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Chapter 18 - ¿Chaeryeong?

Chaeyoung se encontraba en su habitación terminando partes de los ejercicios que había explicado la profesora en la primera clase del día. Estaba sumamente concentrada hasta que sintió como su celular vibró reflejando un nuevo mensaje. Lo tomó con prisa y sonrió al ver de quién era.

Mina💞

Sin importar las circunstancias que puedan estarte agobiando, jamás dejes de brillar, jamás permitas que tu sonrisa sea borrada, jamás dejes de ser tú misma, aunque todos te odien por ello.

Y sobretodo... jamás vuelvas a lastimarte y a creer que eres merecedora de tal dolor.

Al leer eso que le había escrito recordó lo que su padre le había dicho temprano, también recordó lo que decían las pulseras que ahora tenía puesta sobre sus cicatrices... Era como si la vida le estuviese dando un mensaje de esperanza a través de ellos.

Sonriendo y dejando resbalar una lágrima con lentitud comenzó a redactar un mensaje en respuesta, pero fue interrumpida por toques ordinarios en su puerta.

De inmediato dejó el celular a un lado, se limpió el rostro y se levantó para abrir. Era su madre.

—¡¿Por qué cierras la puerta?! —gritó mirándola con enojo.

—Me estaba cambiando y olvidé quitar el seguro, disculpa —susurró.

—Ten cuidado con lo que haces, Chaeyoung —amenazó tomándola por el brazo y sacándola de la habitación.

Comenzó a llevarla con prisa y a bajarla por las escaleras hasta llegar a la planta baja. Chaeyoung se sentía confundida... ¿Y ahora qué estaba sucediendo?

—¡Explícame por qué me dijeron que las chicas extranjeras estuvieron aquí el viernes! —gritó empujándola para sentarla en el sofá.

Abrió sus ojos con terror y su corazón se aceleró por el pánico que estaba sintiendo.

—¡Responde! —volvió a gritar.

—Mamá n-no, ellas vinieron a...

—¿Qué te había dicho? ¿Acaso no fui clara contigo o debo volver a repetirlo? —tomó su mentón con fuerza.

—Ellas n-no son malas mamá, déjalas —comenzó a llorar.

—¿Qué sucede? —llegaba su padre.

—Vete de aquí, tú sólo sabes defenderla —gritó soltandola y levantándose.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué la tratas así? —reclamaba mirando a la menor llorando.

—Los vecinos de al lado me acaban de decir que vieron a las chicas extranjeras aquí el viernes, ¿no habíamos tenido esa conversación ya, Jinyoung? —siguió.

—¿Conversación de qué? ¿Y qué si Sana y Tzuyu estuvieron aquí? Son buenas chicas —insisitió frunciendo el ceño.

—¡No quiero a esa clase de personas cerca de nuestra familia! —gritó.

—¿De qué hablas? ¿Qué demonios hay mal con ellas? —discutió.

—No las quiero aquí, y mucho menos cerca de ti —señaló a la menor.