Chaeyoung iba en el autobús con una enorme sonrisa en sus labios. Casi no pudo dormir la noche anterior por rememorar una y otra vez lo que había sucedido con Mina... Había sido alucinante.
Los problemas y las angustias se habían marchado muy lejos cuando tuvo a la japonesa a su lado abrazándola y besándola así, literalmente, la había salvado de terminar la noche desplomada.
No dejaba de mirar por la ventanilla esperando a verla al otro lado de ésta, estaba más que ansiosa, no lo podía negar.
La noche anterior su familia continuó en caos incluso después que ella llegó, pero esto no le afectó en lo absoluto. Era imposible que le prestara atención a todo lo que decían cuando lo único que navegaba en su cabeza sin parar era el roce de los labios de la japonesa.
Si cerraba sus ojos podía sentirlo una y otra y otra vez... Y le encantaba.
Con el pasar de los minutos se detuvieron en la parada y la vió al otro lado, ésta le sonrió y subió.
—Buen día —susurró sentándose a su lado.
—Hola —saludó nerviosa.
—¿Cómo estás? —la miró.
Chaeyoung intentaba evadir la mirada, se sentía muy nerviosa al tenerla cerca y recordar lo de anoche.
—Muy bien —sonrió.
—¿Te sientes mejor? —tomó su mano, ya no se contendría.
—Claro, mucho mejor —apretó su mano.
—¿Por qué no me miras?
Chaeyoung sólo negó con su cabeza y cubrió su rostro con evidente vergüenza.
—Eres muy tierna —rió bajo.
Quitó las manos de su rostro y la hizo mirarla.
—Me gusta que me mires, Chaeng —susurró.
Chaeyoung asintió ante esto mirando sus ojos fijamente. Mina dió un rápido beso en su mejilla y se alejó.
—Eh, yo... ¿cómo llegaste anoche? —intentó sacar tema de conversación.
—Muy bien, ¿todo se solucionó? —preguntó con cautela.
—No, todo siguió igual, pero no te preocupes, estoy bien —intentó sonreír.
—Sabes que pase lo que pase estaré pa...
—Lo sé, estarás para mí —interrumpió—. Gracias, eso... significa todo para mí.
—No agradezcas, lo hago porque puedo sentir —volvió a tomar su mano.
—Yo también puedo sentir —susurró recostandose en su hombro.
Mina no dijo nada más y siguió brindando caricias a sus nudillos. No le importaba si alguien más las miraba, no le importaba lo que dijeran... Sólo le importaba cuidar y hacer sentir bien a la chica que tenía justo a su lado.
Sana subió al autobús por la puerta trasera y al verlas en esa posición sonrió con emoción. Iba a acercarse para sentarse cerca, pero fue jalada por BamBam hacia su asiento.
—¿Qué? ¡Hola!
—Hola —saludó—. Siéntate aquí conmigo.
—Pero quiero saludar a las chicas —hizo un puchero.
—Tienes que dejarlas que tengan su momento —susurró—. Si te acercas se alejaran, déjalas solas.
—Tienes razón —lo abrazó—. Ellas se besaron —contó como si nada.
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𝕋𝕨𝕠 𝕎𝕠𝕣𝕝𝕕𝕤 ℂ𝕠𝕝𝕝𝕚𝕕𝕖 | 𝕄𝕚𝕔𝕙𝕒𝕖𝕟𝕘
RomanceSon Chaeyoung, una joven que sabía perfectamente lo que era vivir entre la opresión y el temor a mostrarse tal y como era. Siempre que quería enfrentar a las personas que tanto daño le inflingían, algo se lo impedía. Myoui Mina era una chica que só...