Chapter 34 - We're gonna be alright, Penguin!

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Ya había llegado el día, para disgusto de Mina. Había despertado muy temprano sintiéndose de malhumor, y como cosa común que hacía durante ese día, decidió no ir al colegio. No quería ver ni hablar con nadie, prefería estar encerrada y retraerse de todos, no quería que le recordaran esas cosas.

No le gustaba que todo se tratara de ella, y menos por algo tan "estúpido" como su cumpleaños, no le gustaba para nada. Cuando llegaba ese día era como si las heridas volvieran a abrirse haciendo todo más real.

La ausencia de su padre se hacía más real, al igual que los recuerdos del pasado cuando estaba todos juntos, como una familia... Cuando eran una familia, cuando no había dolor ni miedo, cuando eran... algo.

Cada año que pasaba le traía todo esto a mente, haciéndola revivir la pesadilla. Como su padre decidió irse tan sólo unos días después que ella cumpliera 8 años. Como él parecía estar tan feliz unos días antes de tomar esa decisión... ¿Cómo no lo pudo notar?

Era eso lo que más se reprochaba, lo que más la hacía sentir culpable y lo que más la hacía sentir odio por esta fecha...  El saber que no pudo hacer nada por mantenerlo aquí, el saber que... no podía traerlo de vuelta, porque ya no había marcha atrás.

Se había quedado sola, y así era como le gustaba permanecer durante ese día... Como sentía que merecía estar.

Durante toda la mañana estuvo encerrada sin siquiera salir a comer algo, no quería hacer nada ni toparse con su madre.

Escuchar canciones tristes y no levantarse de la cama eran los planes que, aparentemente, tendría para hoy... Gran manera de cumplir 18 años.

Había una pequeña foto, prácticamente la única que le quedaba de su padre, que tenía guardada en una de sus gavetas. Era la única que había logrado salvar, ya que las demás habían sido rotas y quemadas por su madre unas semanas después de su muerte.

Se sentó lentamente en la cama y abrió la gaveta donde la tenía guardada con cuidado. La sacó de entre las pocas cosas que tenía guardadas allí y la vió con nostalgia. Recordó las miles de veces que había estado a punto de romperla y desecharla producto del dolor y la rabia que aún sentía por haberla dejado sola.

Fue la última foto que se tomaron juntos, o que su madre les tomó juntos, mejor dicho. Estaban alrededor de una mesa junto a un pequeño pastel mientras él la estaba abrazando con cariño... Había sido el día de su cumpleaños, el último que celebraron juntos, el último que ella celebró.

—Te extraño —susurró cerrando la gaveta y volviéndose a acostar con la foto en su mano.

Toda la mañana estuvo de esta manera, llorando mientras se aferraba a este recuerdo como si su vida dependiera de ello. Le extrañaba no haber recibido algún mensaje de Jihyo con algún largo y cursi mensaje, pero lo agradecía... Quizás, la chica ya lo había entendido.

Por otro lado, Chaeyoung sí había asistido a clases ese día, y se sentía preocupada por la ausencia de Mina... Aunque con lo que le había contado, suponía que prefería no salir ese día.

El día había pasado rápido, entre las clases fatídicas y el extraño comportamiento de Somi... Sí, todo había pasado rápido, para su alivio.

No le había escrito ni llamado a Mina, ya que parte del plan que tenían para que la chica no sospechara nada era no contactarla hasta que llegara el momento. Se sentía emocionada, aunque no sabía cómo hacer para ir sin tener problemas... Bueno, supongo que escapar siempre era una buena opción, ¿no?

Ya había llegado la hora de salida, ya estaba caminando por el pasillo para salir, pero fue detenida por alguien que gritó su nombre y la tomó por el hombro con rudeza. Era Vernon.

𝕋𝕨𝕠 𝕎𝕠𝕣𝕝𝕕𝕤 ℂ𝕠𝕝𝕝𝕚𝕕𝕖 | 𝕄𝕚𝕔𝕙𝕒𝕖𝕟𝕘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora