𝕋𝕨𝕠 𝕎𝕠𝕣𝕝𝕕𝕤 ℂ𝕠𝕝𝕝𝕚𝕕𝕖 | 𝕄𝕚𝕔𝕙𝕒𝕖𝕟𝕘

Chapter 66 - I won't be your yes girl anymore.

Era viernes, habían pasado sólo tres días después de aquel encuentro con Mina. Chaeyoung se sentía en el cielo, literalmente. La paz que sentía en su pecho no podría ser comparado con nada... Era justo esto lo que necesitaba para poder soltarse de ese pasado que aún seguía lastimandola.

Mina y ella no se habían visto más, pero planeaban verse pronto y salir... Aún no habían hablado sobre en qué términos se encontraba su relación, pero tampoco es como si ellas hubiesen terminado, ¿o sí?

Finalmente había comprendido que entrar en negación y evadir las cosas sólo la llevaría a convertirse en algo que terminaría odiando de sí misma.

No quería convertirse en aquella chica indiferente e hiriente. Quería mantener esa fortaleza y seguridad, pero sin dejar de lado lo que la había definido como persona por todos esos años.

En ese momento se encontraba hablando con su hermano en casa de su padre. Digamos que su presencia en ese lugar estaba siendo muy frecuentada, esto era algo que al menos su madre no le reprochaba... Y bueno, tampoco es como si le importara mucho lo que le reprochara, si quería pasar tiempo con su padre, estaba en su derecho.

—¿De verdad ya están juntas otra vez? —preguntó emocionado.

—No lo sé, Jeong —sonrió—. No hablamos sobre eso, pero supongo que éste es el comienzo.

—¡Estoy feliz por ti! —la abrazó.

Chaeyoung lo abrazó y sonrió.

—De verdad, me agrada mucho esa chica —la soltó—. Ya está aprobada —alzó las cejas.

—¿Cómo fue cuando la conocieron?

—Primero la conoció papá, yo la conocí unos meses después —sonrió—. Al principio era un poco tímida, pero cuando empezó a hablar de ti, por Dios, hasta lloró.

—¿De verdad?

—Sí, ella te extrañaba mucho y estaba preocupada por saber de ti.

—Mi Minari —suspiró echando la cabeza hacia atrás.

—Espero que todos les salga bien —susurró—. Recuerda que papá y yo te apoyamos.

—Gracias —le lanzó un cojín—. No la dejaré ir, estaré con ella pase lo que pase.

—Me alegra escucharte así —le lanzó el cojín de vuelta.

—¿Cómo? —lo miró.

—Segura de ti misma —sonrió—. Ya no eres esa chica insegura y temerosa, has avanzado, hermanita.

—Y lo seguiré haciendo —lo abrazó—. Pasé por muchas cosas difíciles, ya ha llegado mi hora de ser feliz —lo soltó.

—¡Eso es! —la empujó riendo.

—Tú también has avanzado, Jeong —sonrió—. Así como yo volví, tú también lo hiciste.

—Lo sé, ahora estoy haciendo las cosas bien y me esforzaré por seguir así.

—Estoy orgullosa de ti —le lanzó un cojín.

—Yo también lo estoy, enana tonta —la empujó.

—¡Déjame! —cruzó los brazos.

—¡Déjame! —la imitó.

—¡Eres un...! —se le tiró encima.

—¿Un qué? —rió.

—Tonto.

—Al menos soy más alto que tú —alzó las cejas.