Chapter 20 - Just let it be.

2.1K 215 204
                                    

Chaeyoung llegó hasta su parada y bajó del autobús para entrar a su hogar. Al cruzar la puerta notó que su hermano estaba sentado en el sofá con un cigarrillo encendido en la mano.

Esto le molestó en gran manera. Jeong sólo tenía 15 años de edad, aparte, ¿por qué demonios estaba haciendo semejante cosa dentro de la casa? El lugar apestaba a tabaco por doquier.

Al estar adentro y percibir el olor con más intensidad, no pudo evitar suspirar molesta y decir algo al respecto.

—¿Por qué fumas adentro? —preguntó frunciendo el ceño.

Jeong sólo volteó a verla y comenzó a reír mientras daba una gran calada y expulsaba el humo con fuerza.

—¿Crees que hacer eso está bien? ¿Crees que actuar de esa manera te llevará a algún lado? —preguntó con enojo.

Él se levantó y comenzó a acercarse con evidente enojo.

— ¡¿Qué carajos te importa a ti eso?! —gritó cerca de su rostro.

—¡Me importa! Eres mi hermano, mírate, ni te reconozco —lo señaló.

— ¡Cállate! Mamá tiene razón, eres una inútil —la empujó.

—Cállate, no sabes lo que dices, tú no eres así, Jeong —susurró herida.

El chico comenzó a reír irónicamente mientras lanzaba la colilla del cigarrillo sobre el suelo y la pisaba, ensuciando así el lugar.

—¡No hagas eso!

—¡A mí no me dirás que hacer! —gritó volviendola a empujar—. Todo lo que sucede es tu culpa, todos nuestros problemas son tu culpa, ¿por qué sigues aquí, Chaeyoung? Das vergüenza —escupió alejándose y saliendo.

Chaeyoung en ese momento se sintió destrozada... Su hermano jamás le había dicho cosas así, de hecho, él era uno de los primeros en defenderla y mostrarle apoyo cuando tenía problemas con su mamá. Definitivamente, estaba perdiendo a su hermano, se estaba convirtiendo en algo que no era, y odiaba no poder hacer nada al respecto.

Por muy mal que se sintiera por tal cosa, decidió dejarlo pasar. Esto no era su responsabilidad, ella siempre vivía preocupada por todos y tratando de obtener la aprobación de ellos... pero, ¿quién se preocupaba por ella? ¿valía la pena poner en riesgo su paz mental por cargar con cosas que no le correspondían? No.

Ni siquiera se atrevió a limpiar la suciedad del cigarrillo en el piso. Ella no lo había causado, y no tenía porqué encargarse de eso, así que subió a su habitación con prisa.

Al estar dentro de ésta suspiró pesadamente y se sentó en la cama. Comenzó a masajear su cuello con delicadeza, estaba terriblemente tensa y su cabeza se sentía pesada debido a la tormenta de pensamientos que la estaban inundando.

Miró las pulseras que tenía en su muñeca derecha y comenzó a pasar su dedo levemente por las letras talladas. La imagen de Mina acurrucada en sus brazos se repetía una y otra vez sin parar, su corazón saltaba de alegría al rememorar como se sintió tener su cabeza recostada en su pecho con delicadeza.

Eso fue lo que quiso hacer cuando la vió llorando la primera vez. A pesar de que era una total desconocida (y que ella no toleraba del todo el contacto físico) sintió la enorme necesidad de estrecharla en sus brazos y protegerla allí por unos instantes hasta hacerle sentir que todo estaría bien.

Finalmente, había hecho tal cosa... La había abrazado, había sentido su calor corporal contra el suyo, había logrado calmar su llanto y darle un poco de fortaleza al verla tan vulnerable... Se sentía increíblemente bien por esto, pero a la vez se sentía extraña.

𝕋𝕨𝕠 𝕎𝕠𝕣𝕝𝕕𝕤 ℂ𝕠𝕝𝕝𝕚𝕕𝕖 | 𝕄𝕚𝕔𝕙𝕒𝕖𝕟𝕘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora