Jaskier empezó a disculparse y de su rostro empezó a caer lágrimas. - Yo... ¿muchos gastos?... Solo quería lo que siempre he soñado y... Lo he arruinado ¿eh? - Jaskier de verdad lo sentía, sabía que había hecho gastos absurdos, pero los hizo bajo molestia.
— Hmm.. Olvidalo Jask, soy un tonto, no debí mencionarte nada de esto... Tú, solo has lo que te haga feliz, ¿esta bien?
— Igual, ya esta todo... Solo queda esperar. A partir de la próxima semana no debemos vernos y...
— Correcto. ¿Te gustaría salir a cenar hoy?
— Esta bien....
Esta fue la última cena que tendrían antes de empezar la semana final. Jaskier se permitió olvidarse por una noche de su tonta venganza.