Después de un largo recorrido la limosina se estacionó, tengo los nervios a flor de piel, hace un largo tiempo que no juego, en eso tiene razón Beni, pero confío en esa frase de Xenón, "El truco de los buenos jugadores no es quien tiene mejor cartas es quien gana con peores". Antes jugaba con mi padre y le ganaba, y eso que yo era más joven y tomando en cuenta de que él ha sido un profesional desde su adolescencia, bueno es hora de ponerme el antifaz, y salir a ganar el asqueroso dinero para salvar a mi padre.
-Te noto algo tensa Bomboncito, no olvides lo que está en juego –dice mirándome con una sonrisa socarrona y entregándome las fichas de póker.
-No te preocupes Beni, no fallaré, e incluso ganaré más de lo que necesitas –digo terminando de ajustar el antifaz.
-Ya lo veremos –dice con la mirada fría.
-Y ya sabes, no te me acerques –le digo fríamente, y con ese comentario no espero que responda y me bajo de la limosina, camino con toda la seguridad del mundo hacia el guardia, aunque la mayoría de la gente les llama "gorilas"; dicen que es por los musculosos que se les resaltan y lo serios que se ven, pero a mí no me intimidan, saco mi identificación falsa y se la enseño, inmediatamente me deja pasar sin ningún comentario.
Al entrar el olor a cigarrillo y alcohol se impregna en mis fosas nasales, observo y analizo las mesas, si quiero ganar debo jugar con puros profesionales, aunque quisiera jugar con novatos no me conseguiré el dinero suficiente, ya estoy acabando de ver las mesas de póker y me quedo sin opciones, cuando por fin en una de las mesas del fondo hay tres hombres ya mayores, una dama con un sombrero muy elegante y un hombre de mediana edad vestido de traje, he hallado a mi presa y entonces me acerco con la mayor confianza del mundo.
-Queridos, es una linda noche para jugar una partida amistosa, ¿no lo creen? –digo con una sonrisa de una niña ingenua.
-Si no quieres perder tu dinero será mejor que te vayas, primor –dice uno de los hombres ya mayores.
-Tiene razón querida, esto es para profesionales –dice la señora con cierta condescendencia.
-Pero estoy aburrida y papi me dio dinero de sobra para divertirme –digo pareciendo una niña mimada e ingenua, todos en la mesa ríen.
-Sabes que, toma asiento primor, pero no llores cuando pierdas –dice el mismo señor que había hablado antes.
-No lloraré, al fin y al cabo mi papi me dará más dinero –digo siguiendo con el papel de niña ingenua y patética, si realmente fuera así, ya hubiera muerto en este lugar.
-¿Conoces las reglas cierto, primor? –dijo el hombre de mediana edad.
-Sí, las conozco muy bien –digo, entonces empiezan a barajear, y mis nervios aumentan, bueno, no puedo entrar demasiado salvaje, debo controlar mis movimientos.
Al principio perdí las dos primeras jugadas, gané la tercera, aposte mucho dinero en la cuarta y la perdí apropósito; pero luego de eso empecé a recuperar el dinero y a jugar sin piedad alguna, unas rondas después ellos ya estaban acabados y varios espectadores rodeaban nuestra mesa.
-Al parecer esta chiquilla nos engañó –dice Jefferson, el que me dijo primor la primera vez.
-¿Cuántos años llevas jugando en realidad, querida? –dice Esmeralda, la mujer del sombrero.
-Desde que tengo cinco años –digo, casi es cierto, pero no del todo, mi padre me empezó a enseñar cuando tenía seis, pero decir cinco es más impresionante.
-Al carajo, yo me retiro –dice Gabriel Johnson, uno de los mejores jugadores de póker en toda la historia, aún no me creo que yo haya logrado derrotar a una de las más grandes leyendas del póker, de pronto lo que me temía, un periodista.
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Tú, mi sol
Teen FictionCristina Aguilar, la chica desastre, la chica fuerte y ruda del colegio Calatrava, que ya no halla razones para vivir y que su vida se ha ido desmoronando poco a poco, todos creen que ella no tiene ningún problema y no le prestan la mínima atención...